Vestido de mujer y con una peluca rubia, un asesino fugó de la cárcel de Libertad. No fue su primera fuga. Ya se había escapado en marzo del Comcar y fue recapturado un mes después.
El último escape desencadenó un cambio de jerarcas de la cárcel. El cambio no podrá subsanar la realidad que se vive en las prisiones. Reiteradas fugas, detenidos que delinquen en salidas transitorias y un ambiente interno con presos armados y donde se registran continuamente homicidios (22 muertes en los primeros 8 meses de 2007), son evidencia de que lo que se necesita es algo más: reformas que el actual gobierno no supo tomar.
Es decir que estamos ante la misma realidad, sin que todavía se concreten las tan necesarias como reclamadas medidas de fondo.