No hay caso. Somos distintos. Tanto que mientras el mundo se derrumba por la peor crisis financiera global de la historia, nuestros gobernantes respiran tranquilos, sabedores de que no todo lo que pasa en este planeta sucede en Uruguay.
Estamos a salvo. Y se nota. Es tanta la seguridad de que aquí no viviremos lo que ya padece el mundo que los senadores del gobierno se pelean por una venia y se permiten dejar desintegrado el mismísimo Directorio del Banco Central del Uruguay. ¿Usted cree que lo harían si pensaran que existe algún riesgo?
La calma es total. Por eso el novel ministro de Economía puede dejar de "monitorear" la crisis global por un par de horas y hacerse un tiempito para ver a su Racing ganarle a Rampla. Total, frente al monitor puede quedarse otro y los fines de semana no pasa nada. Y de última, si alguien necesitara algo, va a llamar.
No importa lo que digan los demás. Ni siquiera que en poco más de una semana unos 4 mil compatriotas hayan ido al seguro de paro. ¿Usted cree que si eso fuera un dato relevante varios ministros andarían perdiendo el tiempo en firmar para que su jefe, el presidente, sea reelecto? ¿Usted de veras piensa que si hubiera una crisis en nuestro horizonte esta gente dilapidaría así su tiempo, en lugar de generar redes de contención para lo que algunos agoreros anuncian que podría pasar?
Seguro que no. ¿Usted cree que puede saber más que Víctor Rossi? ¿Y que María Julia Muñoz? ¿Y que Daisy Tourné o Daniel Martínez? ¿Usted se piensa que si el futuro de miles y miles de puestos de trabajo de uruguayos estuvieran en duda esta gente estaría jugando a "El Reeleccionista" a tiempo completo en lugar de trabajar en aquello para lo que todos les pagamos sus sueldos?
Lo hacen porque no pasa nada. Porque estamos bien y vamos a estar mejor. Porque los europeos son unos flojos, que se asustan por nada, y los norteamericanos tienen bien merecido lo que les pasó por propinarnos a Bush. Pero acá es otra cosa. Acá las empresas de todo el mundo quieren venir a invertir. Se pelean por invertir. ¿O usted se cree que si eso no fuera así Danilo Astori podría haberse dado el lujo de abandonar la nave de la conducción económica en el momento de mayor oleaje? ¿O usted cree que si pasara algo el canoso senador podría ausentarse sistemáticamente de su banca para hacer campaña por todo el país?
El que diga que acá se viene la noche no sabe lo que dice. Acá está todo bien. Por eso los sindicatos piden y piden, y quieren ganar más en 2009 y 2010. ¿Usted se piensa que los gremialistas son tan poco responsables que piden y piden, sin saber si una crisis va a afectar a las empresas que les dan trabajo? ¿Verdad que nadie podría pensar eso?
Es la derecha la que quiere desestabilizar. Son los neoliberales, que de tanto mirar al Norte creen que todo lo que pasa allá va a tener que pasar acá. Son los empresarios.
Se van a llevar un buen chasco. Si se quedan esperando la crisis van a tener que esperar sentados. Al Uruguay del Frente Amplio, al Uruguay del aumento constante del gasto público, al Uruguay que sigue aumentando el tamaño del Estado, al Uruguay de la inseguridad creciente y la marginalidad que golpea, al Uruguay de los sindicatos combativos y clasistas, del piquete y de la ocupación, ya no quiere venir nadie. Ni las crisis.
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