Presidente que debuta, gana

| Fue al vestuario, pidió que no le hicieran pasar vergüenza, en el palco le pagaron café y comió tortas fritas, gritó, tiró un "piñazo" y al final felicitó, pero diciendo que jugaron mal los 45` iniciales

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JORGE SAVIA

Botas de gamuza marrón y caña baja. Saco de pana, también marrón, pero oscuro, en fina combinación con el saco sport de la misma tela e igual color pero más claro. Y una camisa abrigada, seguramente de manga larga, de un tono gris que completaba la elegante sobriedad con que estaba vestido el nuevo presidente de Nacional: Víctor Della Valle.

VERGÜENZA

Así, entonces, solo, caminando lentamente, pasó por la puerta del palco a las 15:33` de la tarde del sábado y se dirigió directamente a la escalera que baja hacia la Platea América para ir al vestuario que ocupaban los tricolores, en el rincón que da contra la Tribuna Amsterdam: "Siempre voy antes de empezar; hoy, por primera vez, voy a ir también después del partido, pero hoy fui antes porque era el debut. ¿Si les dije algo? Sí, a Martín (Lasarte) le dije: `¡No me hagan pasar vergüenza! Después, nada en especial, lo común: les deseé suerte a los muchachos".

Formal, pero no acartonado, sino todo lo contrario, el sucesor del ex presidente Eduardo Ache, sabía -y sentía- que ese contra Central Español no era para su dilatada y reconocida vida dirigencial un partido como tantos: "Y... no, no digo que un partido se vive diferente siendo presidente, son todos iguales, pero esta vez no me hubiera gustado debutar con una derrota o un empate..."

"¡HACE ALGO!"

Después que volvió del vestuario, Della Valle se sentó en el lugar de siempre, en la quinta fila de butacas amarillas del palco bajo, junto al Dr. Gervasio Guillot -ex presidente de la Suprema Corte de Justicia y ex dirigente tricolor- y el Dr. Mario Beja, un abogado que incluso llegó a ser suplente suyo en la lista presentada para algún acto eleccionario de Nacional en el pasado. Cuatro asientos hacia el costado izquierdo estaba su sobrino, el Dr. Alejandro Balbi, que cuando Nacional iba perdiendo 1-0 se quiso sacar los nervios gritándole en broma: "¡Che, tiene que entrar el `Malaka´! ¡Sos el presidente, hacé algo!´. Y adelante estaban el ex presidente Roberto Recalt y el ex directivo Víctor Israel, atrás los doctores Carlos Suero y Leonardo Salvarrey, y el presidente de la Comisión de Tenis, Héctor Corbal, que perfumaba constantemente el frío ambiente con el distinguido aroma de su habano.

Hasta esa trinchera tricolor, entonces, fue a la que antes del partido llegó el ex delegado de Peñarol, Pedrojuan Forné, y se inclinó, extendiendo su mano derecha, para felicitarlo por su nuevo cargo.

VIA CRUCIS

Allí, sin embargo, se acabó la diplomacia. Porque después el trámite del partido no fue precisamente una "dulce bienvenida", al menos hasta que llegó el gol del "Malaka".

A saber: ante un ataque profundo de Central Español, cuando el "Quique" Ferraro encaró solo y derecho hacia Bava, saltó como un resorte del asiento y chasqueando las palmas de sus manos pareció desbaratar -como si fuera un brujo- la definición del atacante palermitano; a los 30`, cuando Nacional jugaba mal y su arco se salvó porque los rivales estrellaron un remate en el travesaño, se sacó los lentes y los miró como para limpiarlos, dejando la sensación de que el panorama que tenía a su frente no le resultaba claro; a los 35`, el "Chori" entró en diagonal y remató al segundo palo: con los codos apoyados en la butacas vacías de los costados -había empezado a llover y sus acompañantes se fueron a guarecerse transitoriamente, por su propio consejo, bajo el alero del palco- echó el torso hacia adelante, sin pararse, e hizo fuerza para que la pelota entrara; apenas 2` más tarde tomó las solapas del saco con sus dos manos e hizo un gesto brusco, nervioso, como acomodándose la ropa, ante otra jugada que también casi termina en gol de Castro; y a los 40` es casi gol de Central, en cambio, y adecuándose a las circunstancias se llevó la mano derecha sobre la frente y, en clarísima señal de preocupación -y también desagrado, por un par de gestos que le hizo a sus acompañantes, que para entonces ya habían retornado a sus sitios originales- se pasó la yema de los dedos varias veces por el jopo ralo, que el viento apenas si le había despeinado.

INVITACION

Es más, se diría que lo único que no le dejó un sabor amargo al cabo de los 45` inciales fue el café que pagó el Dr. Gervasio Guillot a los 24` de esa primera parte, y que luego ambos -conjuntamente con el Dr. Mario Beja- complementaron con un par de sabrosas tortas fritas durante el cuarto de hora de descanso.

En el complemento, pese a que el trámite seguía sin favorecer a su cuadro, mantuvo la actitud corporal y gestual recatada del primer tiempo, que sólo modificó cruzando una pierna sobre la otra y al contrario, y extendiendo los pies hasta ponerlos brevemente sobre el borde de la butaca vacía que tenía adelante.

UN GANCHO

La compostura, como es lógico, la dejó por el camino con el empate del "Malaka": ahí saltó de su asiento y, fue tanta la ansiedad que descargó, que en lugar de gritar el tanto con los brazos en alto, como haría apenas minutos más tarde, dándose vuelta y mirando hacia el palco alto cuando la segunda conquista del "Chori" Castro, en esta primera oportunidad culminó el grito inicial que le llenó la garganta, con el recorrido de un furioso gancho de derecha que surcó el aire y se llevó tras de sí todo el sufrimiento acumulado -y disimulado- desde hacía rato.

El tercer gol lo disfrutó distinto: también se paró, también cerró los puños y gritó con ganas, pero ya más aliviado, se preocupó de preguntarle varias veces a su sobrino, "¿quién lo hizo, quién lo hizo"?, porque la rapidez en el desenlace de la jugada no le permitió discernir que el autor de la conquista había sido Delgado.

¿MUFA?

"Al que quiere celeste que le cueste", pareció ser, entonces, el rótulo que tuvo el primer partido que el Dr. Víctor Della Valle vivió, sufrió, y finalmente gozó, como hincha de Nacional; porque, incluso, el tramo más complicado del trámite, cuando Central se había puesto en ventaja, hasta tuvo que atender "administrativamente", primero un requerimiento del funcionario Wilson Pírez y luego un aparte con éste y el dirigente Ricardo Alarcón, sobre el caso del panameño Garcés, que había manifestado oficial y definitivamente que quería quedarse. Pero salió bien del paso. Tanto que, al principio, cuando se le solicitó permiso para estar cerca suyo, contestó afirmativamente, aunque no sin antes dejar planteada socarronamente la duda de "¿no me traerás mufa, no?", y al final fue el propio titular tricolor el que, ya con el triunfo asegurado, se dio vuelta en su asiento y espetó "¡no te podés quejar, eh, te dí bastante jugo!", mientras una sonrisa de felicidad plena, visceral, le surcaba la cara. Había debutado como quería: ganando. Y así arrancó de nuevo para el vestuario: "Ahora los voy a felicitar porque dieron vuelta el partido, después de un mal primer tiempo, y... bueno, ¡que sigan adelante!".

¿Se viene la dinastía?

SOBRINO. En la edición del programa deportivo "Deporte Total" de ayer de mañana, cuando Carlos Muñoz le tocó al Dr. Alejandro Balbi Della Valle el tema de las próximas elecciones en Nacional, el sobrino del presidente ratificó que "mi tío no va aser (el futuro presidente)" y luego sorprendió al preguntar: "¿Y por qué no puedo ser yo presidente de Nacional?". Incluso, agregó que a sus hijos les gustaría verlo en el cargo, tras lo cual Muñoz trasladó la interrogante a los niños que estaban detrás de cámaras, obteniendo una respuesta acorde a lo que había adelantado el padre.

HISTORICO. La asunción del Dr. Víctor Della Valle como nuevo presidente de Nacional se produjo el viernes pasado en el marco de una singular circunstancia: la directiva tricolor descubrió en la sede de la Avda. 8 de Octubre una plaqueta que reproduce la tabla de posiciones del Campeonato Uruguayo 2005/2006, con Nacional campeón y Peñarol último.

BROMA. En el palco alguien le preguntó al Dr. Della Valle si vió por TV que el funcionario tricolor Wilson Pírez había besado a Paolo Montero en la AUF el día del cierre del período de pases y el presidente contestó: "¡Sí, y ya lo suspendí 3 días!". Telón rápido con risas generales.

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