Un verano bajo cero para 4 investigadoras uruguayas

Biología. Uruguay participa del Censo de Vida Marina

Compartir esta noticia

XIMENA AGUIAR

Un verano en el que la temperatura alcanza apenas 1°C. Los días son húmedos y neblinosos por la evaporación de la superficie de los grandes hielos. El sol sale a las tres de la mañana y se pone a las 11 de la noche. Así es enero en la Antártida.

El plan entusiasma a un grupo de biólogas uruguayas que viajan en el buque "Vanguardia", de la Armada Nacional, que partió ayer a las 10 de la mañana, llevando los insumos que mantendrán a la Base Científica Antártica Artigas durante el próximo año.

El buque navegará hasta Ushuaia donde cargará combustible y esperará un buen pronóstico meteorológico para cruzar el Pasaje Drake y llegar a la Antártida. Durante el recorrido, las científicas realizarán un Censo de Vida Marina, fichando los cetáceos que puedan avistar.

Este trabajo se realiza siguiendo protocolos unificados internacionalmente, lo que permite, uniendo las investigaciones de Brasil, Chile y Argentina, un mayor conocimiento sobre la densidad y distribución de la fauna de los mares australes. Una científica venezolana viaja con las uruguayas, cooperando con el proyecto.

Las biólogas Cecilia Passadore y María Szephegyi tienen 26 años, y esta es la tercera vez que realizan la travesía. No les asusta el frío ni el régimen militar que rige en el buque.

Antes de partir, recordaban que en el viaje pasado hubo cinco días en los que no pudieron bañarse con agua caliente debido a la rotura de un filtro, y que al dormir junto con marineras que se turnaban para hacer guardias nunca se podía prender la luz en su camarote. Mariana Ríos tiene 26 años, y ya tuvo la experiencia de embarcarse en el Capitán Miranda, donde tuvo su "bautismo" (corte de pelo, enchastres...) al cruzar el Ecuador. Micaela Trimble se embarca por primera vez, por lo que escuchaba las anécdotas ajenas con una mezcla de curiosidad y temor. Teme a los mareos pero la expectativa de llegar a la Antártida es más fuerte y se sostiene pese a la dureza de las condiciones.

Una vez en el continente antártico, la prioridad del buque es el abastecimiento de la base uruguaya. Más de 25 toneladas de suministros -víveres, herramientas y repuestos- y unos 200.000 litros de combustible con anticongelante son esperados por los ocho uruguayos que conforman el grupo permanente en la base uruguaya, explicó Albert Lluberas, del Instituto Antártico Uruguayo.

En el viaje anterior, Passadore contó que tuvo que esperar varios días para poder descender del buque, porque todos los esfuerzos estaban dedicados a la carga y descarga del combustible, una tarea delicada.

El verano es también el momento en el que los integrantes del destacamento uruguayo pueden arreglar los caños reventados por el hielo, las maderas podridas por la nieve y todo lo que fue destrozado por el invierno más crudo del planeta.

Durante los ocho a diez días que el buque permanece en la Antártida tiene libre movilidad en las aguas polares. La navegación entre los hielos es uno de los momentos cumbres del viaje, antes de iniciar el retorno pasando por Punta Arenas. La fecha de llegada estimada es el 3 de febrero, pero los recuerdos del viaje duran mucho más.

El mundo mira sus polos

La comunidad científica internacional declaró Año Polar Internacional al período entre marzo de 2007 y marzo de 2009. Esto implica un esfuerzo conjunto de más de 60 países en la promoción de actividades científicas y de divulgación sobre la importancia de los ecosistemas polares.

Uruguay participa del Censo de Vida Marítima Antártica, en el que se enmarcan las investigaciones que se vinculan con diversidad y abundancia de especies.

En la base uruguaya continúa la investigación sobre el calentamiento global mediante mediciones continuas del glaciar Collins. También se han realizado investigaciones sobre las comunidades de aves marinas migratorias, pingüinos y colonias microbianas en los mares antárticos.

"Dejar de ver la costa"

La bióloga Cecilia Passadore (26), viajará por tercera vez a la Antártida. Forma parte del grupo Cetáceos Uruguay, junto a sus compañeras de viaje María Szephegyi y Micaela Trimble. Desea volver a sentir el aislamiento de estar rodeada por el mar.

"Navegar entre hielos"

La bióloga María Nube Szephegyi (26) ya conoce la Antártida. Navegar entre sus hielos tornasolados y sentarse al sol entre los pingüinos es para ella una experiencia "incomparable" que quiere repetir, y que "todo el mundo debería conocer".

"Ver nuevas especies"

La bióloga Micaela Trimble (24) viene de estudiar los lobos marinos en Cabo Polonio y ahora cambia de clima para estudiar la fauna austral. Su mayor motivación para el viaje es ver por primera vez especies de cetáceos que todavía no conoce.

"la intimidad del barco"

La bióloga Mariana Ríos (26) se dedica principalmente al estudio de las tortugas marinas. Viajó como invitada en el buque Capitán Miranda y quiere volver a sentir "la intimidad de estar embarcada", ahora ejerciendo como investigadora.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar