Fernando Manfredi
El cuartel general de De Igual a Igual es una pequeña habitación donde entran y salen los integrantes de la producción del programa. En su mayoría son gente muy joven, incluido el propio Gaspar quien compartió la conducción con Omar Gutiérrez hasta el obligado "paréntesis". Una pequeña foto de "Gonchi" Rodríguez parece presidir con su melancólica sonrisa lo que allí sucede. No faltan mates y termos, incluidos el del conductor, alineados como para entrar en acción. Es que ese rasgo que lo identifica es algo que volverá a acompañarlo en esta temporada.
Claro, no estará el otro, el cigarrillo, al que le ha dado definitivamente la baja. Llega Omar, físicamente impecable, tranquilo y descansado. Da la sensación de que está aprendiendo a darse tiempo para todo. Lo que salta a la vista es que este hombre no tiene demasiadas diferencias con el que aparece en los televisores de todo el país poco después de cada mediodía.
Es que Omar Gutiérrez no "hace de Omar Gutiérrez", lo es y punto. Tal vez esta característica le ha permitido sobrevivir con su propuesta por un tiempo prolongado en un medio donde todo, debido al todopoderoso rating es inestable y efímero.
Si le quedaba por probar algo de lo que ni él mismo tenía clara conciencia, su estancia en el CTI lo dejó al descubierto. Miles de personas le testimoniaron su afecto y preocupación y estuvieron pendientes de los avatares de su salud como si se tratara de un miembro más de la familia. Los partes médicos diarios, desde San José contribuían, sin pretenderlo, a mantener en vilo a la gente. Aquellos malos momentos han pasado. Según él ahora se viene lo mejor, en la televisión y en la vida.
- ¿Esperaba que su quebranto de salud tuviera toda la repercusión que tuvo?
- No, por supuesto y menos donde yo vivo. Sin embargo por lo que me enteré después, en San José hubo un revuelo bárbaro y también acá. Yo siempre digo que no tengo palabras de agradecimiento a todo el mundo. A los compañeros de acá del canal, de la radio, de los medios, Me enteré de que personas que ni siquiera me veían ni escuchaban, igual rezaron por mí. Los médicos y enfermeras del hospital de San José se comportaron maravillosamente conmigo.
- Cuándo uno toma conciencia de lo que le pasó, ¿en qué cosas piensa?
- Cuando empecé a recuperarme, comencé a revisar lo que hice. En esa situación uno revaloriza todo, empieza a querer lo que antes no quería demasiado. En lo personal siento que uno "se tranquiliza". Yo tengo 59 años y nunca había estado internado, ahora debo seguir determinadas normas para tener una vida "normal". Por sobre todo valorás la vida y la gente, eso te conmueve
- ¿Cuál entiende que es el secreto por el que su programa se ha mantenido tanto tiempo?
- A mí me parece que, primero, uno es como el uruguayo medio con sus defectos y sus virtudes. Segundo, yo creo que la gente se ve identificada con muchas cosas que acontecen en el programa, con los invitados o con los temas y tercero creo que hemos apuntado a sectores que generalmente no aparecen en los medios, o que no tienen posibilidades de poder expresarse. Porque en la vida hay de todo: bueno y malo y yo soy de los que creen que los malos ejemplos contagian pero los buenos también. Por suerte a nuestro lado han comenzado muchas figuras a las que ahora les va muy bien, que han crecido y eso está muy bien. Unos están por acá, otros fuera del país. Eso es un motivo de satisfacción. En esto el éxito no está nunca asegurado de antemano. Me acuerdo que Candeau decía en un libro "cada noche es un estreno" y es verdad eso. De pronto cada trabajo que hacés es un examen que estás rindiendo y en nuestro caso es todos los días.
Ojalá uno pudiera tener la idea de cuándo dar un paso al costado. Porque nos ha ido bastante bien durante todos estos años y sería muy embromado que uno se tuviera que retirar con la cabeza gacha. Yo creo que uno tiene que intentar darse cuenta de "hasta cuándo".
- ¿Cómo se arma De Igual a Igual?
- Por suerte el equipo nuestro es muy joven. Lo bueno de los jóvenes es que son bastante atrevidos, tienen imaginación, tienen ganas de trabajar, son dinámico, tienen fuerza y eso ayuda. Por suerte hemos tenido siempre un buen equipo. Somos unas diez personas que nos reunimos una vez por semana, Se aportan ideas, se hace autocrítica y cada uno incide en lo que mejor sabe.
- Ud. estuvo en estos días filmando por la Isla de Flores ¿ Es una de las novedades del nuevo ciclo?
- Por cierto, es que Uruguay tiene muchísimos lugares hermosos, algunos están en la misma ciudad de Montevideo. En el caso de la Isla de Flores hay un entorno paisajístico increíble, pero también mucha historia, como el Río de la Plata. Y el faro es una pinturita.
- ¿Y que sucederá con el programa en estudios?
- Se incorpora en el móvil Mariano Pagliari que ha tenido mucha experiencia en radio con Petinatti. Sigue Gaspar, más adelante vamos a incorporar alguna dama también. Van a haber algunos cambios en la escenografía, se le van a agregar algunas cosas a los murales de Páez Vilaró. Vamos a intentar recorrer todo el Interior con los programas musicales de los sábados donde se incorporarán otros compañeros más jóvenes que serán los encargados del agite.
- ¿Hay algo que no hizo que le gustaría hacer?
- Hace años que tengo preparado algo que me gustaría hacer, en la línea de Jesús Quinteros "El perro verde". Me llama mucho la atención trabajar con esa forma coloquial de hacer las entrevistas, creando un clima intimista y cálido.
Hombre de dos ciudades
Omar Gutiérrez, como muchos profesionales de los medios de su generación, se inició en la radio, en su "república de San José". Sobre finales de la década del 70 entra en la radiodifusión capitalina por la puerta grande con El Tren de la Noche en CX 20 Radio Montecarlo, con el que empieza a hacerse conocido del público. El éxito del programa fue tal que muchos oyentes robaban algunas horas al sueño para seguir las ocurrencias del maragato. Tras un breve período en que trabajó también en el horario nocturno de CX 30 Radio Nacional, retorna a la misma empresa pero en CX 12 Oriental, esta vez deja de ser noctámbulo para lanzar en la mañana De par en par con el que vuelve a reeditar su romance con la audiencia. Allí permanecerá por varios años, inclusive cuando la emisora pasa a ser propiedad de la Iglesia mudándose a la Ciudad Vieja.
En 1989 ingresa a la televisión con De igual a igual por Canal 4. Si bien en la primera temporada reproduce el esquema de la radio, con locutores y operadores y básicamente el mismo equipo, luego lo transforma en un show con entrevistas y temas de actualidad que tiene un suplemento musical los días sábado.
Desde 2004 retorna a CX20 Montecarlo (AM 910) con el programa Bigote P`arriba pero esta vez en horas de la tarde.