Internet; anarquía perfecta

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Carlos Maggi

Internet es una anarquía que crece sin pausa y que inventa nuevas formas para difundir y crear una cultura global, que es el punto hacia el cual se dirige la Historia.

Internet es un ámbito donde no hay policía, ni Estado, ni tiempo, ni lugar. En Internet nada vale nada porque no hay escasez (Adam Smith se agarraría la cabeza) los objetos virtuales más apreciados son gratuitos, pueden consumirse millones de veces y no se gastan; al revés: se reproducen solos.

Junto a semejante explosión en el reparto de bienes, las doctrinas que definen el valor, por su contenido de trabajo, son enmudecidas.

El mundo real se ve azorado, crece mil veces menos que Internet. Nadie sabe a ciencia cierta qué va a pasar con la Web que como un huevo está desperezándose en los primeros tramos de su prehistoria.

En esta situación jamás imaginada, se dan ciertas chispas de fricción que anuncian un cataclismo futuro y la segunda creación del mundo. No es fácil para los señores del vintén y la lucha por la vida, adaptarse a las consecuencias de una tecnología enteramente nueva que, como siempre pasa con las invenciones descomunales, crea una filosofía incontenible.

En 1983, Universal Studios y Walt Disney Productions intentaron impedir que Sony vendiera su videograbadora (VTR en inglés), alegando que su comercialización y uso tenían el propósito de violar los derechos de autor. Sin embargo, la Suprema Corte de EE.UU., en votación 5-4, sentenció:

"No hay fundamento en el Acta de Derechos de Autor sobre los cuales los actores de esta acción (Universal y Disney) puedan responsabilizar al demandado (Sony) por la distribución y venta de la videograbadora al público en general". "Vender un artículo que aunque sea apto para un uso ilegal, está previsto y destinado a usos legales, no es razón suficiente para considerar al vendedor, un contribuyente infractor. Una prohibición podría bloquear las ruedas del comercio". (Corte Suprema de los Estados Unidos, Nº 81-1687: 16). (1)

La deliberación de los jueces supremos, giró en torno al uso de una nueva tecnología que le permitía a los consumidores acumular una colección de grabaciones; el fallo midió las consecuencias del poder de copiar gratuitamente.

¿Qué habrán pensado Universal y Disney cuando el fenómeno reproductivo despegó del mundo real y ofreció en la Web, un yacimiento infinito de películas al alcance de cualquiera, sin necesidad de pagar nada?

Años más tarde hubo otro litigio donde la argumentación pro pirata fue más lejos.

"Las nuevas tecnologías desencadenan nuevos mercados y modelos de negocio", escribió Lohmann, abogado experto en propiedad intelectual de Electronic Frontier Foundation. "Si quieren un sector tecnológico vigoroso, dejen a los innovadores inventar, sin forzarlos a pedir primero permiso a los magnates de los medios".

La vehemencia a favor de los nuevos derechos en Internet ha llevado a la publicación de múltiples manifiestos conciliadores y, al mismo tiempo, radicales. Algo cambió y no tiene marcha atrás.

Programa del Partido Pirata español (https://www.partidopirata.es):

Los derechos de copyright de cualquier obra deben limitarse a un determinado número de años, no muchos, a partir de los cuales se permitirá el libre uso no comercial.

El sistema de patentes español y europeo ha de ser modificado para que vuelva a fomentar la innovación.

El acceso a Internet debe estar a alcance del mayor número, sin excluir ninguno de sus contenidos.

Los Partidos Piratas franceses piden:

- Libertad total de comunicar sin obstáculos.

- Legalización del P2P sin ánimo de lucro. (P2P: archivos abiertos y gratuitos)

- Final de los derechos de autor tal cual son en la actualidad.

- Derecho a ser anónimo en la red.

- Supresión de tributos en Internet y en todos los medios vírgenes.

- El acceso a la red, gratuito para todos.

Programa del Partido Pirata de Estados Unidos:

- Toda copia sin ánimo de lucro debe ser libre.

- Potenciar y no criminalizar el intercambio P2P.

- Internet debe ser la biblioteca pública más grande jamás creada.

- Los derechos de copy-right deben limitarse a 5 años a partir de los cuales se tendrá derecho al libre uso no comercial, de cualquier creación. (Fuente: Elotrolado.net).

Programa del Partido Pirata de Bélgica:

- Justo equilibrio entre autores y consumidores.

- Libre uso del P2P no comercial.

- Reducción de la duración de los derechos de autor.

- Refuerzo de la protección de la privacidad en Internet.

Partido Pirata Sueco:

- Fortalecer el derecho de los ciudadanos a la privacidad.

- El copyright debe ser devuelto a sus orígenes: protección de la propiedad ante el uso comercial.

- Limitación del monopolio sobre la explotación comercial de las obras: 5 años improrrogables (Fuente: Página web del Partido Pirata Internacional: https://www.pp-international.net).

Tantas pretensiones en estado incandescente y la consiguiente rebelión global, provocan un desconcierto político; los gobiernos no encuentran manera de controlar la red. La violación del copy-right, es multitudinaria y es además incontrolable; se impone de hecho, y su principal razón de ser es más cultural que lucrativa. La juventud del mundo entero exige respeto por las normas libertarias de la Web. Y es tal el número de violaciones al copyright, que las normas han perdido el consenso necesario. Una ley sin consenso es una ley muerta. En el campo virtual, la propiedad rige de otro modo; las leyes formales pierden eficacia. El imperio de la ley se impone cuando la policía obliga. Pero la policía no puede ejercer su poder físico en la Web, y esta falla en la trama jurídica (jueces sin imperio) se multiplica y crece de una manera jamás vista o imaginada.

La primera idea de un gobierno autoritario fue impedir la navegación en Internet, y son varios los países que lo han intentado, pero sin éxito. Un país que corta la libertad de comunicarse queda automáticamente fuera de la evolución cultural del planeta y ese perjuicio incalculable estará siempre en relación directa a la eficacia de las trabas impuestas. Turquía, China, Cuba son ejemplos clamorosos de esto que estoy diciendo. Intentaron vanamente silenciar o trabar las computadoras, y no pudieron.

Entrar a la red de redes es un acto parecido a pensar; solitario, personal y que no deja huella que puedan detectar los detectives de la represión. Deja huella, eso sí, en la formación de las personas. Al poco tiempo de luchar contra la pantalla chica, los mandones comprueban que están provocando una nueva clase de analfabetos.

Todo hace suponer que la batalla que están librando los piratas contra el antiguo régimen de los derechos de autor y las patentes, va terminar con la victoria de los partidarios del futuro. No hay forma de contenerlos.

Leí con cierto asombro, que las sociedades de piratas, se llaman partidos porque caminan a organizarse como fuerzas electorales. También los verdes empezaron con la defensa del medioambiente y terminaron, en muchos casos, con una bancada legislativa poderosa.

Confieso: yo votaría por los piratas.

(1) Kavita Sara Philip, en Revista Forbes, 17/2/2003.

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