Londres - Los nanotubos de carbono, utilizados por su poco peso y su gran resistencia para el equipamiento deportivo, podrían entrañar riesgos para la salud similares a los del amianto, advierte un estudio científico.
Pruebas llevadas a cabo en ratones de laboratorio indican que una exposición prolongada a esas estructuras tubulares de diámetro equivalente a una millonésima de metro podrían activar enfermedades como el mesotelioma, un cáncer que afecta a la membrana que recubre los pulmones.
Los resultados del estudio, llevado a cabo por científicos de Edimburgo, Manchester y Estados Unidos y publicados en la revista "Nature Nanotechnology", señalan que ese tipo de exposición produce inflamaciones y lesiones en los ratones.
Esa advertencia podría constituir un duro golpe para la nanotecnología, en cuyo potencial se han depositado grandes esperanzas.
"Como sociedad no podemos permitirnos el hecho de no explotar ese material increíble, pero tampoco podemos equivocarnos como ocurrió con el amianto", advierte Andrew Maynard, del Woodrow Wilson International Center for Scholars, de Washington DC.
Los nanotubos se utilizan ya para la fabricación de raquetas de tenis, manillares de bicicletas y bates de béisbol así como en otros muchos productos.
Según los autores del estudio, en muchos de esos productos hay muy poco riesgo de exposición a los nanotubos ya que éstos están enfundados, pero sí puede haberlos en cambio para quienes los fabrican o los encargados de su eliminación una vez usados.
La industria de la tecnología advierte, sin embargo, contra cualquier conclusión precipitada a partir de ese estudio y recomienda seguir investigando.
"Hasta ahora, cada estudio ha arrojado un resultado distinto", declaró a la BBC Steffi Friedrichs, de la Asociación de Industrias de la Nanotecnología, quien reconoció, sin embargo, que el último efectuado indica que "podría haber un motivo de preocupación",
Para que una fibra tenga efectos nocivos, tiene que ser delgada, larga e insoluble en el pulmón, señala el doctor Ken Donaldson, uno de los autores del estudio.
En una serie de experimentos, los investigadores inyectaron en el abdomen de ratones nanotubos de distinta longitud y formados por un número de cilindros concéntricos que oscilaba entre los dos y los cincuenta.
Los investigadores examinaron luego sus efectos sobre el mesotelio, membrana que recubre las cavidades del cuerpo como el pecho o el abdomen.
"Descubrimos que los nanotubos largos eran patógenos: se producían inflamaciones y cicatrices. No ocurría lo mismo con los cortos", explica Donaldson.
El pulmón está equipado con una red de células que fagocitan las partículas extrañas.
Según los científicos, el problema parece consistir en que esas células especializadas no pueden rodear con su membrana citoplásmica para luego devorarlos los tubos de longitud superior a los veinte micrones.
"No pueden moverse como necesitan y se revelan incapaces de eliminar material del pulmón. Así que están en une estado de hiperactividad que lleva a inflamaciones, produce cicatrices y que podría incluso provocar el cáncer a largo plazo", señala Donaldson.
Los autores del experimento reconocen sin embargo que está aún por probar la relación con el cáncer de los nanotubos largos, rectos y formados por varias capas.
Así, por ejemplo, no se sabe si, incluso si se inhalasen, los nanotubos podrían llegar a la cavidad pectoral.
Un estudio reciente indica que cuando los ratones inhalan los nanotubos, desarrollan un proceso inflamatorio que alcanza su apogeo al cabo de siete días de exposición, pero que luego remite para volver al estado normal al cabo de uno o dos meses.
Según Anthony Seaton, otro de los autores del estudio de Nature, lo importante es manejar con mucho cuidado ese tipo de materiales, sobre todo por parte de las personas involucradas en el proceso de manufactura o en el de su eliminación.
Seaton reclama también mayor transparencia de la industria de la nanotecnología, porque muchas veces no se sabe en qué productos se utilizan ni qué tipos de nanotubos se emplean.
EFE