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Juan Peirano fue trasladado ayer en la mañana al Comcar, una cárcel con casi un 100% de sobrepoblación. Su módulo es el de menor seguridad y lo compartirá con 300 reclusos, la mayoría con buena conducta.

Estar en el Módulo 6 del Complejo Carcelario Santiago Vázquez (Comcar) es un privilegio que se gana con buena conducta, en el que la mayoría son primarios, pero también hay reincidentes, informaron fuentes policiales. Incluso se maneja en la jerga carcelaria que a ese modulo van reclusos con dinero, porque "arreglan".

Pero más allá de esto, el Módulo 6 del Comcar dista mucho de ser un lugar confortable. En ese módulo hay unos 300 presos, muchos de ellos que fueron encarcelados por delitos menores cuyo objetivo era obtener una nueva dosis de pasta base, indicaron las fuentes.

A diferencia de otros módulos, las celdas están abiertas aunque se cierran los sectores, y al igual que en el resto de la cárcel es común el cobro de "peajes" para trasladarse con cierta tranquilidad de un sector a otro del piso.

También es parte del código carcelario que reclusos de alto nivel adquisitivo deban surtir a los demás. Muchos presos marginales o de escasísimos recursos y con familias desintegradas suelen pasar meses sin recibir visitas, y eso implica, más allá de lo afectivo, que no le lleven alimentos.

En esos casos deben comer el "rancho", la comida que ofrece la cárcel, por lo que para evitarla salen a buscar alimentos de otros presos.

Lo mismo ocurre con la ropa, el calzado, los abrigos y los medicamentos, en especial el diazepan que ayuda a dormir en las noches y es muy valorado por los presos. A esto se suma que los "cortes" carcelarios están a la orden del día.

"Ustedes lo conocen mucho mejor que yo, o sea que creo que las palabras sobran. Ustedes saben que el Comcar es de las peores cárceles de América Latina", dijo ayer Jorge Peirano Basso, tras visitar a su hermano ayer en ese centro penitenciario.

Para Jorge Peirano, "el Estado tuvo su tiempo y no ha cumplido con el proceso penal" y consideró que el plazo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos le dio al Estado para cumplir con el proceso también abarca a su hermano recién encarcelado.

El Comcar tiene capacidad para 1.400 presos, pero hay 2.700 reclusos, por lo que el hacinamiento es evidente. En las celdas para un preso hay tres, en las que son para dos hay cuatro y en las de tres hay cinco o seis individuos.

Varias celdas tienen problemas para evacuar las aguas, están seriamente afectadas por la humedad, por lo que en los días fríos a veces los reclusos se "cuelgan" de la red y enchufan resistencias donde meten un ladrillo para calentar el ambiente, lo que en reiteradas ocasiones hace caer las instalaciones eléctricas de la cárcel.

El que tiene mala conducta es trasladado al penal de Libertad, en San José.

jueza. Cuando asumió el expediente penal por la quiebra del Banco Montevideo, la jueza Graciela Gatti solicitó abstenerse de intervenir porque su esposo conoce a miembros de la familia Peirano Basso, pero un Tribunal de Apelaciones decidió que esa no era razón suficiente para que no continuara tramitando el expediente, y así lo hizo.

La magistrada fue quien solicitó la extradición de Juan Peirano a Estados Unidos. Previo mantuvo contactos con funcionarios estadounidenses que la asesoraron en la forma que debía ser presentado el pedido de extradición.

La Justicia estadounidense primero, como el gobierno de ese país después otorgaron la extradición. Juan Peirano llegó a Montevideo el miércoles y el jueves fue procesado con prisión por "insolvencia societaria fraudulenta", un delito más grave del que le aplicaron a sus hermanos Jorge, José y Dante.

Gatti ordenó que peritos contadores del Instituto Técnico Forense realicen una pericia, para la que dio un plazo de 90 días, y pretende que la misma no lleve más de ese tiempo.

Estos profesionales deberán establecer "cuál fue el perjuicio patrimonial cometido contra el Banco Montevideo, cómo se produjo el mismo, en especial, operaciones irregulares o ilegales que se hubieran realizado, y eventuales responsables por las mismas".

Para el gremio de los empleados bancarios (AEBU) "el daño ocasionado por los Peirano jamás guardará relación con la condena que han cumplido y cumplirán ante la Justicia" y "deberán pasar muchos años para que se salde la deuda con la población". En un comunicado emitido ayer, el sindicato bancario reclama "la necesidad de mejorar los controles sobre todo el sistema financiero uruguayo", con una nueva regulación de parte del BCU, ya que "de no ser así será en los hechos tan omiso como lo fue en aquel entonces". Recuerda el comunicado que los hermanos de Juan Peirano fueron procesados en 2002, "para lo cual fueron fundamentales las pruebas aportadas por nuestro gremio". "Sin duda que Aebu, como parte de la sociedad, sufrió y pagó esa crisis con más de 3.000 puestos de trabajo, los que aún hoy no se han recuperado en su totalidad", destaca el comunicado de consejo central de AEBU.

Jorge Batlle dijo ayer que "es absolutamente verdad" que tuvo una entrevista con Juan Peirano Basso en 2002, tal como declaró el ex banquero ante la jueza Graciela Gatti. Peirano afirmó que desde Ginebra pidió unos días a Batlle para conseguir dinero y evitar la quiebra del Banco Montevideo, pero que ese tiempo no le fue concedido. Sin embargo, Batlle sostuvo ayer que Peirano no obtuvo los US$ 50 millones que buscaba en Europa. "Según todo el mundo lo conoce no se concedió ese crédito y el banco no pudo enfrentar la situación de corrida que tenía y trajo aparejado la quiebra del banco", afirmó el ex presidente. Agregó que si hubiera ido a verlo cualquier otro banquero para pedirle una audiencia con el fin de informarle de lo que estaba tratando de hacer, "yo lo hubiera recibido".

Recordó que "la gente" del Banco Comercial y del Banco Galicia "nunca se preocupó por eso". "A mí no me pareció nada raro que el banquero Juan Peirano viniera a decirme que estaba intentando conseguir US$ 50 millones. Ahora, fracasó y como fracasó no pudo sostener el banco y el banco se cayó", dijo Batlle a canal 12.