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De 43 años, casado (tres hijos), el ex jugador de Peñarol hoy está concentrado en su actividad como entrenador de la selección Sub-20. Aguirre cree que la raíz de la violencia en el fútbol está en la actual sociedad y refiere a la violencia y a la inseguridad que se siente en todos los ámbitos. Cree que la seguridad en las canchas la debe aportar la Policía y, si estos no alcanzan, propone llevar soldados. Señala que los clubes pueden actuar frente a los barrabrava líderes, los que promueven los disturbios, porque saben quienes son, pero no se animan a identificarlos por miedo a sufrir represalias. "Todos saben quienes son los violentos", afirma.

A.N.

- ¿Cómo ve el problema de la violencia en el fútbol? ¿Cree que es responsabilidad de la AUF, de los clubes, del Ministerio del Interior o de todos?

-Lo que veo que no es un problema de inseguridad de los clubes, de los estadios. La sociedad está cada día más violenta y hay cada vez más problemas sociales, más inseguridad y esto se vive en todos lados y el fútbol no va a quedar ajeno a lo que pasa en el resto del país.

- A la hora de proteger los espectáculos deportivos ¿cómo cree que se debe encarar el problema?

-No se me ocurre, porque veo que es una cosa mucho más de fondo, que se podrá maquillar, se podrá decir "vamos a llevar tres policías más", se trata de un problema social, hay muchos problemas más graves como la droga y eso hace que la gente esté descontrolada. La intención del fútbol es, por supuesto, que no pasen esas cosas, tiene las mejores intenciones. Pero es más fácil de controlar por otro lado.

-¿Usted cree que la seguridad dentro de los estadios la tiene que dar la Policía?

-Sí, por supuesto, el fútbol ya está muy castigado, con impuestos, con problemas económicos. No sería viable el fútbol con una policía paga por los clubes.

--Y los clubes ¿qué cuota parte tendrían que poner? Porque está el tema que se defienden mucho las barras bravas ¿no?

-Sí, yo creo que los clubes lo que pueden hacer -y acá todos nos conocemos y en el fútbol también- es que los 20 o 30 tipos que son complicados, se den los nombres y que no entren más al estadio. Eso va ayudar mucho, porque son los que contagian, los que dirigen a los grupos, son los líderes. Si los clubes colaboran con eso dando nombres se puede cortar por lo menos en una parte importante. Lo que pasa es que eso no creo que lo vayan a hacer.

-¿Por qué?

-Es todo un ida y vuelta de los clubes. No se animan a identificar y a apuntar a los barrabravas por miedo a las represalias.

- ¿No se animan a identificar a los violentos?

- Exacto. Todo el mundo los conoce y sabe quienes son los violentos. De repente, erradicando a una parte, a los líderes, a los que manejan varios temas, se pueda mejorar y de a poco que vaya cambiando. Si no el fútbol va a terminar parado.

- Da la impresión también que hay una contradicción entre los barrabravas tradicionales y una nueva camada de jóvenes, más belicosos y más agresivos, ¿no?

-Antes con las barrasbravas ningún problema, te apoyaban, te alentaban iban al frente con el equipo, con otros códigos. Hoy vale todo y se han perdido los valores, Por eso hablé de los problemas sociales de la droga que hace que se hayan perdido cosas esenciales que había años atrás.

- Controlar los ingresos al estadio es complicado y prohibir la entrada es también un problema legal.

-En otros países se hace. Yo no sé cómo son las leyes, pero en Inglaterra hay hinchas que a la hora del partido se tienen que presentar en la comisaría. Por supuesto que es un país más poderoso, con más organización y con mucho más recursos, pero ellos son el ejemplo que pone todo el mundo, porque eran los más violentos y hoy son las más educados. No hay tejidos en los estadios, no hay nada y no se produce ningún descontrol.

- ¿Que experiencias de otros países cree que son rescatables?

-No lo sé, he visto problemas graves de violencia también en Argentina, en Brasil, en México. Tiene que haber gente capacitada y especializada en el tema para buscar las soluciones. Yo creo que es un problema con solución. Seguro que hay gente que puede aportar cosas valiosas para poder aplicar.

- ¿Cómo vio el manejo de la seguridad ante los incidentes en Jardines del Hipódromo?

-No puedo opinar porque no tengo idea de cómo lo hicieron, pero supongo que habrá sido como cualquier otro partido que se hizo en Jardines del Hipódromo con más gente y no pasó nada. Un descontrol que no estaba previsto. No sé si la policía actuó bien o mal; no he seguido mucho el problema.

- Usted dice que los clubes no pueden aportar para la seguridad dentro de las canchas por razones económicas. Sin embargo, el tema de mejorar la seguridad en las canchas redundaría en que más gente vuelva a los espectáculos.

-Si está bien, estoy de acuerdo, con más seguridad iría más gente. No lo había pensado pero lo comparto.

- La postura del gobierno es no tienen efectivos suficientes, que pueden cuidar dentro de la canchas y apenas pueden hacerlo afuera. Hay otros espectáculos públicos como recitales o bailes y sus organizadores pagan la seguridad en el interior.

-Y los soldados ¿para qué están). ¿No se los podrán sacar para los partidos, para dar más seguridad?

Si el problema es que la cantidad de policías no alcanza -no sé si se podrá o será legal-, pero hay tantos soldados que podrían dar una mano...