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Jaime Yavitz: "Yo me fui muy triste de la Comedia Nacional"

Balance. El reconocido artista pasa raya a medio siglo de actividad teatral

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CARLOS REYES

Jaime Yavitz decidió dejar la Comedia Nacional en silencio, sin grandes despedidas. En entrevista con "El País", el destacado artista contó detalles de su situación actual, su carrera y de sus planes, que incluyen un montaje en el teatro Circular.

"Aunque me hablaron de un homenaje, yo preferí retirarme en silencio de la Comedia Nacional, entre otras razones porque me habían hablado de que yo iba a dirigir Tartufo como último trabajo, y luego un día me comunicaron que por razones de presupuesto no se podía hacer. Me fui con tristeza: me dolió porque soñé mucho con eso. No fue fácil, cuando me dijeron un jueves que el viernes ya no podría hacer función. No me aparecí más por el teatro".

Yavitz (1933) egresó de la EMAD con medalla de oro en 1959 y al año siguiente ingresó a la Comedia Nacional, en donde además de desempañarse por décadas como actor y director, cumplió funciones de director artístico. "Estoy haciendo un duelo, que yo ya lo había empezado a hacer, pero como iba a dirigir Tartufo, lo iba haciendo en etapas. Pero de golpe y porrazo me entero un miércoles que no va Tartufo y un jueves que ya no podía hacer las funciones: me sentí tan desnudo. Yo perdí a mis padres muy joven, y estaba solo, y tuve como una ligazón con aquel momento. No quiero hacer psicología barata: pero me sentí huérfano. Acostumbrado a levantarme y mientras preparaba el mate ya tener los libros para estudiar".

A la hora de hacer un balance sobre cómo se ve desde afuera a la compañía oficial, el reconocido actor señala: "Me enoja que no se entienda que la Comedia es un elenco que tiene un tipo de vida muy profesional, muy difícil. El ritmo de la Comedia sólo se puede hacer bajo un rigor profesional: y lo digo porque la Comedia tuvo ciertas pedradas y creo que es un instituto maravilloso".

Sin embargo, el actor no deja de reconocer los múltiples problemas que la institución vivió en los últimos años: "En la Comedia Nacional puse mi vida, y hay gente que te quiere más y otros menos, aunque siempre es muy difícil ser justo. Creo que hubo muchas rispideces, pero voy a decir algo que me va a traer dolores de cabeza: lo que no se hizo fue no dialogar con la gente que teníamos rispideces. Siempre hay que escuchar las dos campanas".

"La Comedia se sintió muy afectada hasta por problemas personales que había entre su director (Héctor Manuel Vidal) y el director del Departamento de Cultura, Rosencof. Y creo que lo personal se convirtió en un hecho institucional, y eso dañó a ambas partes. Luego, con Denevi tampoco fue un buen momento: siento que no manejamos bien eso. Quizá faltó inteligencia para equilibrar todo, pero lo cierto es que eso le hizo daño a la Comedia, incluso todo lo que se comentó alrededor de eso. La Comedia ha tenido dificultades con mucha gente importante del teatro uruguayo, y es lógico: todos sueñan con estar en ella, tener un sueldo importante como para que te permita vivir de tu profesión".

Desde la experiencia que le otorga medio siglo de trayectoria artística, Yavitz señala que la pérdida del respeto hacia las tradiciones teatrales es uno de los puntos negativos que él nota en el teatro uruguayo de hoy: "En general el problema del teatro uruguayo es que nos falta un conocimiento mayor de la técnica. Se trabaja mucho a partir de lo intuitivo: pero la intuición es también un límite".

Consultado sobre cómo percibe la causa por la que fue jubilado, Yavitz contesta: "La Junta Departamental ya me había extendido la prórroga, por ser mayor de 70 años, y es natural que me jubilara. Sin embargo, recuerdo haber visto en la Comédie Francaise a actores como Pierre Dux hacer un soberbio personaje con 82 años de edad".

Camarín de los pocitos

Además de estar dando clases de teatro, Jaime Yavitz está con un gran proyecto entre manos: levantar una flamante sala de teatro en pleno Pocitos. "El asunto comenzó cuando Ricardo Beiro pasó por el edificio del viejo correo, en Av. Brasil casi Benito Blanco, y pensó que ese edificio abandonado sería perfecto para levantar un teatro. Lo habló con Taco Larreta, con Abbondanza, conmigo, y empezamos a aunar gente muy ligada a la cultura".

Según el proyecto, cuyo costo se estima en un millón y medio de dólares, allí se levantaría un edificio de cuatro pisos, de diseño actual, donde se darían cursos de diversas artes y también funcionaría una sala teatral.

La idea es que ese espacio artístico (donde en principio no funcionará una compañía estable) convoque espectadores de todos los barrios, y no hacer un lugar exclusivo de Pocitos. Su buena ubicación, el estacionamiento que tiene al lado y las cuatro generaciones de prestigiosos artistas que están vinculadas al proyecto, son elementos que avalan la iniciativa.

"Fuimos averiguando -sigue Yavitz- de quién era el terreno, buscando una forma de que nos den ese espacio para un teatro. El lugar está en ruinas, pero tuvimos un padrino maravilloso que es Enrique Iglesias, que abre puertas que no puede abrir nadie más que él. Así conseguimos contactos en España. Ya tenemos depositados 350 mil euros, y habrá otra entrega de dinero del ministerio de cultura español a la Asociación Civil El camarín de los Pocitos, que fue idea de Ricardo Beiro llamarlo así. Hemos conseguido bastante dinero, falta todavía, pero ya tenemos una cifra bastante cercana al costo de la obra".

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