Las Obama aprenden tenis con una uruguaya

05/11/2008, 23:39

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Raúl Mernies

Desde junio de este año, Valentina De Yéregui da clases de tenis a Sasha y Malia, las hijas del Presidente electo de los Estados Unidos Barack Obama, que tienen 7 y 10 años. Ayer, su padre dedicó un fragmento del discurso de reconocimiento de la victoria para dirigirse a ellas y comunicarles que por fin recibirán el regalo que tanto esperaron: "Sasha y Malia, las quiero mucho más de lo que se pueden imaginar. Y se ganaron el nuevo cachorro, que vendrá con nosotros a la Casa Blanca", dijo Obama a sus hijas en el escenario. Con este acto, Barack Obama y su esposa Michelle pretenden premiar a sus dos hijas luego de los sacrificios que tuvieron que asumir durante la larga campaña electoral, en la que soportaron las largas ausencias de su padre.

Si un domingo a la tarde pasa frente al club Hyed Park, en Chicago, Illinois, y ve una cancha de tenis rodeada de hombres con micrófonos, auriculares y lentes negros, dos alumnas están tomando clases particulares: Sasha y Malia Obama, las hijas del presidente electo de los Estados Unidos. La profesora Valentina De Yéregui, es uruguaya.

La historia comenzó hace dos años, cuando el esposo de Valentina, Ignacio, ganó una beca académica para realizar un posgrado en economía en la Universidad de Chicago.

Con los papeles en regla y las visas de trabajo, el matrimonio se dio cuenta que la beca les permitía vivir sin problemas, pero la idea de que Valentina trabajara comenzó a cobrar fuerza.

Licenciada en Comunicación, pero más experiente como profesora de tenis, comenzó a dar clases voluntarias como asistente del entrenador de niñas, pero a las pocas semanas le expresó su deseo de ganar dinero.

Así fue que la pusieron en contacto con Glenn, su jefe, quien quedó sorprendido con su currículo y no dudó en contratarla.

En junio del corriente año el dueño del club recibió un correo electrónico de Michelle Obama, esposa del nuevo mandatario, en el que expresaba su deseo de que sus hijas comenzaran a tomar clases de tenis.

En plena campaña, el jefe de Valentina la llamó para comunicarle que debía darle clases a las hijas del candidato. Su éxito de los primeros meses y la notoria facilidad para manejarse con los niños, pusieron a la ex profesora de Biguá y Nautilus en el seno de la familia Obama.

De ahí en más, cada domingo a la tarde Sasha, de siete años, y Malia, de diez, acuden al club seguidas de una comitiva de seguridad, que se apuesta en lugares estratégicamente designados para custodiar a las niñas y a su madre, que en la primera clase las acompañó y en la segunda se sumó a los entrenamientos.

Glenn, el jefe de Valentina, es profesor de la nueva primera dama que toma clase en la cancha contigua a la de las niñas durante una hora y media.

Las "mujeres" del Presidente llevan unas 23 clases, pero Barack Obama nunca pisó el club, por lo que Valentina nunca habló con él.

De todas formas, la uruguaya asegura que lo hará, incluso, habla de eso con Michelle.

"Hace un tiempo me contó que Barack jugaba muy bien pero hace años que no toca una raqueta. Entre Glenn y yo estamos tratando de convencerla para que lo traiga un domingo. `Que se venga que lo hacemos transpirar`, le dije la última vez que lo hablamos".

Las clases con Sasha y Malia son absolutamente normales, hablan de los mismos temas y tienen las mismas inquietudes que el resto de las alumnas de Valentina. La única diferencia es que en la puerta de entrada a la cancha siempre hay un hombre armado.

"El tema de la campaña siempre está presente. Glenn bromea con Michelle y le grita `pegale fuerte, como si del otro lado estuviera McCain".

Pero la relación de la uruguaya no termina con la clase. "Muchas veces tenemos que hacer de psicólogos también. Ellas nos cuentan cosas un tanto íntimas y la relación se va transformando poco a poco en una amistad", explicó la profe.

Ahora que Obama ganó las elecciones Valentina dudó de la continuidad de las clases, pero un mail de Michelle evacuó esa duda. "Nos vemos el domingo, intentaré llevar a Barack".