JAUREGUIBERRY | ANA PAIS
Hace 71 años Miguel Jaureguiberry diseñó un "parque balneario" de 355 hectáreas, 38 de ellas para espacios públicos. Hoy, si la Intendencia de Canelones aprueba un proyecto, de su característico estilo agreste quedarán unas 5 hectáreas.
"El sentido del nombre aplicado al centro poblado, Parque Balneario, indica una idea ecologista. Primero el parque, después el balneario", explica una carta enviada a la Suprema Corte de Justicia por vecinos integrantes de la Liga de Fomento de Jaureguiberry, en la que piden ser recibidos por sus miembros. Ubicado a la altura del kilómetro 80 de la ruta Interbalnearia, el lugar no sólo tiene playas sobre el Río de la Plata y el arroyo Solís Grande, sino que además tiene vista a la Sierra de las Ánimas.
Las casas de veraneo y de residentes, que según la Liga de Fomento son unas 360 familias, están rodeadas por terrenos casi todos en estado natural.
"Quienes viven allí y los que eligen ir a descansar lo hacen porque es agreste y porque de alguna manera compartimos el pensamiento sobre la preservación del medio ambiente sobre el que estaba parado Miguel Jaureguiberry hace tantos años", explicó Ana María Faedo, integrante de la Liga de Fomento, en la sesión del 15 de octubre de la Comisión de Vivienda, Territorio y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados.
Los vecinos fueron al Parlamento al enterarse que la comuna evaluaba ceder a distintos gremios parte de las 18 hectáreas previstas por Jaureguiberry en 1937 como parque público y pulmón de la zona en caso de urbanizarse.
El proyecto no era novedoso. En la década del 90 la Intendencia ya había cedido 5,5 hectáreas de ese mismo espacio verde a cinco gremios para sus colonias de vacaciones.
Silos Piedra Cueva, asesor legal de la Liga de Fomento junto al actual intendente de Lavalleja, Herman Vergara, dijo que los vecinos exigen un "estudio serio de impacto ambiental" para evitar el "deterioro" y "amuchamiento" de gente.
Con una capacidad que supera las 3.000 personas, las colonias podrían contaminar las napas de agua, explicó. En Jaureguiberry no hay saneamiento ni servicio de agua potable.
"Recién empezamos a pedirle a los sindicatos que presenten proyectos para estudiarlos, hubo gente que lo sobredimensionó", dijo Daniel Vallejo, del área de descentralización de la comuna canaria. Aclaró, sin embargo, que "la voluntad del intendente es fomentar el turismo social e ir avanzando en el desarrollo de la localidad".
"Nos importa mucho lo que opine la Junta (Departamental de Canelones), pero no podemos escuchar a los vecinos de cada una de las localidades", informó Vallejo.
En este sentido, la semana pasada la Liga de Fomento solicitó ser recibida en la Junta.
Gustavo Morandi, edil nacionalista, dijo que si bien el conflicto todavía no fue estudiado, para él "los vecinos están dando los pasos adecuados para contener el avance del proyecto. Son bastante celosos del balneario, lo cual me parece que está bien, más después de la apropiación de la nieta de Jaureguiberry, que fue legal pero en contra de los intereses generales de los vecinos".
FAMILIA. Las primeras y, por ende, las mejores casas de la época fueron construidas sobre el Solís Grande. El arroyo fue durante casi 30 años el único medio de comunicación y playa para bañistas, salvo para aquellos que podían ir en bote hasta las costas del Río de la Plata.
Por eso, en 1939 Jaureguiberry donó tierras para crear un Yacht Club que, como era de esperarse, llevó también su nombre. La vida social del balneario pasaba por ese local, ubicado hoy al pie del puente donde se encuentra el peaje. Piedra Cueva cuenta que hubo épocas en que la capacidad para 15 a 20 lanchas del resguardo del Yacht Club no era suficiente. Ahora sólo usan las instalaciones abandonadas algunos pescadores y otros pocos más que aprovechan la falta de controles.
El terreno de 2.520 metros cuadrados frente al Yacht es uno de los cinco que obtuvo una nieta de Jaureguiberry por prescripción adquisitiva en 1992. Es decir que logró probar ante un juez que durante más de 30 años ocupó este espacio público a título de dueña -lo cuidó, cercó, pagó impuestos, etcétera- y pasó a ser propiedad de Amelia Mackinnon.
Cinco juicios presentados por la comuna y la Liga de Fomento en el Juzgado de Paz de Soca y en el Letrado de Pando terminaron con sentencia a favor de Mackinnon, que adquirió unas 15 hectáreas en el balneario. Del total, 12 están sobre la costa del Solís Grande, el más conflictivo de los terrenos.
Unos troncos de cerca de un metro de alto delimitan parte de esta propiedad, hoy invadida por la maleza. La Liga de Fomento argumenta la calidad de espacio público de la costa no sólo por haber sido la única usada por los bañistas durante décadas, sino porque además figura como "playa" en el primer plano de fraccionamiento, funcionó como aeródromo de 1954 a 1964 y porque en 1965 la Dirección de Hidrografía construyó allí dos muelles, por citar algunos ejemplos.
De igual forma, otro de los terrenos es el actual estacionamiento del acceso principal a la playa sobre el río. La Intendencia propuso a los vecinos expropiar estos terrenos, pero ellos no quieren que se pague por lo que es público. Por eso dicen estar dispuestos a recurrir a la Suprema Corte con o sin el apoye de la Intendencia.
Las cifras
71 Es la cantidad de años "de vida natural en arenales cubiertos de verde" que cumplió el balneario, según un volante de la Liga.
360 Es la cantidad de personas que viven de forma permanente en Jaureguiberry, según datos de la Liga de Fomento del balneario.
Datos del parque balneario
UBICACIÓN El Parque Balneario Jaureguiberry está ubicado a la altura del kilómetro 80 de la ruta Interbalnearia. Tiene costas sobre el arroyo Solís Grande y Río de la Plata.
HISTORIA En un arenal de 1.000 hectáreas Miguel Jaureguiberry fijó las dunas por implantación de masas verdes, delineó calles y loteó terrenos.
El plano de fraccionamiento fue inscripto y luego validado por el Intendente de Canelones el 28 de octubre de 1937.
Durante casi 30 años la única comunicación con el exterior fue el arroyo Solís Grande.
SERVICIOS No hay saneamiento ni agua potable de OSE. La Intendencia está asfaltando la primera calle del balneario, Artigas. Hay seis almacenes: según un vecino, "en cuatro de ellos, aunque uno quisiera, no podría llevar más de 3 kilos de yerba porque tienen un stock mínimo", mientras que los otros dos son un poco más grandes. No hay carnicería, farmacia ni escuela o liceo. En la playa principal tampoco hay salvavidas y el único policía radicado en el balneario hace servicio 222 de día y no puede salir de noche por no tener dupla laboral.
PESCA Durante 40 años la pesca proporcionó la mayor cantidad de alimento consumido por los habitantes. Actualmente hay escasez de peces. Por ejemplo, de corvina negra, que desde hace tres años no ingresa al arroyo a desovar, ya que la colocación de redes en su desembocadura interrumpió su ciclo vital.
LIGA DE FOMENTO Fue fundada hace 64 años y tiene personería jurídica. Entre otras obras, construyó una policlínica donde una doctora atiende tres veces por semana, y una biblioteca pública.
"Aporte al progreso local y por negocios"
La impronta de Miguel Jaureguiberry en el balneario quedó establecida en un folleto de 1946: "Sobre las dunas estériles que bordean al mar, levantamos un parque y una selva, que traducen valorización territorial, política forestal, turismo y goce de vida y descanso. Las calles de nuestra ciudad balnearia, niveladas, hechas sus cunetas de desagüe, arborizadas, dan prestigio a nuestra acción edilicia ejecutiva. Amplios terrenos he donado al Yacht Club que lleva mi nombre, vastísimo espacio he donado para el futuro hotel y su financiación oportuna; playas, ramblas, calles y campos para carreteras a construirse, y pistas de aeroplanos, todo ello sin exigencias de expropiación por el Estado, simplemente en aporte del progreso local y dentro del orden de los negocios".
Inversores españoles por puerto deportivo
Por intermedio de una inmobiliaria, un grupo de inversores españoles conocieron Jaureguiberry. En seguida se interesaron por las costas del arroyo Solís Grande, ideal para instalar un puerto deportivo.
Armaron un proyecto y se lo presentaron a la nieta del fundador, dueña de las 12 hectáreas costeras. Pero antes de empezar a negociar con ella querían asegurarse de la viabilidad de la idea, por lo que fueron a tramitarla a la Intendencia de Canelones y a los ministerios correspondientes, contó el agente inmobiliario que pidió no ser identificado.
Allí se encontraron con que sólo la dueña podía hacer estas averiguaciones, quien, a diferencia de los inversores, primero quería hablar de números. "Nunca dio un monto real, pero dijo que quería más de seis cifras", contó la fuente de la inmobiliaria, y agregó que los españoles nunca hicieron una tasación del proyecto.
Según el agente inmobiliario, estarían interesándose por otros destinos ya que además de la falta de entendimiento con la dueña del terreno, al visitar el balneario lo encontraron "lleno de baldíos, sin una infraestructura acorde a sus expectativas". El terreno, además, estaba "totalmente abandonado, sin caminos para entrar".