JORGE ABBONDANZA
La comunidad teatral uruguaya sufrió en estos días la pérdida de una figura singular, que participó de la aventura del teatro independiente y también supo proyectar su imagen al Exterior, en una trayectoria que recorre grandes nombres y teatros.
Rosario Iraola murió en Punta del Este, donde estaba radicada desde hace años. En etapas anteriores de su vida, esa mujer había dedicado sus entusiasmos al teatro, comenzando en grupos independientes a los que aportó su singular habilidad para la utilería.
Cuando el Teatro San Babila de Milán visitó Montevideo a comienzos de la década del 70, se requirió la colaboración de Rosario para conseguir algunos objetos raros que exigían los montajes, y la destreza con que prestó su apoyo derivaría poco después en que la llamaran desde Italia para incorporarse al Gruppo Teatro e Azione, que encabezaba un Giorgio Strehler momentáneamente separado del Piccolo Teatro.
Con ese célebre director la uruguaya comenzó a trabajar como directora de escena, oficio en el que brindó algo más que los servicios de traspunte. Su notable rendimiento la mantuvo al lado de Strehler cuando el hombre volvió al Piccolo, y así Iraola pudo formar parte del equipo que llevó a escena espectáculos memorables como El jardín de los cerezos o el monumental Rey Lear, que fueron dos culminaciones en la carrera del creador italiano.
Luego volvió al Uruguay y en Montevideo tuvo actividad entre los técnicos de la Comedia Nacional, coordinó más tarde las temporadas del Auditorio Caravella y pasó entonces a desempeñar un cargo de responsabilidad en el Canal 5 del Sodre.
Pero poco después volvió a zarpar y figuró nuevamente junto a Strehler cuando éste ya estaba en París al frente del Teatro de Europa, en el Odeón.
En la perspectiva de tantos años, la trayectoria de Iraola debe quedar como ejemplo de una proyección internacional nada frecuente para una integrante de la escena nacional, demostrando de paso una capacidad profesional que siempre estuvo asociada a su indomable vocación por el teatro. Sus amigos lamentan ahora la desaparición de esa mujer batalladora.