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Unos 300 piqueteros se habían reunido en los accesos del puente San Martín para impedirle el paso a Salvador Rossetti, quien había sido habilitado por la justicia para atravesar el bloqueo. Sin embargo, Rossetti nunca apareció.

"Dejó colgados a todos", dijo a El País, José Pouler, dirigente de la Asamblea de Gualeguaychú. Los piqueteros, que aguardaron ayer durante varias horas la llegada de Rossetti, también esperaron en vano y se quedaron con la impotencia de no poder enrostrarle su malestar.

De hecho, los piqueteros habían decidido en asamblea no permitirle a Rossetti que circulara por la ruta 136 hasta la cabecera con Uruguay, tal como había resuelto la jueza federal argentina, María José Sarmiento. La magistrada había estimado "razonable" limitar los alcances de la protesta contra Botnia, ya que "se impide a los ciudadanos circular libremente por las rutas nacionales, entrar y salir libremente del país".

La decisión está en sintonía con otra del juez Guillermo Quadrini, de Concepción del Uruguay, que hace al menos un año declaró ilegal el corte de la ruta 136, pero sin ordenar su despeje.

Sin embargo, aunque la justicia había fallado a su favor, Rossetti, un abogado jubilado de 76 años, nunca apareció por las cercanías del piquete.

Pouler dijo que muchos sabían de la convocatoria y otros se enteraron por mensajes de texto, vía celular. Sobre las 15.30, hora en que se aguarda el cruce del abogado, se habían congregado unos 300 piqueteros. También se había desplegado unos 20 efectivos de Gendarmería en previsión de algún incidente.

De hecho, los piqueteros habían resuelto ayer tras una asamblea no permitirle el paso a Rossetti, al que acusan de "estúpido" y "mentiroso". Entienden que los argumentos humanitarios, así como el hecho de que pasaba frecuentemente por la zona, son falsos.

Mientras, el paradero de Rossetti era incierto. Según indicaron desde la casa de la familia política del abogado argentino -instalada en Ombúes de Lavalle (Colonia)-, él y su esposa salieron hacia Buenos Aires al mediodía, aunque desconocía la ruta que habrían utilizado a tales efectos. Una posibilidad sería el puente Paysandú-Colón, ya que los controles en Migración son menos estrictos, según informaron a El País.

Al cierre de esta edición, el matrimonio aún no había llegado a destino.

En dependencias estatales uruguayas de la ciudad de Fray Bentos se ha venido informando en estos días que a partir de hoy lunes 1°, la Aduana argentina controlará a cada funcionario público o privado que trabaje en el paso de frontera del puente Gral. San Martín.

Este control se materializará a todos los funcionarios, quienes serán revisados en territorio uruguayo por autoridades aduaneras del vecino país, lo cual trajo un indisimulado malestar.

Se trata de funcionarios de distintas dependencias, como el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, la Dirección Nacional de Aduanas, la Dirección de Migraciones, y Sanidad Animal.

Según esta norma, todos deben tener un documento de la Aduana argentina para salir del paso fronterizo.

Desde un primer momento el bloqueó comenzó con dureza. El 20 de noviembre de 2006 la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú decidió bloquear el acceso al puente San Martín por la ruta 136.

La medida se adoptó luego que se supo que el Banco Mundial se disponía aprobar un préstamo de US$ 170 millones a Botnia. Ese hecho molestó a los activistas porque el organismo internacional estaba avalando el proyecto de la firma finlandesa en Fray Bentos.

Ya entonces los piqueteros no creían en la mediación de la Corona española, que a pedido del presidente argentino Néstor Kirchner comenzaba a oficial de facilitadora del diálogo entre Argentina y Uruguay.

El primer efecto del bloqueo se sintió en el turismo. Los argentinos que llegaron a las costas uruguayas en el verano 2007 lo hicieron por mar, aire o tierra si transitaban cientos de quilómetros más para cruzar por Salto o Paysandú.

El piquete siguió luego del verano. La mediación de la Corona española no tuvo éxito, y Botnia comenzó a funcionar el 9 de noviembre de 2007 y por ahora no se ha demostrado que contamine el río Uruguay.