CARLOS RÍOS
"¡Ciudadanos y amigos, dos veces hermanos: aquí, al aire libre, cual corresponde en vuestro honor os extiendo mi gratitud ancha como mi pecho en esta suave puesta de sol, que es también para la patria como promesa y anuncio de días venturosos sin poniente!".
El 28 de febrero de 1959 Luis Alberto de Herrera pronunció estas palabras, el que sería su último discurso. Lo hizo ante una multitud que lo acompañó desde la Casa de Gobierno, en Plaza Independencia, hasta su quinta en el Cerrito de la Victoria. Unas horas antes Herrera había participado de la última sesión del Consejo Nacional de Gobierno que terminaba su mandato. Al otro día, 1º de marzo, asumía el nuevo Ejecutivo colegiado de mayoría nacionalista. Herrera murió cinco semanas después de ese discurso, el 8 de abril. Tenía 89 años.
El triunfo nacionalista de 1958, el primero en 93 años y del que hoy se cumple medio siglo, comenzó a gestarse inmediatamente después de las elecciones de 1954, las que el Partido Colorado ganó por algo más de 135.000 votos, una diferencia que pocos creían entonces que se fuera a revertir.
Fue necesaria una inteligente estrategia de alianzas, sumada al desgaste de la mayoría colorada en el gobierno y al descontento por una situación económica que empezaba a mostrar signos preocupantes. "La mayoría de los indicadores recesivos comenzaron a evidenciarse a partir de 1955, por lo que la vuelta de Luis Batlle al gobierno (al frente del segundo colegiado, entre 1955 y 1959) estuvo marcada a fuego por esas coyunturas de crisis radical" (*). En particular, un flagelo iba ser bien conocido por los uruguayos: la inflación, que pasó del 10,5% en 1955 a 48,7% en 1959.
Los blancos no votaban juntos bajo el mismo lema desde 1930, lo que había jugado a favor de los colorados en las sucesivas elecciones. "Ello determinó dos características del planteo de la lucha comicial: lápiz en mano las fracciones no herreristas del nacionalismo constataron que sumados los sufragios obtenidos por cada una de ellas en 1954 superaban a Herrera y, por primera vez, podían obtener la mayoría dentro del lema. Esta convicción, origen de la conjunción que se llamó Unión Blanca Democrática, dinamizó a esos ciudadanos y por ende aportó al Partido Nacional en esa elección una dimensión nueva abonada por el insustituible motor político que es la sensación de tener opción de victoria" (**).
La Unión Blanca Democrática (UBD), nacida en 1956, juntó al Movimiento Popular Nacionalista de Daniel Fernández Crespo, Reconstrucción Blanca de Washington Beltrán y Eduardo Rodríguez Larreta y a los nacionalistas independientes de Juan Andrés Ramírez. Fue una corriente arrolladora que marcó con fuerza su slogan "O gana la UBD o todo sigue como está".
Después vino la alianza de Herrera con Benito Nardone (Chicotazo), un líder-predicador radial ruralista sin mucho pasado político. No está claro cuál fue el aporte electoral de Nardone a la victoria del Partido Nacional, pero sin duda arrimó una nada despreciable cantidad de votos colorados.
"A través de la propaganda de aquella jornada que culminó en 1958 se apeló a un sentimiento suprapartidario, que implicaba a primera vista un apartamiento de la tradicional línea de hincapié en la adhesión a lo `blanco` a favor de una procura de lo `nacional`` (**). Herrera llamó a esto el "nuevo tiempo".
En una época sin encuestas ni bocas de urna, las elecciones del 30 de noviembre de 1958 fueron deparando sorpresas tras sorpresas a medida que llegan los resultados.
Temprano se supo que el Partido Nacional, de la mano de la UBD, había ganado con luz en Montevideo, llevando a Fernández Crespo al Consejo Departamental.
Esto abonó la esperanza entre los blancos de un triunfo en todo el país. Se confirmó en las horas siguientes, aunque hasta último momento se mantuvo la interrogante de si la mayoría del partido quedaba en manos del herrerismo o de la UBD. Los resultados finales le dieron la victoria a Herrera, aunque por un ajustado margen.
"¡Ha ganado el Partido Nacional y hemos vivido para verlo!", exclamaba el viejo caudillo.
Veterano de mil derrotas, sabía cómo se sentían los colo- rados. "Repentinamente un compañero alude al derrotado Batlle Berres en términos duros. Herrera rápidamente señala: `¡No! ¡Pobre hombre! Qué noche estará pasando`". (**)
(*) Historia Contemporánea del Uruguay. De la Colonia al Mercosur. Caetano/Rilla. (Claeh- Fin de Siglo. (**) Herrera, un nacional oriental. Luis Alberto Lacalle (Banda Oriental).
Escrutinio
En 1958 el Partido Nacional obtuvo 499.000 votos y el Partido Colorado 379.000. Los blancos ganaron en todo el país, excepto Artigas. El Consejo Nacional de Gobierno quedó integrado por M. Echegoyen, E. V. Haedo, Justo Alonso, B. Nardone, Faustino Harrison y Pedro Zabalza, por la mayoría; Rodríguez Correa, Arroyo Torres y César Batlle por los colorados.