Emilio | Cazalá
Es una obra que va a paliar las necesidades de nuestro puerto. Será un muelle multipropósito con excelente profundidad frente a sus atraques. Habrá que construir un canal de navegación a 13 metros de profundidad entre el antepuerto y dicho muelle.
Hace pocos días la Administracion Nacional de Puertos llamó mediante publicaciones de prensa a una licitación para la construcción del Muelle C, un espacio portuario que tiene una larga historia y cuyo plazo licitatorio se extendió hasta fines de octubre. Junto con la decisión de ir a la construcción de otra Terminal de Contenedores, esta acción inmediata representa un valiosísimo avance hacia la expansión del Puerto de Montevideo. El Muelle C sería entonces la obra de ampliación portuaria más cercana en el tiempo (2011) que traería algunas soluciones a la falta de lugares del muelle y más espacio para la operativa portuaria en momentos que Montevideo está siendo desbordado cada día. El Muelle C, es un muy viejo proyecto de ampliación del puerto de Montevideo, a continuación del Muelle B de características similares y con la misma inclinación, que comienza casi con su propia historia. En 1912 fue planteada su construcción como una de las obras de más importancia para su ampliación (Proyecto de ley de 20 de junio de 1912). Es díficil saber qué argumentos se manejaron para sostenerlo. Por los años 20 los técnicos portuarios hablaron mucho de este muelle, pero a esa altura ya era un emprendimiento financiero tan grande como la propia construcción del puerto. Hay planos posteriores donde aparece algo esbozado a continuación del Muelle B, pero era letra de discursos políticos.
En la revisión del Plan Maestro del Puerto de Montevideo, realizada por la ANP con la participación de la consultora Sogreah-Puerto de Marsella-Hidrosud y finalizada en octubre de 1999, se incluyó para el horizonte 2005 la entrada en servicio de una terminal "C" con un muelle de 550 metros a 12 metros de 13 hectáreas de explanadas y operaciones y desarrollo de una zona logística (ZAL) ubicada al fondo de las dársenas portuarias.
En el 2002, el ingeniero Agustín Aguerre, presidente de la ANP, lo estuvo manejando como un tema de expansión portuaria. Más aún, se habló de la Terminal C y el directorio aprobó el pliego para llamar a licitación, donde a la versión original presentada a los interesados locales se habían incorporado diversos elementos que incluso fueron sugeridos por los propios privados. Lo hizo suyo el siguiente presidente de la ANP, ingeniero Luis Loureiro, que lo dejó como proyecto a realizar de inmediato y, como Puntigliano no podía ser menos, le puso fecha de ejecución. En el pasado siempre fue más que un proyecto una aspiración, y bajo esas características estuvo siempre presente como algo lejano, aunque hay opiniones técnicas que los siguen considerando viable por plantear un nuevo muelle a 12 metros y fundamentalmente por el aumento de áreas que se incorporarán a la actividad logística.
Sin duda el proyecto de construcción del Puerto de Montevideo fue una obra monumental y como tal, nos recordaba el ingeniero Juan Berta, hizo que el Uruguay por esa y otras obras estuviera entre los primeros dentro del mundo desarrollado. En el libro La Historia del Puerto de Montevideo del ingeniero Eduardo Gar-cía de Zúñiga, ex jefe del Puerto de Montevideo, en su página 171 en el capítulo "Conclusiones", se recuerda que del Plan de ampliación del puerto presentado a la Asamblea General en 1912, faltaban no obstante realizar algunas obras o quedaban pendientes otras que "podrían enumerarse por orden de urgencia en esta forma: 1) Construcción del Muelle C ubicado en el ángulo SE del puerto, 2) Construcción del dique de carena de las dimensiones correspondientes a un puerto de 12.20 de profundidad y 3) Dragado a 12.20 metros de profundidad de nuevas dársenas con sus muelles y canal de acceso prolongado en el estuario hasta encontrar los fondos naturales. Por cierto que no estaban tan despistados aquellos ingenieros, con estos temas de visión tan avanzada para aquella época. Insistimos, más que los tecnicismos para llevar a cabo estas tres construcciones, lo importante es que aquellos hombres hablaban del futuro del puerto de Montevideo y eso es lo que vale.
BERTA. Vale la pena entonces, tratándose del Muelle C, una entrevista con el ingeniero Berta, asesor y hombre de puerto durante muchos años.
"Las obras del puerto -nos dice- fueron muy buenas, muy visionarias, pero el transporte, el comercio y el mundo sufrió enormes cambios a partir de la terminación de la II Guerra Mundial, y hoy tenemos la globalización y ahora el estallido de China como nación productora y consumidora. Entre los grandes e impactantes cambios de nuestros tiempos está el contenedor que obligó a nuestro puerto a una transformación total de equipos, ampliar el muelle de escalas, más profundidad de aguas, grandes espacios para la estiba y operativa de los contenedores. Fue necesario incluso demoler aquellos viejos depósitos frente a los muelles para ganar espacio porque ya no se maneja la mercadería suelta. Ahora lo importante es tener muelles cómodos, largos y profundidad de aguas adecuada a los nuevos y alargados buques. Y a todo esto hay que sumar equipos especializados para el movimiento de los contenedores y amplias áreas operativas".
En otra parte de sus comentarios, el ingeniero Berta recuerda sus sostenidos esfuerzos técnicos por proyectos portuarios en Montevideo y también como consultor más recientemente contratado por el puerto de Guayaquil. "Aquí estuvimos actuando en procesos de cambios portuarios y transformaciones de infraestructura y en la estructuración de licitaciones de terminales. Como anécdota y parte de una cultura de resistencia contra los cambios, el ingeniero Berta recuerda que ofreció muchísima resistencia demoler los viejos depósitos portuarios de Montevideo para ganar más espacio, y lo mismo sucedió en Guayaquil porque nadie quiere desprenderse de bienes inmuebles que habían costado mucho dinero.
POLIVALENTE. Sobre el famoso Muelle C, el ingeniero Berta dice: "Está muy bien, y aceptamos ese recuerdo histórico hacia aquel proyecto obligado del Muelle C, que ofrecía una alternativa de espacio físico y agrandamiento del puerto que podía resultar muy satisfactoria para la operativa del puerto de Montevideo. Con la óptica de hoy, ese Muelle C ha quedado chico y ya no se puede ver como una Terminal de Contenedores, sino más bien como una Terminal Polivalente o multipropósito. Y si se mira con perspectiva de futuro, no parecería lógico construir al fondo y en un rincón interior del puerto donde hay limitaciones de calado, un muelle que no colmara las aspiraciones y necesidades del futuro puerto. Y entiéndase bien que estamos de acuerdo con la construcción de este Muelle C, pero la lógica parece alertarnos que el crecimiento del puerto hay que verlo hacia la bocana, hacia donde se pueden obtener mayores profundidades. Las grandes enseñanzas que nos dejaron los constructores de nuestro puerto es que los cambios del transporte son siempre muy importantes y constantes y hay que ser versátil para poder acompañarlos y este es un caso concreto. Entonces sería buena cosa prever los inevitables aumentos de calado de los barcos como así también su tamaño.
Es por eso precisamente que el proyecto de la Terminal de Contenedores, hoy TCP, exigió que su muelle adicional de 350 metros se fundara a 14 metros de profundidad y fue una decisión muy atinada.
Por otra parte el ingeniero Berta, hacia el final de la entrevista, sugirió que más que la Segunda Terminal de Contenedores, que apoya fuertemente, siempre que se otorgue en similares condiciones de comptencia con la actual, lo conveniente y necesario sería ordenar un poco la operativa de contenedores que hoy se realiza en la parte que no es especializada de una manera no especializada. El puerto tiene que ir hacia la terminalización. Esto quiere decir que tienen que funcionar áreas especializadas con unidades de negocios distintas. Quizá el Muelle C sea eso. Nosotros siempre sostuvimos que la terminal de contenedores sólo debe manejar contenedores y sólo en casos excepcionales algunas cargas grandes y justificadas para defender la eficiencia y seguridad que da la especialización. Para lo que no es específico hay que ir a otros muelles, y tal como hoy día está el puerto de Montevideo, da para hacer una segunda terminal de contenedores. Y bueno, el muelle C es una terminal multipropósito que traerá alivio por el espacio ganado al puerto de Montevideo que está permamenentemente bajo la presión de la demanda de espacio y muelles.