DANIEL ISGLEAS
El anuncio del arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, en cuanto a que quienes voten el capítulo sobre despenalización del aborto de la ley de Salud Sexual y Reproductiva se verán sometidos a un proceso formal de excomunión, cayó mal.
Tanto legisladores que votarán mañana esa norma como quienes se opondrán a ella, consideran los dichos de Cotugno como una "amenaza" de la Iglesia que "no ayuda" a la discusión y que genera "presión" sobre el Poder Legislativo.
El proyecto de Salud Sexual y Reproductiva, que será puesto a consideración de la Cámara baja mañana martes 4, tiene un capítulo que habilita a la mujer a "decidir la interrupción de su embarazo durante las 12 primeras semanas de gravidez" alegando situaciones de penuria económica, familiares o de edad, y contempla la interrupción del embarazo por razones de salud, malformaciones o peligro de la vida de la madre.
En una entrevista concedida a El País, Cotugno avivó la polémica cuando anunció que los legisladores que voten mañana la despenalización del aborto quedarán excomulgados de inmediato, mientras se mostró dispuesto a iniciar para ellos un proceso de excomunión formal. Cotugno piensa que, a pesar de que el presidente Tabaré Vázquez anunció que vetará ese capítulo de la ley sobre Salud Sexual y Reproductiva, el solo hecho de que haya mayoría en el Parlamento será una señal negativa en el continente.
Las reacciones contrarias no se hicieron esperar. Para el diputado del Partido Independiente (PI) Iván Posada, que había pedido el desarchivo de un anterior proyecto sobre la salud sexual y que no fue considerado por la comisión de Salud Pública, las expresiones de Cotugno "fueron realmente fruto de una posición dogmática y autoritaria".
Posada no votará el proyecto que vino del Senado. Precisó a El País que no forma parte de ninguna comunidad religiosa. Por eso, dijo que "él (Cotugno) establece un pronunciamiento que revela la posición de la Iglesia al respecto. La Iglesia es una comunidad que tiene sus normas y que cuestiona la esencia de un régimen democrático en cuanto a la libertad como pilar fundamental de la sociedad".
"Pensé que la Inquisición había terminado, pero parece que no". Esta frase fue dicha a El País por el diputado frenteamplista Álvaro Vega (MPP), que preside la comisión de Salud de Diputados, quien solamente votará los artículos que despenalizan el aborto. "Es lo que esperaba de la Iglesia. En la Iglesia hay gente bien y de la otra. A mí ese comentario no me cambia en nada el modo de pensar", declaró.
En tanto, el diputado del Partido Colorado Gustavo Espinosa, que en principio votaba a favor de la ley pero que está casi decidido a votar en contra de la ley, dijo a El País que las afirmaciones de Cotugno son "inoportunas y lamentables".
"Para un batllista como yo, con respeto por todas las creencias religiosas, el respeto pasa por las expresiones de sus referentes religiosos. Lamento estas expresiones porque no coadyuvan a la cuestión de fondo", analizó.
Cotugno "debería recorrer el camino del diálogo y no el de la amenaza", subrayó el legislador por Canelones.
El diputado del Partido Nacional Pablo Abdala votará en contra de la iniciativa, pero de todos modos no compartió las expresiones de monseñor Cotugno.
"Yo soy católico practicante. Comparto los fundamentos pero no estoy de acuerdo con esa velada amenaza sobre la excomunión. Más allá de lo que pueda desprenderse del Derecho Canónico, poco ayuda a generar un clima de tolerancia con relación a un tema con posiciones distintas. Tengo muy en claro mi posición pero no descalifico a los demás", sostuvo Abdala a El País.
El diputado del Frente Amplio, Juan Andrés Roballo, que va a votar en contra de ley, rechazó los dichos de Cotugno. Al respecto, dijo que no comparte sus afirmaciones y que este tipo de amenaza no ayuda a la discusión.
Si la ley se veta, será difícil levantarlo
Si el proyecto de ley fuera aprobado por la Cámara de Representantes y el presidente de la República interpusiera efectivamente su veto, quienes apoyan la iniciativa deberán conseguir los 3/5 de votos de los miembros presentes de la Asamblea General para ratificar su aprobación, lo cual se considera prácticamente imposible. En caso de estar presentes tanto los 99 diputados como los 31 senadores, para levantar el veto se necesitarían 78 votos a favor.
En la jornada de mañana, el polémico proyecto de ley será sancionado si no hay un quórum total de 99 diputados. Pero si la asistencia es total la situación cambia, dado que de los 52 diputados del Frente Amplio hay, al menos, tres votos negativos.
Ningún blanco votará los artículos de despenalización y tampoco lo hará el diputado del Partido Independiente Iván Posada. Algún colorado -como Gustavo Espinosa- sí podría hacerlo.
En el Frente no votarán la ley los diputados Daniela Paysée y Carlos Baráibar de Asamblea Uruguay y el representante de Alianza Progresista Juan Andrés Roballo.
De los diputados del Partido Nacional nadie votará la despenalización, pero algunos sí votarán la ley en general.
El herrerista Jaime Trobo hará un planteo en nombre de su partido para que se trate antes un proyecto alternativo que no fue considerado en comisión. Allí se evita "llegar al dilema de legitimar o no" el aborto, se crean "centros de acogida a la vida" para dar apoyo a las madres embarazadas en situación de desamparo y se otorgan beneficios de vivienda. Además, se modifica el régimen de adopciones y permite la adopción internacional.