1/1: José Luis Bello tapa nacional 20070612 300x300 (José Luis Bello)

Daniel Isgleas

Cerca del 20% del personal de la División de Ejército I, la principal del país con jurisdicción sobre los departamentos de Montevideo y Canelones, vive en asentamientos irregulares. En el Ejército convive el avance tecnológico con la pobreza.

A eso hay que sumarle la situación general de la fuerza de tierra, donde el 50% de los miembros del personal subalterno está por debajo de la línea de pobreza.

Así se lo plantearon ayer los militares a los integrantes de la comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, que visitaron la sede de la División I. Lejos de reclamar por la situación, los militares apenas dieron a conocer el panorama, transmitiendo que necesitan una mejora general en distintas áreas. Pero, según relataron a El País algunos de los legisladores que cumplieron la visita, no hubo voces de "descontento" sobre las condiciones en que desempeñan su tarea los militares, dado que reconocen que están sujetos a las decisiones globales del Poder Ejecutivo.

Los legisladores le hicieron ver que en esta etapa presupuestal se ha dado prioridad a cuatro ministerios, entre los que no se cuenta el de Defensa.

De todos modos, los militares destacaron que es imperioso que se continúe participando en las misiones de paz de las Naciones Unidas, dado que las mismas resultan un "instrumento indispensable" para obtener recursos. Como dato anecdótico, un soldado relató a un legislador su situación personal. "Habiendo estado en la misión de la ONU en el Congo, en un año progresé treinta", reconoció un soldado de Artillería, que con lo que le pagaron por la misión en Congo pudo comprarse una casa.

Los 400 efectivos de la División I y sus familias que viven en asentamientos son un problema para la fuerza de tierra. Si bien los oficiales explicaron que se trata de hacer un trabajo de asistencia social que les permita salir del lugar, en muchos casos es un esfuerzo en vano. Han detectado numerosos casos de efectivos que regresan de misiones de paz con dinero como para comprar una casa, pero invierten en una vivienda en el mismo asentamiento en el que viven. Esto, según los estudios, complica el entorno social del soldado. El Ejército tiene planes de ayuda para la construcción de viviendas, pero la demanda es mayor a las posibilidades, se explicó.

INGRESOS. Por otra parte, informaron que actualmente no hay mayores dificultades con las vacantes que se generan, porque se están cubriendo casi sin problemas con efectivos de la frontera. De acuerdo con los estudios que tiene el Ejército, el reclutamiento sube cuando hay baja de la oferta en el mercado laboral. Un problema que sí ocurre es la falta de mano de obra especializada, porque no se recluta con facilidad.

Los militares informaron a los diputados que de un total de 2.542 efectivos en la División de Ejército I (2.300 de ellos son subalternos), más de 300 se encuentran ahora en misiones en el exterior, y una cantidad similar se prepara para el relevo. Esta situación tiene una ventaja, se explicó a El País, porque la gente que está afuera no forma parte de lo que se necesita diariamente para alimentación y demás.

Además, los militares informaron que tienen elementos a favor como el programa de boleto ciudadano, que en la División I se le entrega a 932 efectivos, más la canasta del INDA y el Plan de Emergencia.

El diputado socialista Jorge Menéndez, que preside la comisión de Defensa, comentó a El País que las visitas a las unidades militares "son positivas". "Tratan de romper compartimentos estancos, en el marco de una política que lleva a cabo el gobierno nacional para recomponer lazos, pero siempre teniendo en cuenta la búsqueda de la memoria, la verdad y la justicia", dijo.

El nacionalista Javier García comentó a El País que se enfrentó a un sentimiento antagónico. Por un lado, "se descubrió un elemento de avance tecnológico" como el proyecto Charrúa (ver nota aparte), pero por otro advirtió lo ingrato que es saber que el personal "vive en situaciones de pobreza angustiante". "No se puede tener un Ejército donde la pobreza es un integrante más", sostuvo.

El domingo 10, una lectora esposa de un militar que está a punto de partir a una misión de paz de la ONU, preguntó si lo que recibirá por su tarea en el exterior estará o no abarcado por el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que comenzará a regir a partir del 1° de julio. En su espacio en la sesión Economía, la consultora Deloitte explica este caso, que es el de miles de militares uruguayos que están en misiones de paz. Para que la renta se halle gravada por el impuesto el militar debería ser residente y la renta obtenida debería ser de fuente uruguaya. El criterio general es considerar de fuente uruguaya a las rentas por el trabajo realizado en el país. En el caso planteado, no es el Estado uruguayo quien abona la retribución, sino que es una organización internacional, la Organización de Naciones Unidas (ONU). Por lo tanto, cumpla o no las causales de residencia, la renta en este caso no sería de fuente uruguaya y por ende no quedaría gravada por el impuesto. De todos modos, Deloitte aclara que la administración aún no se ha pronunciado al respecto.

En la visita a la División I del Ejército, los diputados conocieron el proyecto Charrúa. Se trata de un avión de diseño nacional que está en proceso de últimos ajustes. Es un aeromodelo de 2,20 metros de largo por casi 4 metros de envergadura y lleva tres cámaras que apuntan una hacia adelante y dos hacia abajo.

Las pruebas recientes han dado muy buen resultado y dejaron conformes a los militares. Incluso, los datos se pueden grabar, trasmitir y obviamente pasar por Internet.

El Grupo de Artilleria Antiaérea N° 1 tiene vasta experiencia en vuelos de aeromodelos, pues varios de ellos son usados como blancos en sus pruebas. Hace tiempo se empezó a manejar este proyecto, que evolucionó a partir de los aeromodelos hasta llegar a su estructura actual.

Es un vehículo aéreo no tripulado, que puede ser dirigido por un centro de control a cargo de un técnico mediante enlace datalink en tiempo real. Se controla desde un camión del Ejército especialmente acondicionado.

Hay dos tipos de estos aviones. Uno es una unidad de reconocimiento cercano, dirigido con alcance visual debido a la incapacidad para actuar autónomamente. El otro modelo tiene una autonomía significativa, opera totalmente por control remoto hasta a 10 kilómetros del operador.

El Charrúa fue desarrollado a partir de las directivas del Comandante en Jefe en innovación tecnológica. En el Ejército no agrada que a este aparato se lo llame "avión espía".