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Anacap dice que hay garrafas pero que las empresas no las reparten

Polémica. Es por un tema económico, según Sendic. Las firmas lo niegan

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Las autoridades de Ancap afirmaron ayer que por una "ecuación económica" las empresas de supergás no realizan el reparto a domicilio y sólo venden en los cerca de 40 puntos de venta existentes. Las firmas niegan estas afirmaciones.

El vicepresidente Raúl Sendic llamó "a la responsabilidad" a las empresas que distribuyen supergás y anunció que Ancap ya comunicó a Ducsa -la única de las cuatro firmas que es de propiedad estatal- que desde hoy debe "normalizar" el servicio de atención telefónica y de distribución de garrafas.

En los hechos, ayer había supergás en prácticamente todos los puestos que existen en Montevideo pero las empresas recomendaban a los clientes ir a buscar las garrafas a los propios locales debido a la alta demanda y a un abastecimiento que ha mejorado pero que aún no se ha normalizado.

Para el gerente comercial de Ducsa, Pablo Alvariño, se trata de una combinación de factores: falta de suministro más el frío "que no ayuda" y un "cambio en la cultura de consumo" de los usuarios, que se desesperan ante esta situación y "saturan" las líneas telefónicas.

En Ducsa se estima que el suministro se normalizará en pocos días. Ayer la empresa realizó "poca entrega domiciliaria" y centralizó su atención en los puntos de venta. También registró problemas en las ciudades de Mercedes y San José.

Acodike tenía ayer de tarde supergás en sus 15 centros pero sólo en ocho locales realizaba el reparto a domicilio, principalmente en el Centro, Cerro, Pocitos, Malvín, Carrasco y Maroñas. La demora en la entrega era de tres o cuatro horas en esos lugares. Riogas, en tanto, ya no entregaba a domicilio a las cuatro de la tarde.

En conferencia de prensa, Sendic explicó ayer que el suministro "se ha normalizado bastante" y que el nivel de abastecimiento "se acerca" a la demanda. Desde el lunes Ancap entrega 630 metros cúbicos diarios de gas a las plantas de envasado, lo cual representa unas 40.000 garrafas. "Hoy la demanda está en 700 metros cúbicos diarios", señaló.

ADVERTENCIA. El vicepresidente, junto al director del ente, Gonzalo Riet, dijeron tener la "sensación" de que algunas empresas han suprimido la distribución domiciliaria en algunas zonas por "una ecuación económica" y, por eso, "la gente está obligada a ir a buscar las garrafas a los puestos". Pero el funcionario aclaró que desde el lunes las empresas disponen de una cantidad de garrafas "suficientes" para desarrollar con normalidad la distribución.

"Hoy no les cierra económicamente entregar garrafas de ocho kilos en la distribución domiciliaria. Son decisiones empresariales", comentó. "La mayor prueba de que entregamos los volúmenes de gas es que cuando uno llama a las empresas le dicen que vaya a buscar garrafas a tal lugar. O sea, hay garrafas y no las están entregando en los domicilios. Esa es la realidad". Y esto también ocurría ayer en Ducsa, la distribuidora propiedad de Ancap, admitió Sendic. El jerarca dijo que la situación será modificada por el ente: "Podemos incidir y hemos tomado medidas. Instruimos a que se reinicie el servicio de call center en Ducsa", dijo. A partir de hoy se normalizaría la atención telefónica y la distribución en la empresa estatal, aseguró.

La situación es distinta en las firmas privadas, donde Ancap no puede incidir. "Habrá que convocar a responsabilidad a las demás empresas para que retomen el servicio domiciliario pero no las podemos castigar no entregándoles gas", apuntó.

El director Germán Riet matizó las afirmaciones de Sendic y dijo que "lo que cayó es una forma de dar el servicio y no el servicio en sí". La distribución domiciliaria es un servicio "al que nos hemos acostumbrado, pero antes no existía", comentó.

RECHAZO. Las empresas reaccionaron con sorpresa ante las acusaciones de Ancap. Desde Ducsa se afirmó que su call center ha sido el único activo de los cuatro, desde que hay crisis de abastecimiento.

Alvariño dijo que en Ducsa "no hay especulación" y que la lógica que se utiliza es que exista supergás en todos los locales. "Si pongo en la calle a todas las unidades con garrafas, me quedo sin stock", explicó.

El gerente general de Riogas Gustavo Graña respondió, por su parte, que la empresa "hace todos los esfuerzos por llegar a todo el país" y que en algunos casos no se entrega a domicilio porque "si una persona llama a las cuatro de la tarde, no se le puede llevar la garrafa a la una de la mañana" .

En otro orden, ayer ingresaron al país ocho camiones que estaban estancados en los puentes, con 600 toneladas de gas desde Argentina. Para mañana se espera un nuevo embarque desde Bahía Blanca.

Sendic: "Hoy no les cierra económicamente repartir las garrafas de ocho kilos"

Reanudan producción a fines de junio

En los primeros días de julio Ancap levantaría las restricciones en la venta de garrafas de supergás, anunciaron ayer las autoridades del ente. Y afirmaron que "tal vez no haya que esperar hasta el 9 de julio", como anunció el ministro Jorge Lepra. Mañana Ancap pondrá la planta de La Teja en funcionamiento y cerca del 28 de junio empezará a marchar la unidad en la que se produce el gas licuado. "Ahí vamos a tener la tranquilidad absoluta de que la propia producción asegurará el abastecimiento", explicó el vicepresidente Raúl Sendic.

Varios factores explican la actual situación, según Ancap. El primero de ellos es que inicialmente la refinería de La Teja iba a pararse en setiembre para realizar tareas de mantenimiento pero la medida se terminó tomando en abril. "El stock de repuestos que se necesitaba para entrar en el paro no estaba en el país, y hubo atrasos en las entregas de parte de los proveedores", indicó Sendic. El paro se trasladó para febrero y marzo pero los proveedores "seguían sin cumplir" y también se demoraron contrataciones de empresas.

Así, la paralización de la planta se inició en abril, después de cuatro años sin mantenimiento. La capacidad de producción de la planta "había disminuido de forma importante por falta de mantenimiento" y "no se podría estirar el paro hasta después del invierno" sin poner en riesgo la seguridad de los trabajadores de la refinería, sostuvo Sendic.

El mantenimiento iba a durar un mes y medio, pero se estiró a dos meses. Ancap dice haberse encontrado con más imprevistos. "Después de cuatro años de producción seguida, algunos trabajos de recubrimiento interno de torres llevaron el doble del tiempo previsto. Y hubo bajo rendimiento de varias empresas contratadas", indicó el director Germán Riet. Además, aseguró que existieron dificultades con la calificación del personal de las firmas contratadas: "Al haber varias obras en el país, (como Botnia y la caldera de Alur) fue difícil conseguir soldadores calificados".

En otro orden, Ancap había firmado un contrato con la firma Petrobras Argentina para el abastecimiento de gas licuado mientras durara el paro. Ese convenio obligaba a Petrobras a entregar un barco por semana (unos 5.000 metros cúbicos), que -según Ancap- aseguraban el suministro. Pero el servicio se interrumpió y el problema se agravó.

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