En una carta muy correcta, la ministra Arismendi reconoció haber defendido que beneficiarios del Plan de Emergencia usen el dinero para comprar tinta de pelo. Niega, sin embargo, haber justificado que el ingreso ciudadano se destine a comprar vino. Cumplimos con consignar la versión de la ministra, que si bien mencionó el vino en su discurso puede que haya sido mal entendida y no lo haya apoyado como destino del salario social. De todas formas, en cuanto al fondo del tema y a la polémica que irrita a la ministra, vale decir que con la tinta alcanza. Que la jerarca se alegre de que un dinero sacado a los contribuyentes para auxiliar a gente urgida, sea usado con meros fines estéticos, habla mucho de la consideración que ella tiene por el bolsillo de los que se sacrifican para pagar sus impuestos.