PEKÍN VERNA YU, AFP
Pese a los intentos de las autoridades chinas para terminar con la costumbre de escupir en público, el arraigado hábito resiste en las calles del país cuando faltan sólo meses para los Juegos Olímpicos de Pekín.
A las puertas de una estación de tren de la capital, Guo Guiyu, cuidador de un aparcamiento de bicicletas, carraspea, un ruido característico en la vida china que anuncia la llegada de una buena flema.
"Escupir es muy bueno para la salud", asegura este hombre, completamente insensible a las campañas del gobierno para convencer a sus ciudadanos de cambiar de hábitos amenazándolos incluso con una multa de 50 yuans (6,7 dólares).
El hábito de escupir es muy fuerte en este país, como muestran los abundantes rastros en el suelo, a menudo congelados en este período invernal. Para muchos chinos, expectorar es un fenómeno tan natural como estornudar o eruptar. Y lo hacen sin ninguna vergüenza, ante el asco de los extranjeros.
Según los expertos médicos, las mucosidades se segregan cuando una persona sufre problemas respiratorios, pero también cuando los pulmones están irritados por la contaminación, el tabaco o una alimentación grasa demasiado abundante. Para Li Yan, experta en enfermedades respiratorias en el hospital Xuanwu de Pekín, el hábito de escupir se debe a la contaminación y a la inconsciencia de la población en materia de higiene.
"En numerosas ciudades chinas, el clima seco y la mala calidad del aire provocan una acumulación de mucosidad en las vías respiratorias, lo cual genera este fenómeno", explica.
Li subraya además que el escupitajo de una persona enferma puede propagar enfermedades como la tuberculosis, la neumonía o la gripe.
"Para una mayoría, es sólo una mala costumbre. Hay gente que escupe cuando ni siquiera tiene nada en sus vías respiratorias y lo que expulsan es sólo saliva", dice Wang Jidong, profesor de la universidad de medicina china en Pekín.
Las autoridades reconocen que terminar con este hábito antes de los Juegos Olímpicos de 2008 será mucho más complicado que construir los estadios para las competiciones.
"No podemos negar que actualmente, una de las dificultades para popularizar los Juegos Olímpicos civilizados (uno de los lemas), es la manera en que se comporta la gente", declaró Zhang Faqiang, vicepresidente del Comité Olímpico chino.