Entre la noche del lunes y la madrugada de ayer falleció en su vivienda el narrador y dramaturgo Ricardo Prieto. Murió en soledad, muy a su estilo, producto de una anemia que lo venía consumiendo progresivamente. "Yo no cuidé mi cuerpo y eso fue un error", había comentado meses antes en la Embajada de Francia cuando la entrega de los Premios Moliere, del que era jurado.
De carácter complejo y literatura por momentos muy oscura, este prolífico poeta, escritor y director teatral había nacido en Montevideo en 1943, aportando a la literatura uruguaya desde los años `60 un sinnúmero de relatos y piezas de teatro. Desde que la Comedia Nacional le estrenó en 1971 El huésped vacío, en la Sala Verdi, su nombre acompañó numerosas temporadas teatrales, a veces con varias obras en cartelera al mismo tiempo.
Residente en Buenos Aires durante la dictadura, su literatura teatral fue traducida a otros idiomas y representada en diversas latitudes. Traducido al francés por Anne Marie Supervielle y Francoise Thanas, sus obras también fueron emitidas por radio France Culture de París.
De su teatro -que mereció premios nacionales e internacionales- destacan títulos como El lado de Guermantes, El desayuno durante la noche, Amantes, Una sonata de Ravel y Danubio azul, que también tuvo una versión para televisión. Esta temporada, su obra El mago en el camino perfecto fue realizada en Espacio Teatro.
Su labor como director recorrió obras de Shakespeare, Tennessee Williams y Chejov, aunque también trabajó sobre la dramaturgia nacional, que era su gran preocupación. En los últimos tiempos, consciente de estar transitando el último tramo de su vida, buscaba dónde dejar todos sus libros y demás papeles, que eran su mayor tesoro. En la madrugada del martes su puerta tuvo que ser derribada por la policía. El velorio es en la empresa Rogelio Martinelli (Canelones 1454), a partir de las 16 horas.