Nueva York - Argentina y Uruguay dialogaron este martes en Nueva York con optimismo pero sin resultados visibles en la búsqueda de una solución al conflicto bilateral por la construcción de una planta de celulosa en territorio uruguayo, que los argentinos consideran contaminante.
Las delegaciones se reunieron a puertas cerradas toda la jornada del martes, en la sede de la misión de España ante la ONU y en presencia del embajador español Antonio Yáñez Barnuevo, que actúa como facilitador.
Uruguay estaba representado por el director general de la cancillería, José Luis Cancela, al frente de una comitiva de diplomáticos y técnicos. La consejera legal de la Cancillería argentina, Susana Ruiz Cerruti, y el jefe de gabinete de la cartera, Alberto D´Alotto, encabezan la delegación de Buenos Aires.
"Vamos a comer una paella" comentó sonriente a la prensa Yáñez Barnuevo al salir junto a los rioplatenses al mediodía para una pausa y un almuerzo en su residencia de Manhattan. Las dotes de anfitrión del español al parecer dieron resultado y todos regresaron por la tarde sonrientes.
"Fue un almuerzo muy distendido, en muy buen clima, hubo bromas", dijo Daniel Castillo, jefe de gabinete de Cancela. "En el almuerzo hablamos de todo. Había dos mesas, pero estábamos todos mezclados. Comimos una paella deliciosa que nos ofreció el embajador Yáñez, gazpacho de entrada y un postre muy rico" comentó. En la delegación argentina también había distensión. "Estamos poniendo mucho empeño", comentó uno de ellos.
Un diplomático argentino que interviene en las reuniones vaticinó "algo concreto" para el miércoles, probablemente una declaración común. Castillo precisó que en las deliberaciones "no hay un orden, estamos tratando todos los temas" de la agenda.
El conflicto entre los dos países sudamericanos lleva más de dos años, provocado por la instalación de una planta de celulosa de la empresa finlandesa Botnia en Fray Bentos, a orillas del río Uruguay, limítrofe entre los dos vecinos.
Fuentes gubernamentales argentinas adelantaron en Buenos Aires que se plantearía una relocalización de la planta de Botnia, aunque diplomáticos en Nueva York no descartaron que se trate de una posición maximalista de negociación, para obtener un máximo de concesiones de la otra parte.
"Es como cuando uno va a comprar un departamento", comentó un diplomático argentino que prefirió permanecer anónimo y se negó a vaticinar con precisión qué busca obtener Buenos Aires. "En todo caso ganar tiempo, para que el tema no interfiera con las elecciones", comentó.
En esa estrategia, Argentina argumenta que el emprendimiento papelero en Uruguay violó el Tratado del Río Uruguay al aprobar unilateralmente la instalación de Botnia en el lugar actual, cerca de Fray Bentos.
El tratado, firmado por ambos países en 1975, obliga a las partes a informarse mutuamente sobre cualquier emprendimiento que pueda afectar las aguas del río, algo que Argentina considera que Uruguay omitió.
Uruguay rechaza ambos argumentos y protestó por la tolerancia del gobierno argentino ante los cortes de tránsito en los tres pasos carreteros que unen ambos países, bloqueos que realizan manifestantes argentinos opuestos a la planta de Botnia.
Yáñez Barnuevo reconoció la dificultad de acercar posiciones, pero también destacó que había buen clima: "no es tan fácil pero la verdad es que la actitud de los colegas a mí me resulta muy grata". Las conversaciones de Nueva York concluirán en principio el miércoles y constituyen al segundo encuentro entre las partes, tras una primera serie de reuniones realizada en Madrid en abril.
AFP