Ni el canciller Reinaldo Gargano, ni el embajador uruguayo en Venezuela, Gerónimo Cardozo, saben quién dio autorización en el Ministerio de Defensa para subir a un buque de la Armada 15.000 proyectiles para armamento iraní cuya compra estudia el Ejército, y traerlos a Montevideo sin registro oficial de ingreso ni permiso de importación. Las municiones se utilizan en armas automáticas individuales, y en armas de apoyo ligero y mediano.
El embajador Cardozo dijo ayer a El País que el presidente de la empresa estatal venezolana que fabrica armamento -un general del Ejército venezolano- le planteó que "necesitaban enviar municiones a Montevideo al Ministerio de Defensa", y que le pidió que gestionara si podía llevarlo algún buque o aeronave uruguaya porque ninguna línea regular de carga lo haría.
Cardozo envió una carta a Relaciones Exteriores relatando el hecho, y esta cartera lo transfirió el caso a Defensa. Esto fue confirmado a El País por Gargano. A partir de entonces, Relaciones Exteriores se deslindó.
Cardozo dijo que hasta ayer no había recibido respuesta de Defensa. El embajador no sabe por qué no se gestionó autorización del Servicio de Material y Armamento (SMA) del Ejército para la importación reglamentaria.
Admitió que para concretar la llegada de municiones faltaba documentación que refrendara el pedido de Defensa. Tampoco pudo explicar por qué las municiones no llegaron Montevideo junto con las armas iraníes.
El llamado a licitación convocado por el Ejército concluyó el 31 de diciembre, explicaron a El País fuentes militares.
Sin respuesta
¿Quién autorizó traer las municiones en un buque de guerra uruguayo?
¿Por qué el jefe del Ejército, Jorge Rosales, no sabía que venían las municiones?
¿Por qué la ministra de Defensa dijo en el Parlamento que no tenía "noticias" del embarque?
¿Cómo puede ser que si la ministra dice que no sabe nada, la Armada reconozca que Defensa le pidió traer ese embarque?
¿El Ejército comprará las armas iraníes?