RAÚL MERNIES
Ya sin trabajo y viviendo ahora de ahorros que le quedaron del dinero que ganó en las carreras de verano, el corredor uruguayo Andrés Zamora se encamina a atravesar los meses más importantes de su carrera deportiva.
Hijo de un fondista olímpico, Nelson Zamora, Andrés empezó a correr a los 12 años, pero sus inicios se hicieron cuesta arriba ya que desde niño padeció asma, lo que limitó su capacidad pulmonar.
Luego de tener que sufrir varias internaciones y tratamientos los médicos no lo dejaban correr. Pero sus ganas de ser "como papá" lo hicieron seguir adelante. "Estar tantos días en cama me hacía perder fuerza, masa muscular y había momentos en los que no podía ni caminar; era como que cada vez que tenía una crisis asmática tenía que volver a aprender a caminar y a correr", explicó sobre el tema.
Pero poco a poco fue superando ese mal hasta que pudo llegar a competir y entrenar a la par de los demás. Hoy en día hace años que no utiliza un inhalador.
"No era un niño normal. Muchas veces estuve internado, hasta en el CTI. Recuerdo varias navidades, fines de año y hasta días de Reyes que los pasé en el hospital. Esos momentos los tengo muy en cuenta y hasta se me vienen a la mente algunas veces cuando estoy corriendo. Por eso es que estoy tan contento, ahora puedo correr y hasta me va bien", comentó Zamora.
Aunque eso está en sus recuerdos, hoy en día Andrés Zamora es uno de los mejores atletas de Uruguay, recordman de los 20 kilómetros y con un futuro sumamente auspicioso.
Primero en la lista general del Circuito Nike Cono Sur (luego de ganar las tres primeras etapas y llegar en el cuarto lugar de la quinta, en Bariloche), clasificado con el primer puesto al próximo mundial que se disputará en Brasil, y habiendo ganado la pasada edición de la corrida de San Fernando, luego de 23 años sin un atleta celeste en la cima del podio, Andrés dejó el Ejército, donde trabajó por siete años, y ahora sí se dedicará exclusivamente a lo que ama: correr.
Pero no será fácil. "Zamorita", como se lo conoce entre los corredores locales, sabe muy bien que en Uruguay no es habitual vivir del deporte. "En este país si no sos jugador de fútbol no podés vivir del deporte. Las únicas carreras en las que se gana un poco de dinero son las de verano, en Punta del Este. Tengo sponsors que me apoyan muchí-simo, pero no alcanza, y eso que todavía no tengo una familia que mantener", explicó.
Para hacerse una idea, en la hazaña de enero pasado, cuando ganó San Fernando, Andrés se quedó con 2.500 dólares para él, y en la San Felipe y Santiago, que también ganó, su premio fueron 1.000 dólares.
El gran problema se plantea en el invierno, cuando prácticamente no hay corridas.
De todas formas, hace algún tiempo que Andrés está en manos de un representante, el estadounidense Thomas Franklin. Él también lo ayuda, básicamente en los aspectos que sean necesarios para complementar su dieta, y además, recibe apoyo económico de Nike Uruguay y Nativa.
"Estoy apuntando de lleno al Mundial y las carreras que se vienen en verano, pero en invierno voy a tener que empezar a trabajar en algún lado porque sólo con los sponsors que tengo no me alcanza. Espero poder seguir corriendo y en buen nivel, pero si las cosas no se dan no sé si voy a poder seguir con esto y trabajar a la vez", explicó.
Andrés vive solo en un apartamento ubicado en Juan Paullier y Víctor Haedo, cerca de la pista de atletismo. No paga alquiler porque el dueño se lo da para que lo cuide, pero esa anécdota tiene un dato curioso: "Ese apartamento era de un señor amigo de mi papá que me lo dio para que se lo cuidara porque me quedaba cerca de la pista. Cuando ese amigo falleció el apartamento se vendió. Yo pensé que iba a tener que irme, pero hay gente a la que le estoy muy agradecida, como por ejemplo, el nuevo dueño. Se enteró de cómo son las cosas y me dejó seguir viviendo allí y cuidando la casa, sin tener que pagar alquiler", contó emocionado.
En su cabeza las metas están claras: en los meses que le quedan al año 2008 se dedicará al Mundial y tratará de cerrar coronándose campeón del Circuito Nike. Pero ese no es su máximo objetivo. A lo lejos, en el horizonte, siempre están los Juegos Olímpicos.
En el año 2009 Andrés participará del Maratón de Buenos Aires, donde intentará recorrer los 42 kilómetros en menos de dos horas con 18 minutos, marca mínima para clasificarse a Londres 2012. Esa será la primera vez que correrá una distancia tan extensa y sobre esto también dio su opinión: "Me va bien en las distancias largas y sé que voy a poder hacer la marca mínima en Buenos Aires 2009, pero el tema no es ese, lo importante es que de ahí en más voy a tener tres años para ir puliendo esa marca. Quiero llegar a Londres con chance de mejorar mis propios tiempos y no me va a importar si estoy corriendo al lado de un keniata o un etíope, son como yo y les puedo ganar. De hecho ya le gané a uno una vez", agregó sonriendo.
Mundial. El entrenamiento para el Mundial que se correrá el próximo 12 de octubre en Rio de Janeiro ya comenzó. Desde ayer, todas las mañanas Andrés va a la pista y trabaja con Nils Gregorio, su entrenador. La primera semana será de tareas regenerativas y de ahí en más comenzará el doble horario: tres horas intensas por la mañana y por la tarde a correr y correr.
En el último mundial su puesto final fue el 67, llegando a la meta seis minutos más tarde que el ganador, lo que es una gran diferencia. Para esta vez, la meta es bajar su marca en los 21 kilómetros (1.06`), sin importar el lugar.
Nike. La única manera de que Andrés no gane el Circuito Cono Sur el próximo 26 de octubre en Colonia, es que no logre estar entre los primeros diez y el chileno Jonathan Monje, que está segundo, sí lo haga.
De todas formas, y si esto sucediera, tendría la chance de recuperarse en la instancia final, que se correrá en diciembre en Chile.
Zamora ingresó al Circuito porque Mario Guimaraes, gerente de marketing de Nike, lo invitó a participar en la primera etapa, en José Ignacio. "Le dije que sí porque me gustaba como experiencia ya que nunca había corrido un circuito tan largo, pero no estaba seguro de si iba a seguir participando en las otras etapas, pero como gané la de acá, seguí", dijo Andrés.
Empezó dudando y hoy está a un paso de ganar el Circuito, de seis etapas, lo que coronaría el año más importante de su carrera.
La familia Zamora y su "genética" de fondistas tiene más de una promesa
Nelson Zamora, el papá de Andrés, corrió el maratón de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y entró en el puesto 54, cronometrando 2 horas y 24 minutos; pero su legado no termina en Andrés, hay más de un "Zamorita" en la familia.
Los hijos de Nelson son seis, y de esos solamente una, Rocío, que tiene 16 años, no se dedica al atletismo.
Cynthia, la mayor de la mujeres, no lo hace a nivel profesional, pero su hobby es correr y acompaña a su familia.
Carlos tiene 19 años y también es fondista. Ya tiene varias participaciones en campeonatos sudamericanos y destacados resultados a nivel nacional.
Christian, de 17, también se dedica a las largas distancias y fue campeón nacional de menores.
Pero quizás el dato más curioso de esta "genética fondista" sea el que concierne al hermanito menor, Mathías, que tiene sólo nueva años. Obviamente que "Math" no entrena, pero ya le dijo varias veces a sus padres que se quiere dedicar a correr y hasta llegó a participar en algunas carreras de integración, de dos kilómetros de distancia, en las que mostró ser todo un Zamora.
La etapa en Bariloche tuvo lesiones, nieve y hubo golpes
La última experiencia de Andrés Zamora fue la quinta etapa del Circuito Nike Cono Sur, en Bariloche, donde llegó en cuarto lugar. Además de haber ganado experiencia y debutado corriendo en la nieve, Andrés volvió con anécdotas imperdibles.
"El frío era tanto que quemaba. Primero se te duerme la piel, después las articulaciones, los músculos y al final no sabés dónde estás pisando o si te estás pegando contra algo o no", explicó mostrando las lastimaduras de sus piernas.
Sobre el recorrido agregó: "Es muy difícil, hay muchas pendientes y te resbalás. Hubo una en particular que era muy, muy empinada y tenía como 400 metros de largo. Ahí íbamos todos descendiendo sentados en el piso y con las manos apoyadas porque era la única manera de bajar", dijo poniéndose en la posición que describió.
Finalmente, Andrés agregó que pudo llegar entre los cinco primeros porque hizo una carrera inteligente, teniendo en cuenta que recién salía de una tendinitis en el tendón de Aquiles derecho: "No salí de punta. Los primeros nueve kilómetros me mantuve ahí y después en los dos finales estaba segundo, pero preferí cuidarme y ahí me pasaron", dijo.