ANDRÉS LÓPEZ REILLY
En 2008 la comisión que inició el estudio del fenómeno Ovni en Uruguay cumplirá 50 años. Será festejo y despedida, porque "la gente ya no tiene interés en el tema", La Fuerza Aérea, sin embargo, recibió el último año 40 denuncias de "avistamientos".
El 29 de abril de 1958 un grupo de jóvenes que rondaba los 20 años de edad inauguró la investigación del fenómeno Ovni en Uruguay. Inspirados por las películas de "platos voladores" que producía Hollywood, y por las noticias de avistamientos y extraños fenómenos que llegaban desde varios rincones del planeta, formaron el Centro de Investigación de Objetos Voladores Inidentificados (Ciovi).
Esos uruguayos, hoy setentones, admiten sin tapujos que la intención que los movía entonces era encontrarse con "seres del espacio".
Aunque muchos los tacharon de "locos" por muchos, abordaron el tema de forma seria y metódica. Tanto es así que el sistema de investigación que inventó el Ciovi fue adaptado, años después, por la Fuerza Aérea Uruguaya, en la cual funciona, desde 1979, la Comisión Receptora Investigadora de Denuncias Ovni (Cridovni).
El Ciovi es una organización civil sin fines de lucro que en los hechos abandonó la investigación hace años, aunque mantiene una página web y sus miembros continúan en contacto, siempre atentos a las noticias que surgen en el mundo sobre el tema. Los únicos dos integrantes que quedan del grupo original son Milton Hourcade, quien vive actualmente en Estados Unidos, y Germán Vázquez, que por su trabajo en la Oficina de Personal de la desaparecida fábrica "Alpargatas", era la persona idónea para entrevistar a los "testigos" de los avistamientos.
Otros seis integrantes completan el cuadro actual del Ciovi, que el año próximo estará cumpliendo medio siglo de vida. Sin embargo, será festejo y despedida, porque "la gente ha perdido interés en el tema y ya no se sorprende con nada", según dijo Germán Vázquez a El País, al ser entrevistado en su casa del barrio Malvín.
Cincuenta años después, Vázquez resume el fruto de las investigaciones del Ciovi con una frase que seguramente algunos no quisieran oír: "El fenómeno Ovni existe, pero es algo sociológico. Si hay vida extraterrestre inteligente, nunca llegó al planeta Tierra".
EL MITO. La atracción por los "platillos voladores" comenzó en Estados Unidos el 24 de junio de 1947, cuando el piloto civil Kenneth Arnold avistó desde su avioneta nueve objetos reverberantes que, velozmente, "picaban" y subían entre los picos de Mount Rainier, en el estado de Washington.
"Arnold dijo que eran `como platos desplazándose en la superficie del agua`. Si el piloto hubiese sido uruguayo, habría dicho `haciendo sapito`. Pero no dijo que eran platos voladores. Incluso cuando dibujó los objetos, los hizo con una forma triangular", indicó el fundador del Ciovi.
"La prensa tomó entonces esa expresión y comenzó a hablar de `platillos voladores`. Pero lo curioso y lo que llama la atención, es que después de Arnold, que no vio eso, toda la gente salió a hablar de platillos", indicó Vázquez.
"Yo siempre le digo a mis compañeros: cuando veo a alguien que me trae la foto de un plato, empiezo a desconfiar. Fue un invento de la prensa, que no corresponde a la realidad", señaló .
Un mes después del avistamiento de Arnold, el llamado "incidente Roswell" sacudió al mundo.
En las cercanías de Roswell, en Corona, Estado de Nuevo México, el 3 de julio de 1947 un objeto desconocido explota produciendo extraños escombros en una finca rural. Algunos testigos dijeron que entre los restos había varios cuerpos de seres extraterrestres.
Los partidarios de la hipótesis extraterrestre consideran el caso Roswell como uno de los acontecimientos más importantes, ya que a partir de este suceso comenzó la historia de la ufología moderna.
LA AURORA. El lugar más característico de peregrinación en Uruguay por quienes quieren tener algún tipo de "contacto" extraterrestre es la estancia La Aurora de Salto, donde a mediados de la década de 1970 ocurrió un fenómeno extraño que, según aseguraron los investigadores, fue enteramente meteorológico.
La Cridovni comparte la apreciación del Ciovi en cuanto a que en la estancia "La Aurora", no ocurre ningún fenómeno extraño.
Según informaron a El País fuentes de la Fuerza Aérea Uruguaya, el primer hombre en pisar la Luna, Neil Armstrong, estuvo en dos oportunidades en la estancia como periodista de Newsweek, investigando las denuncias sobre avistamientos y fenómenos extraños, pero "nunca como representante de la NASA".
La Aurora es un establecimiento agrícola-ganadero que se encuentra a pocos metros del puente Salto-Paysandú, sobre el río Daymán. El campo se extiende en cada uno de estos departamentos.
En un informe realizado recientemente en el programa "Asuntos Pendientes", de El Espectador, uno de los propietarios de la estancia, Tulio Tonna, recordó el acontecimiento que le dio fama al lugar hace ya 31 años: "Lo que nosotros vimos fue a partir de febrero del 76. Aparecieron luces muy fuertes que nos producían quemaduras en los árboles, en los animales, en la gente. Eso fue lo que se vio. Y después una luz muy, muy fuerte que de noche iluminaba todos los establecimientos a la redonda. Y bueno, la gente lo podía ver. Entonces, era difícil tapar que eso sucedía ahí, porque todo el mundo lo estaba viendo".
Con este fenómeno que tanto la Fuerza Aérea Uruguaya como el Ciovi han calificado de "rayo bola", el terreno quedó quemado y se encontraron algunos animales muertos.
"Un médico de aquí, de Salto, empezó a detectar que había radiaciones y unos japoneses que estaban trabajando en la represa de Salto Grande también llevaron un aparatito con el que descubrieron radiaciones elevadas. Y bueno, eso fue lo que le pasó al famoso ombú. Después hubo que cerrar las puertas, obviamente, por peligro a la gente y algunas historietas que se armaban que no eran ciertas", indicó Tonna.
A la estancia La Aurora se accede a través de un camino de tierra que se bifurca a un costado de la ruta 3. No es una estancia turística, como muchos creen, aunque es un punto muy popular por encontrarse frente al caso de la estancia la conocida gruta del Padre Pío.
La Cridovni y el negocio de los "platos voladores"
La Comisión Receptora Investigadora de Denuncias Ovni (Cridovni) es un cuerpo especial dependiente de la Fuerza Aérea, creado el 7 de agosto de 1979 por el Ministerio de Defensa Nacional, e integrado por personal militar en actividad, personal militar retirado y civiles.
Actualmente, la Cridovni está integrada por 10 personas y cada año recibe entre 30 y 40 denuncias de fenómenos extraños. Desde 1979 a la fecha procesó 2.200 denuncias y tiene oficialmente 1.100 casos registrados, que han sido investigados por su personal.
Sólo 3,4% de esos casos "no tiene explicación", informó una fuente del Cridovni.
OPORTUNISTAS. Germán Vázquez advierte que "hay gente que lucra con el tema" y que cobra $ 2.000 por ir a la estancia La Aurora. "Te preparan para lo que vas a ver y después te hacen ver lo que quieren", afirmó.
"Un conocido pagó los $ 2.000. Llevó unos prismático y le dijeron que mirara a un punto fijo. Cuando lo hizo, no vio otra cosa que una estrella. Otras personas hasta lloraban y decían ¡lo vimos, lo vimos!", contó.
Vázquez dijo que hay muchos "chantas conocidos" que viven del fenómeno Ovni. "Uno de ellos es el peruano Sixto Paz", indicó, quien se gana la vida dictando conferencias sobre encuentros intergalácticos.
"Fabio Zerpa es otro que vive de eso. Es un mediocre actor, que una vez nos dijo: `ustedes, muchachos, tienen que dedicarse a ganar guita con el tema, como lo hago yo`. No es un investigador. Vos le decís que viste un Ovni y él te pregunta: ¿cómo era? Y publica lo que vos le decís. Vive de eso", declaró el fundador del Ciovi.