GUSTAVO TRINIDAD
Cuatro rapiñas a vehículos con el secuestro de dos choferes movilizaron ayer a la Policía, cuyos efectivos desplegaron intensos operativos que incluyeron una docena de móviles de varias seccionales y otras dependencias.
Los dos choferes fueron dejados en libertad, los vehículos recuperados y el delincuente capturado. Se trató de un raid delictivo delirante en el que un delincuente, en pocas horas, recorrió medio Montevideo robando una moto, un BMW, un Volkswagen Gol y una camioneta Chevrolet. Los investigadores estiman que actuó bajo una fuerte dosis de droga, posiblemente pasta base. La primera víctima fue una joven a la que le robó la moto y el dinero que llevaba, en el Centro.
Luego, en Barrios Amorín y Cerro Largo, abordó a un hombre que estacionaba un BMW 318. El delincuente venía en la moto y la abandonó. Con el casco puesto encañonó al chofer, lo hizo pasar al asiento de atrás y tomó el volante.
Luego de sacar el auto de la zona le dijo a la víctima que condujera. Para eso el hombre tuvo que pasar al asiento delantero por dentro del vehículo. En el trayecto el joven le dio al hombre una curiosa razón para lo que estaba haciendo, posiblemente causa del delirio de la droga: le dijo que no quería el auto, que en realidad no era un delincuente y que tenía problemas con la familia de su novia.
Le dijo que los familiares de su novia eran todos "malandras" y que había tenido un problema con ella y lo buscaban para matarlo. En un momento, según relató la víctima a los policías, el joven bajó el arma con la que le apuntaba y la puso entre sus piernas. Para afirmar su relato le mostró el pecho con rasguños y heridas y le dijo que se había escapado de una paliza.
EL TIRO. Según la víctima se mostraba sumamente nervioso. En eso le dijo que tenía que ir a San José y le preguntó si había que pagar peaje. La víctima le dijo que sí y el joven respondió que no se hiciera problema que él tenia dinero. Pero se le escapó un tiro que rompió la aleta del auto y parte del parabrisas.
Eso terminó por desbordarlo y entonces hizo bajar al propietario del BMW y siguió manejando solo. No lo hizo por mucho tiempo porque en Camino Santos y Bell, en el barrio Peñarol, se dio contra una columna y abandonó el vehículo.
Entonces rapiñó el Volkswagen Gol y a su propietario y siguió su huida. Abandonó el auto en la Ciudad Vieja y en Cerrito y Solís vio la camioneta Chevrolet de una empresa que estacionaba frente a un local de pagos. Uno de los empleados descendió. Sin pensarlo dos veces encañonó al trabajador que había quedado en el vehículo y se metió al volante. El hombre que había bajado alcanzó a ver que se llevaban la camioneta y dio aviso al 911.
OPERATIVO. Así se fue montando un operativo que fue incluyendo a varias seccionales, además de móviles de Radio Patrulla, motos y hasta de Policía Caminera cuando la camioneta fue vista por los accesos a Montevideo hacia la zona de Capurro. Finalmente advirtió que lo seguían y abandonó al empleado para luego hacer lo propio con la camioneta, que fue hallada en Convenio y Uruguayana, cerca de la vía del tren.
Allí la Policía rodeó varias manzanas para cerrarle el paso al delirante que huía a pie. Desesperado, mientras corría se deshacía de la ropa pero al mismo tiempo iba dejando el rastro. Así la Policía encontró tirada en la vía una campera y más adelante una camisa. Fue capturado y trasladado a la Seccional 7ª donde también declararon los dos choferes que habían sido secuestrados aunque resultaron ilesos.
Fuentes de esa seccional indicaron a El País que en total el desquiciado rapiñero habría efectuado cuatro rapiñas.
La cifra
1.303 es la cantidad de vehículos hurtados a nivel nacional en los primeros cuatro meses de 2008. Es un aumento de un 9,3%.