DIEGO FERREIRA
El Acto del 1° de mayo organizado por el Pit-Cnt transcurrió con escasas críticas al gobierno y varios ataques a la cúpula de las cámaras empresariales, señaladas por los dirigentes sindicales como "el principal partido de oposición".
El tono de la proclama del Pit-Cnt con motivo del Día de los Trabajadores reflejó el buen momento de las relaciones de la central con el Ejecutivo.
Que las primeras filas de sillas blancas, reservadas para las autoridades y los legisladores oficialistas, estuvieran ocupadas ayer por casi la totalidad de los ministros del gabinete, sus subsecretarios y otras figuras del gobierno, fue toda una señal de la sintonía existente en este último tiempo. Sólo los ministros Víctor Rossi (Transporte y Obras Públicas), Marina Arismendi (Desarrollo Social), Carlos Colacce (Vivienda), y María Julia Muñoz (Salud) estuvieron ausentes, aunque en el caso de Muñoz estuvo representada por el subsecretario Miguel Fernández Galeano.
Otras presencias destacadas fueron las del equipo económico en pleno, encabezado por el ministro Danilo Astori -luego de dos años de ausencia en estos actos-; así como las de los senadores José Mujica y su esposa Lucía Topolansky, que tomaron su lugar en la platea acompañados por su perrita Manuela. Entre saludos efusivos, los representantes del gobierno fueron llegando sobre las 15 horas, cuando estaba previsto que comenzara la oratoria a cargo de los coordinadores del Pit-Cnt, Fernando Pereira y Juan Castillo.
oradores. El acto se abrió con el espectáculo de la murga Diablos Verdes homenajeando al histórico dirigente sindical Antonio Iglesias, y luego sonaron las estrofas del himno nacional. Tras los saludos de representantes de las centrales sindicales de Brasil y Cuba, el dirigente Richard Read leyó un discurso, evocando el acto del 1° de mayo de 1983, primero realizado antes del regreso a la democracia; tras ello, se inició la oratoria.
En su discurso, Pereira realizó una dura crítica a las cámaras empresariales -"el principal partido de oposición"- cuyos voceros promueven el peor "terrorismo verbal". Los ataques al empresariado que se convirtieron en uno de los tópicos de la oratoria, revelan la ácida disputa entre ambos sectores de cara a los consejos de salarios, en junio. "Dicen que estamos en una dictadura cívico-sindical. Qué malos dicta-dores que somos que toda- vía tenemos trabajadores con $ 3.000", dijo el sindicalista.
Una de las pocas críticas que se escucharon hacia el gobierno, fue cuando Pereira hizo referencia al presupuesto educativo. "Gastar en educación no es gastar, es invertir", cuestionó.
Pereira cerró su alocución con un fuerte apoyo para la aprobación de la ley de salud sexual y reproductiva. La arenga del dirigente fue respondida con aplausos por algunos ministros (entre ellos Astori) contrariamente a los rostros serios que imperaron durante casi todo el acto.
Luego subió al atril Juan Castillo, el último orador de la tarde. El dirigente repasó la situación de algunos gremios en conflicto como los metalúrgicos, Sutel, Adeom y la situación de Vanni y Dancotex. Castillo celebró que el dueño de la planta textil, Daniel Soloducho esté fuera del país.
El coordinador del Pit fue muy duro con los partidos tradicionales, al afirmar que su eventual retorno al poder "sería nefasto para los intereses de los trabajadores y del pueblo". Castillo justificó que el gobierno, identificado con los planteos del movimiento sindical, "actúa sometido a tensiones de una sociedad dividida en clases, y no puede actuar siempre acorde a ese programa, y tiene que ceder a las presiones del bloque dominante".
Ante ello, propuso una serie de medidas que favorezcan la concreción del Uruguay Productivo: una mejor distribución de la riqueza, más y mejores puestos de trabajo, libertad sindical, ámbitos de negociación colectiva que incluyan cláusulas de género, para que los trabajadores recuperen en los consejos de salarios lo perdido en la crisis de 2003, así como que se destine más presupuesto a la educación.
El dirigente reiteró el compromiso que tiene el gobierno de respetar los convenios con los trabajadores así como su compromiso de llevar el mínimo no imponible a diez bases de prestaciones, a partir del segundo semestre del año.
IRPF y la interna, presentes
El coordinador del Pit-Cnt, Fernando Pereira, también se refirió sobre el fallos de constitucionalidad del IRPF sobre las pasividades. "Dejemos actuar a la justicia (...) no llevemos a la justicia todos los problemas que deben laudarse en el ámbito político", dijo y cuestionó si "quienes convocaron la marcha en favor de la SCJ, lo harán ahora".
Además se refirió a las diferencias con los radicales dentro de la interna sindical. "No nos van a callar con los gritos de la derecha ni con los de la izquierda. Este es un movimiento sindical independiente, autónomo, pero no indiferente", dijo Pereira, quien a su vez festejó el crecimiento del Pit-Cnt que pasó de 120.000 afiliados en 2003, a 280.000 socios en 2008.
El País