Fray Bentos expectante por celulosa

| Botnia leyó al público su informe de impacto ambiental y respondió a los planteos. Los ambientalistas y representantes de izquierda se oponen

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INTERES. Fraybentinos y también vecinos entrerrianos estuvieron presentes en la audiencia pública celebrada por la firma Botnia 200x140
INTERES. Fraybentinos y también vecinos entrerrianos estuvieron presentes en la audiencia pública celebrada por la firma Botnia

Fray Bentos | J.Vittori - S.Kanovich

Lo anunciado por los fraybentinos se cumplió. La Audiencia Pública realizada ayer por la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA), como requisito para que la finlandesa Botnia obtenga su permiso ambiental e instalar aquí una planta de celulosa, fue reiterativo. Una vez más los representantes de la empresa expusieron los argumentos que afirman que el emprendimiento impactará positivamente desde el punto de vista económico y social y que los perjuicios sobre los recursos naturales serán mínimos.

Del otro lado, quienes se oponen a la producción de celulosa en el país, parecieron llegar al club La Armonía con la idea preconcebida de los desastres que la misma podría causar y exponer ante quien quiera escuchar "las contradicciones y falacias" que a su juicio comprende el proyecto extranjero.

Mientras, los ciudadanos escuchan. Saben por ejemplo, que el gobierno departamental, así como los representantes locales de los partidos tradicionales apoyan el proyecto, pero que no hay consenso entre los del Encuentro Progresista–Frente Amplio. No obstante, la diputada electa por el MPP, Nora Gauthier, se ha expedido en contra de las plantas que Botnia y la española Ence, promueven en el departamento. En el mismo sentido se han pronunciado los plenarios del PIT-CNT de Río Negro y Soriano, que acordaron el rechazo a las plantas.

No obstante, Omar Díaz, llegado desde Colonia para "solamente escuchar" en representación de la Federación de Obreros Papeleros y Cartoneros y del departamento de industrias del PIT–CNT afirmó a El País, que el sindicato no ha tomado posición definitiva sobre el tema y que hasta el momento se ha solicitado una mesa de negociación.

INFLEXIBLES. Aunque afirmó que el sí que proclama el Movimiento de Desarrollo (Modesa) a las plantas de celulosa no es "fundamentalista" y "está abierto a cualquier opinión", Sandra Dodera, que es su presidenta, apoya su instalación. No sólo porque supone la creación de fuentes de trabajo, sino por la información que ha recibido la organización. El grupo de ciudadanos que preside Dodera ha escuchado a quienes han visitado plantas de celulosa en Europa, ha solicitado información a las empresas y ha accedido a publicaciones de Greenpeace, que, afirma, defienden el sistema de procesamiento y certificación que utilizaría Botnia, como los mejores del mundo. "Si Alemania pudo inaugurar recientemente una planta con el apoyo del gobierno que es integrado por ecologistas, si se pueden prever los sistemas de control y si vendrá un nuevo gobierno del cual por el momento no se puede sospechar, porque no asumió, por qué no tener esas plantas aquí", se preguntó.

En el otro extremo, Ricardo Carrere, integrante del grupo ambientalista Guayubira y coordinador mundial del Movimiento por los Bosques Tropicales, dijo estar "cansado" de escuchar los discursos de las empresas.

"Hay un modelo que es exactamente el mismo en todos lados, se presenta de la misma manera que lo ha hecho Botnia y Ence en Uruguay, como un proyecto que va a generar riqueza, empleo y que no tendrá impacto ambiental negativo", dijo Carrere a El País poco antes de ingresar a la sala de la audiencia pública.

El ambientalista cuestionó que la de Botnia no considere en el estudio presentado la influencia que en conjunto tendría con la de Ence. También calificó como "una mentira" la inversión anunciada de mil millones de dólares. "El tema es que se anuncian capitales muy grandes que deslumbran a países como el nuestro, pero sólo el 20% será destinados a Uruguay, el resto será para comprar la tecnología en Europa", afirmó.

Carrere opinó que si se terminaran los subsidios a la forestación se evitará la instalación de las plantas y que la existencia de madera debería contar con proyectos para su industrialización con otros fines.

VECINOS. Horacio Mello llegó ayer a la audiencia pública desde Gualeguaychú, Entre Ríos. Integra el grupo ambientalista Ñandubay, que desde hace ya tiempo realiza acciones y movilizaciones en rechazo a las plantas de celulosa, que afirma desde este lado del Río Uruguay, afectarán su ciudad. "Lo nuestro es un no respetuoso, no queremos intervenir en la política uruguaya", sostuvo.

Compañía de fuerte pujanza

Botnia es una empresa privada finlandesa, cuyos principales accionistas son M–real y UPM. Cada una tiene el 47% de las acciones y las restantes le pertenecen a la cooperativa forestal Metsliitto.

Botnia es propietaria de cinco plantas de celulosa en Finlandia. De sus 35.000 empleados, 1.244 corresponden a ellas.

La capacidad de producción total de las plantas es de 2.7 millones de toneladas de pulpa anuales, por lo que es la segunda productora en pasta de madera de Europa, donde están sus principales clientes.

De concretarse, la producción de la planta que la empresa pretende instalar en Fray Bentos, estaría destinada a los mercados de China e Italia.

Forestal Oriental (FOSA), fue la empresa que permitió el ingreso de Botnia en Uruguay, cuando adquirió la mayor parte de su paquete accionario a la compañía Shell, en 1993. FOSA posee 60.000 hectáreas de tierras en Paysandú y Río Negro y se estima que la producción de la madera de eucaliptus se incremente a 800.000 metros cúbicos, los cuales serían destinados a la planta productora de la pulpa.

Para la elección del sitio adecuado, la empresa realizó una serie de estudios en el territorio nacional. Finalmente, las características de gran capacidad de dilución y autodepuración del río Uruguay, en la zona, inclinaron la definición a favor de Fray Bentos.

Datos

La planta productora de pulpa de celulosa estará ubicada sobre la margen izquierda del río Uruguay, a 5.2 kilómetros en línea recta de Fray Bentos y a 1.1 kilómetros del puente internacional Libertador Gral. San Martín.

La inversión total que Botnia piensa realizar en Uruguay es de US$ 1.000 millones. En la cifra se incluyen la creación de una zona franca, ya aprobada por el gobierno y una terminal portuaria, que aún espera la habilitación correspondiente.

Durante la fase de construcción, que se estima insumirá dos años, se crearán un total de 4.816 puestos de trabajo en Río Negro, 495 en Soriano, 820 en Paysandú y 1.449 en el resto del país.

Para 2006 se estima que los puestos de trabajo en forma directa e indirecta, comprenderán 3.015 para Río Negro, 726 para Soriano, 1.342 para Paysandú y 3.072 para el resto del país.

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