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SIDNEY AGENCIAS

Una alianza ecologista con los jóvenes y las crisis de abusos sexuales de sacerdotes, serán dos temas claves que abordará el Papa Benedicto XVI, quien llegó ayer a Australia para participar en la 23° Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ).

El Boeing 777 de la aerolínea italiana Alitalia que llevó al Pontífice a la delegación pontificia y a un grupo internacional de periodistas, tocó tierra a las 15.00 locales de ayer, en el aeropuerto militar de Richmond (norte de Sydney), tras más de 20 horas de vuelo desde el Vaticano.

Durante el viaje, el Papa dijo a los periodistas que lo acompañaron que pedirá disculpas por los abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia Católica de Australia, y advirtió que el sacerdocio es "incompatible" con la pederastia.

El escándalo de abuso por parte del clero es un tema difícil en la primera visita del Papa a la isla. El Pontífice aseguró que hablará sobre ese tema en los mismos términos en que lo hizo durante su viaje a Estados Unidos en abril, cuando dijo estar "profundamente avergonzado por los hechos" y prometió trabajar para asegurarse de que no haya pederastas que se hagan sacerdotes.

Los grupos de apoyo a las víctimas de abusos de sacerdotes en Australia han exigido que Benedicto XVI se disculpe directamente durante su visita. Uno de los voceros del grupo sostuvo que los comentarios del Papa durante el viaje no son suficientes.

Benedicto, de 81 años y que apareció ante las cámaras con un semblante pálido, ondeó la mano brevemente hacia la multitud mientras descendía de la escalera del avión. En la pista fue recibido por el primer ministro australiano, Kevin Rudd, por el arzobispo de Sydney, cardenal George Pell, el premier de Nueva Gales del Sur, el ítalo-australiano Morris Iemma, y autoridades locales civiles y religiosas.

Desde Richmond el Pontífice fue trasladado en automóvil al retiro rural de Kenthurst, del Opus Dei, en las laderas de las Montañas Azules, en la extrema periferia noroeste de Sydney, donde pasará tres días dedicándose al descanso y la plegaria.

Además de los escándalos de abusos sexuales por sacerdotes, otro de los temas que abordará el Sumo Pontífice es la concreción de una alianza con los jóvenes por la ecología y un desarrollo auténticamente humano.

Aún antes de la apertura de esta nueva edición de las Jornadas, salió a luz el rostro ecologista del pontificado de Benedicto y sus deseos de conjugar dos de sus prioridades: la situación juvenil y la del medio ambiente.

El Pontífice considera que el tema ecológico es uno de los grandes "desafíos" de la humanidad y mira a las nuevas generaciones como aliadas e interlocutoras para enfrentarlo.

Ante el grupo de periodistas que iban en el avión, Benedicto explicó haber convocado a los jóvenes católicos de todo el mundo para reflexionar sobre el Espíritu Santo y que, como éste es creación, no se puede prescindir de la reacción con lo creado y el medio ambiente.

Luego de los tres días de retiro, Benedicto XVI se trasladará a la casa parroquial de la catedral de St. Mary`s, en el centro de Sydney, donde se alojará con el cardenal Pell hasta su regreso a Roma el lunes 21 de julio.

La visita oficial a Sydney empezará a pleno ritmo el jueves 17, con una serie de encuentros con las máximas autoridades, y una visita al santuario de la beata australiana Mari Mc Killop. A continuación tendrá lugar el esperado desfile de embarcaciones en la bahía de Sydney -el papamóvil será sustituido por una gran embarcación- que se espera sea seguido por decenas de miles de personas desde distintos puntos panorámicos de la costa.

La caravana concluirá en el parque de Barangaroo, en la vieja zona del puerto de Sydney, donde esperarán los jóvenes.

Las Jornadas Mundiales de la Juventud -una de las grandes celebraciones católicas de la Iglesia iniciada en 1985 por Juan Pablo II-, reunió en anteriores ocasiones hasta dos millones de peregrinos. Sin embargo, para esta edición se esperan unos 125.000 delegados de todo el mundo, más miles de jóvenes australianos, sumando en total 225.000 peregrinos.

Jóvenes de Latinoamérica -región que alberga casi la mitad de los católicos del mundo- sortearon los altos precios del pasaje y volaron a Australia para ratificar su fe en las Jornadas Mundiales de la Juventud.

Según los organizadores en Sidney, para las jornadas del 15 al 20 de julio están confirmados al menos 12.000 participantes latinoamericanos, de los 225.000 peregrinos esperados.

De Brasil, país que con 185 millones de habitantes, es el que tiene mayor cantidad de católicos en el mundo, viajan 4.000 jóvenes, algunos de los cuales llevan tres años preparán-dose.

De México concurrirán 800 jóvenes, quienes tuvieron como principal obstáculo el necesitar la visa de Estados Unidos, porque el viaje partía desde Los Ángeles.

El gobierno australiano dio muchas facilidades a los jóvenes, mediante subsidios, reducción de tarifas y el armado de pa-quetes accesibles.