Arrasadora revolución de Obama

| Histórico. El presidente electo cambió la manera de hacer política y rompió los récords | Obama ofrece cargo para nuevo jefe de gabinete

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WASHINGTON | AFP Y AP

Barack Obama rompió las barreras raciales, lógicas y probabilísticas en su gesta hacia la Presidencia, rehaciendo al mismo tiempo el mapa electoral y la forma de encarar una campaña en EE.UU. Y acumuló un gran poder rompiendo récords.

Este político negro de 47 años, senador por Illinois, se lanzó hace dos años a cambiar lo que consideraba la estrechez de la política estadounidense actual, el excesivo partidismo y la deliberada división que caracterizaron los dos últimos períodos presidenciales.

Muchos analistas pensaron que Obama cometía un error al lanzarse como candidato cuando lo hizo. Sin embargo, el líder negro estaba viendo algo que muy pocos veían: que Estados Unidos estaba pronto para un cambio tan radical de liderazgo.

Obama adoptó el lema "Cambio", que cuajó perfectamente con un momento político en el que los sondeos decían que el presidente -ahora saliente- George W. Bush tenía una imagen pésima y que más de 80% de los estadounidenses pensaba que el país iba en la dirección equivocada.

La consigna mantuvo consistencia durante la larga campaña electoral de 21 meses, y cobró nuevos significados con el sacudón que implicó la crisis financiera que se disparó los últimos meses.

Durante la apasionante campaña terminada el martes, Obama logró capitanear su facción mejor de lo que esperaba la mayoría de los analistas y ganarle al republicano John McCain, convirtiéndose en el primer negro en alcanzar la Presidencia de Estados Unidos.

"Reinventó lo que ha sido la forma de hacer política desde al menos 1972", dijo el analista Paul Levinson, de la universidad neoyorquina Fordham. "Esta es una revolución tan profunda como la elección de Franklin D. Roosevelt en 1932 y John F. Kennedy en 1960".

La victoria de Obama se explica por la combinación del mensaje de cambio con un formidable trabajo de los militantes de base y el hecho de lograr presentar a McCain como alguien que implicaba cuatro años más de políticas de Bush.

Su amplio triunfo contrasta con el caso de Bush, que ganó por justísimo margen en 2000 y 2004, según sus críticos en base a sembrar división y encono entre las diversas comunidades de Estados Unidos.

"Hemos sido capaces de superar muchas de las cosas que mucha gente pensaba que eran barreras insuperables de nuestra política", dijo el principal estratega de Obama, David Axelrod, al canal MSNBC. "Creamos una coalición nacional. Eso es lo que decidimos hacer y eso es lo que hicimos".

Quien diseñó la campaña de Obama fue el experto David Plouffe, primero a través de la tensa primaria contra Hillary Clinton, en la que desmanteló la corriente dominante del Partido Demócrata. Una crítica que siempre le planteó la campaña de Hillary Clinton a su rival en la interna era si iba a poder resistir el embate de la "máquina de ataque republicana".

Durante la dura campaña, Obama tuvo que repeler golpes como los que apuntaban al discurso racista de su ex pastor Jeremiah Wright. Además, fue acusado de no compartir los valores estadounidenses y de ser secretamente musulmán.

McCain afirmó que su rival no estaba preparado para ser comandante en jefe del ejército.

Sarah Palin, compañera de fórmula de McCain, lo acusó de ser "compinche de terroristas", en referencia a su amistad en los años 60 con el izquierdista radical William Ayers.

Y finalmente estuvo el tema de la crisis financiera iniciada en Estados Unidos, que estalló sobre el final de la campaña. ¿Obama habría ganado de no haber ocurrido esto?

El analista Dan Shea, del Allegheny College (Pensilvania), piensa que el resultado hubiera sido el mismo. "Cuando 80% de la gente piensa que el país va en la dirección equivocada, cuando la imagen pública de un presidente está por debajo del 30%... y sí, el partido en el poder va a tener que pagar un precio", sentenció.

RESULTADO. La perfección no existe, pero una campaña casi perfecta arroja un resultado casi perfecto. Obama venció en los estados tradicionalmente demócratas y también en aquellos llamados "oscilantes". Fue el ganador en las elecciones en las que votó más gente y en las que la tasa de participación fue mayor. El presidente electo resultó además el candidato a la Casa Blanca más votado de la historia. Y eso también se traduce en una cosecha espectacular para los demócratas. Ese partido aumentó su mayoría en el Parlamento. El Capitolio tendrá una presencia demócrata más grande y más fuerte de la que surgiera de los últimos comicios legislativos de 2006, cuando recuperaron la mayoría tras 12 años.

Los demócratas ganaron cinco escaños más en el Senado y 19 en la Cámara Baja. El sueño de llegar al "número mágico" de 60 senadores, lo que les hubiera permitido una mayoría "a prueba de boicoteadores o filibusteros", como se les conoce en la jerga política, era considerado casi un imposible a priori.

Sin embargo, es una ventaja suficiente para aumentar aún más el margen de maniobra a la hora de impulsar leyes consideradas cruciales. Este poder demócrata puede acrecentarse en breve. Es en el Senado donde se aprueban los nombramientos a la Corte Suprema de Justicia; y cinco de los nueve miembros de este cuerpo están hoy cerca del retiro. Difícil que los demócratas permitan que se nombre a algún juez demasiado conservador.

Bush señaló que "hay cosas que no cambiarán"

Washington | El presidente George W. Bush felicitó ayer a su sucesor y prometió una "completa cooperación" en la transición. El actual presidente, cuya vasta impopularidad mermó la campaña de su correligionario y candidato republicano, John McCain, también dejó pocas dudas de que seguirá siendo él quien tome las decisiones hasta el mediodía del 20 de enero, cuando expire su segundo mandato.

Bush no hizo mención a posibles consultas a Obama, aunque prometió mantenerlo "totalmente informado".

"Seguiré conduciendo las cosas durante el período que el cargo esté a mi cuidado (...) Ha terminado una larga campaña, pero avanzamos como nación. Nos estamos embarcando en un período de cambio, aunque hay cosas que no cambiarán", sentenció Bush. afp

Las cifras

63,25 Los millones de votos populares que logró Obama. Es la cifra más alta lograda por un candidato. McCain aglutinó 55,9 millones.

64,1% Porcentaje de ciudadanos en edad de votar que participaron de las elecciones del martes. Es la tasa más alta desde 1908.

Benedicto XVI

Papa

El jefe de la Iglesia Católica calificó de "ocasión histórica" la elección de Obama. "Elevo mis oraciones a Dios para que lo asista en sus más altas responsabilidades con el país y con la comunidad internacional para construir un mundo de paz".

Nicolas Sarkozy

Presidente de Francia

"Reciba mis felicitaciones más cálidas, y a través de mí, las de todo el pueblo francés. Su victoria brillante recompensa un compromiso incansable al servicio de su pueblo. Corona también una campaña excepcional".

Manuchehr Mottaki

Canciller de Irán

El triunfo de Obama "es una señal evidente de que el pueblo de ese país exige cambios de fondo en la política nacional y exterior norteamericana. "Esperamos que el nuevo gobierno marque la distancia en relación al mal enfoque anterior".

Gordon Brown

Primer Ministro británico

"Querría ofrecer mis sinceras felicitaciones a Barack Obama por su elección a la presidencia de Estados Unidos. Él llevó a cabo una campaña inspiradora e infundió una gran energía política con sus valores progresistas".

Ehud Olmert

Primer Ministro de Israel

"Estados Unidos ha demostrado una vez más que es la mayor democracia y Obama ha demostrado sus cualidades de dirigente. Las relaciones entre Israel y Estados Unidos son especiales y fundadas en valores e intereses comunes".

Mahmud Abbas

Presidente de la ANP

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina felicitó "al presidente estadounidense electo Barack Obama en su nombre y el del pueblo palestino y espera que acelere los esfuerzos desplegados para lograr la paz" con Israel.

Nombran el equipo para la transición

Washington | Barack Obama pasa ahora de la celebración de la victoria al desafío de conducir a la nación más poderosa del mundo en medio de una crisis económica, dos guerras inconclusas y la incertidumbre global.

La primera tarea de Obama será conformar, en dos meses y medio, un gabinete demócrata que le ayude a cumplir las promesas de reforma y renovación que lo llevaron a la Casa Blanca.

Ayer le ofreció al representante Rahm Emanuel, de Illinois, el puesto de secretario de la Casa Blanca. Emanuel fue asesor político del presidente Bill Clinton, luego abandonó la vida pública y se hizo banquero de inversiones. Hace seis años obtuvo una banca en la Cáma- ra de Representantes por Chicago. En el Congreso pasó a ocupar la presidencia del Comité de la Campaña demócrata en el 2006.

El equipo encargado de preparar la transición está en funciones desde hace "varios meses", indicó la campaña en un comunicado, pero ahora su papel es formal. El equipo de transición del presidente electo está copresidido por tres personalidades, que incluyen a John Podesta, secretario general de la Casa Blanca de 1998 a 2001, bajo mandato del ex presidente Bill Clinton, y actualmente presidente del Center for American Progress, un centro de reflexión de izquierda.

Los otros dos copresidentes de este equipo son Valerie Jarrett, una consejera cercana a Obama, y Pete Rouse, jefe del gabinete del senador por Illinois.

Estas tres personas serán asistidas por una docena de consejeros, entre los que se encuentran la gobernadora de Arizona, Janet Napolitano, el ex secretario de Comercio de Clinton, William Daley, el ex secretario de Transporte y Energía de Clinton, Federico Peña, y la consejera de Obama para los temas internacionales, también miembro del gobierno Clinton, Susan Rice.

Por su parte los más altos funcionarios de inteligencia comenzarán a reunirse hoy con Obama para rendirle informes diarios con los datos críticos para la seguridad nacional. AP, AFP y ANSA

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