La Habana EFE, AFP y AP
Tres días después de anunciar su renuncia a la presidencia, Fidel Castro publicó ayer una nueva reflexión. Ahí dejó claro que su paso al costado no será el fin de sus ataques verbales a EE.UU. Los cubanos siguen sin noticias oficiales de su sucesor.
"Estoy de acuerdo, ¡cambio!, pero en Estados Unidos -replicó con ironía-. Cuba cambió hace rato y seguirá su rumbo dialéctico. ¡No regresará jamás al pasado!", escribió Castro en su primera "reflexión" publicada en medios locales luego del histórico anuncio, y en la que parece será su única manera de contacto con los cubanos.
Añade que disfrutó "observando la posición embarazosa de todos los candidatos a presidente de Estados Unidos", en un artículo que ayer no apareció en portadas a petición del propio Castro. "Se vieron obligados uno por uno a proclamar sus inmediatas exigencias a Cuba para no arriesgar un solo elector", añade.
Señala que el "adversario", cuando habla de cambio, lo que en el fondo piensa es en "anexión", y aclara que "no es lo mismo el fin de una etapa que el inicio del fin de un sistema insostenible".
Por supuesto, recuerda al presidente George W. Bush: "dijo que mi mensaje era el inicio del camino de la libertad de Cuba, es decir, la anexión decretada por su gobierno en voluminoso y enorme texto".
Además, en una aparente alusión a Javier Solana, el responsable de la política exterior de la Unión Europea (UE), dijo que hay "un ilustrísimo personaje español, antaño ministro de Cultura e impecable socialista, hoy y desde hace rato vocero de las armas y la guerra", que es, según dice, "la síntesis de la sinrazón pura".
También reconoció que estaba "exhausto" por las tensiones para reelegirse, pero que luego de renunciar durmió tranquilo, "como nunca". Eso sí, prometió más "reflexiones" ya que dijo no tener derecho "a guardar silencio mucho tiempo" para "abrir fuego ideológico" sobre sus enemigos.
Mientras Castro replica a las reacciones a su anuncio del martes, los cubanos siguen sin datos oficiales sobre quién será el segundo presidente del Consejo de Estado desde su creación en 1976. El propio Castro afirma que está enfrascado ahora "en el esfuerzo por hacer constar" el voto unido "en favor de la presidencia de la Asamblea Nacional y del nuevo Consejo de Estado, y cómo hacerlo".
En la prensa salieron varios artículos sobre el mecanismo de elección. También aparecen artículos firmados reivindicado la continuidad del sistema que rige en Cuba, pero sobre la identidad del nuevo presidente, nada de nada.
En la calle muchos afirman que todo seguirá igual, los más dan por descontado el paso a titular del presidente provisional, Raúl Castro, y la inmensa mayoría asegura que en la isla "no pasa nada".
Además de ser el hermano de Fidel, Raúl Castro tiene el aval de haber sido presidente provisional durante 19 meses, luego de que el histórico líder cubano cayera enfermo. El otro candidato es Carlos Lage, vicepresidente del Consejo de Estado y cara más visible de La Habana en el exterior durante la última década.
Las "reflexiones" dejan claro, además, que Fidel Castro no pasará al ostracismo. Renunció a ser presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe, pero no dijo nada de su estratégica posición de primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), que según la Constitución es la "fuerza superior del Estado y la sociedad".
El histórico momento que vive Cuba coincidió con la visita del segundo funcionario de mayor nivel en el Vaticano, su secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone.
En su estadía, para conmemorar los 10 años de la llegada de Juan Pablo II a la isla, abrió la posibilidad de una visita de Benedicto XVI, quien abogó por la "reconciliación" en Cuba. Las relaciones entre la Iglesia Católica y el gobierno cubano han sido históricamente tensas.