Nacido el 23 de agosto de 1892 en Río Branco, departamento de Cerro Largo, su memoria espera aún el gran reconocimiento nacional a que se hizo acreedor luego de prodigar su vida al servicio del país.

Graduado en 1922 de doctor en Derecho y Ciencias Sociales, desde muy joven vinculó su destino al Partido Nacional, integrando su Convención y el Honorable Directorio durante largos años.

Estudioso de la historia americana y española, en la que alcanzó la jerarquía de maestro de maestros, a su lado se formó una generación revisionista que ha influido en el acontecer nacional. Su labor de investigador y de docente, iniciada en la cátedra de Historia Americana en Enseñanza Secundaria y en la Universidad de la República y que mantuvo luego hasta el final de sus días, y desde su formidable biblioteca en la casa de la calle Constituyente visitada y consultada por historiadores de toda América, promovieron su nombre a las altas jerarquías académicas.

Presidente de la Comisión Nacional del Archivo Artigas, Miembro de Honor del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay y Miembro Correspondiente de la Real Academia de la Historia de España y de las de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Cuba, Venezuela y Bolivia; Miembro de Número de los Institutos Históricos de Paraguay, Perú, San Pablo y Ceará, del Genealógico Brasileño de San Pablo, del Sanmartiniano del Perú; Miembro Consultivo Vitalicio de la Fundación Vicente Lecuna de Venezuela; Miembro fundador de la Academia Uruguaya de Numismática y Bibliofilia; Miembro fundador y primer presidente del Instituto Cultural Uruguayo-Boliviano de Montevideo; Miembro fundador y primer vicepresidente del Instituto Uruguayo de Cultura Hispánica, fue también representante de Uruguay ante la Comisión de Historia del Instituto Panamericano de Geografía e Historia.

Los reconocimientos académicos continentales, extensos e intensos, no limitaron su acción cívica ni su vocación profesional por el Derecho, disciplina a la que consagró energías en los campos del Derecho Constitucional y del Derecho Internacional Público en directa vinculación con su trayectoria política nacionalista.

Amigo personal de Luis Alberto de Herrera, con quien lo vinculaba además de la común idealidad partidaria, su consagración al rescate de la verdad de nuestro pasado, sirvió en altos destinos al Partido Nacional en cuya representación actuó como Miembros de la Constituyente de 1934, Subsecretario y Ministro interino de Relaciones Exteriores, Director del Sodre, Miembro de la Comisión Uruguaya de codificación del Derecho Internacional, Ministro de la Corte Electoral, Delegado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y ante Unesco y, por fin como senador durante más de quince años a lo largo de los cuales defendió los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos.

Desde siempre vinculado a la docencia, el destino quiso que la última misión que le encomendara el Partido fuera la de Director General de Enseñanza Primaria y Normal, cargo en el que, con autenticidad nacionalista enfrentó la prepotencia marxista, ya inserta en la educación, reorganizando el servicio con adecuación a las necesidades de la época mediante el llamado "Plan Ferreiro" y creó todo un sistema de construcciones escolares.

Católico de carácter austero y de vida sencilla que repartió entre su hogar, sus libros y su militancia en el Partido, el Dr. Felipe Ferreiro, abandonó silenciosamente este mundo hace 40 años, el 31 de julio de 1963 y al decir de Echegoyen "con la humildad de un hijo de San Ignacio".

————

Fuente: El Debate, julio de 1981