IZAGRE, ESPAÑA | AFP
En Izagre, norte de España, los muertos republicanos, "olvidados" de la historia, despertaron estos días la dolorosa memoria de los ancianos del lugar, justo cuando la justicia española entreabre una puerta hacia una investigación sobre los desaparecidos del franquismo.
Un grupo de arqueólogos voluntarios excavó de manera minuciosa hasta que aparecieron esqueletos. "Yo era un niño de seis años, pero me acuerdo muy bien", afirmó Lorenzo Bernardo, de 78 años, al acercarse al pozo abierto en el terreno rocoso, donde afloraba un cráneo.
Emocionado, contó que una mañana del 36, el alcalde alertó a los habitantes del pueblo. Algunos republicanos habían sido traídos aquí, desde León, y fusilados en la noche por los falangistas. Había que "dar sepultura" para evitar que la carroña los devorara. Los habitantes cavaron una fosa a pocos metros del lugar donde yacen los cuerpos. "Tenían apenas algo más de 20 años, tenían las manos atadas, los cráneos estallados por el golpe de gracia", aseguró Lorenzo.
Francisco Franco murió en noviembre de 1975 y la democracia irrumpió en España, pero muchas fosas donde fueron arrojados miles de republicanos, quedaron en el olvido.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) fue la primera en llevar a cabo excavaciones, respondiendo a pedidos de familiares. Realizó la mayor parte de las 4.000 exhumaciones hechas en España desde 2000 en más de 170 fosas comunes.
"Quedan más de 30.000 desaparecidos y los pedidos de familiares se multiplican desde hace algunos días", expresó Emilio Silva, presidente de ARMH.
El juez de la Audiencia Nacional, principal instancia penal española, Baltasar Garzón, pidió a principios de septiembre a instituciones españolas información sobre los miles de personas desaparecidas durante la Guerra Civil española (1936-39) y la dictadura franquista (1939-75), respondiendo así a los pedidos de asociaciones para localizar los cuerpos de miles de sus allegados.
El escritor Ian Gibson fue el primero en localizar la fosa cerca de Granada donde se encuentran los restos de Federico García Lorca, fusilado en 1936. Esta semana, la familia de Lorca, reacia desde hace años a remover el lugar, aceptó abrir la fosa, luego de que la nieta de uno de los hombres fusilados y enterrado con el poeta exigiera recuperar los restos de su antepasado. El juez Garzón se pronunciará al respecto en las próximas semanas.