35 años: Tratado marítimo con Argentina

Dr. Baliero. Destaca la inteligencia y habilidad de los negociadores de ambos países

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Emilio Cazala

Afirma el catedrático de Derecho Internacional Público, que frente a cualquier dificultad, los uruguayos y argentinos deben negociar con inteligencia, ánimo constructivo y perseverancia, porque definitivamente no hay otra salida afuera de este marco.

Este próximo miércoles 19 de noviembre se cumplen 35 años del Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo que puso fin a un diferendo que arrancó en los comienzos de la vida independiente del Uruguay y que tuvo una serie de episodios muy complejos, incluso el más difícil, ocurrido en la primera década del siglo XX cuando el Canciller Estanislao Zeballos trató de afirmar la tesis que todo el Río de la Plata era propiedad de Argentina por herencia del Virreinato. Es decir que Uruguay tenía una costa seca y por consiguiente cualquier bañista uruguayo chapoteando en las aguas de Pocitos lo estaba haciendo en aguas argentinas.

MARTÍN GARCÍA. Para nosotros, como periodistas, que por más de cuatro décadas hemos estado batallando por el desenclaustramiento del Río Uruguay, celebramos con satisfacción este aniversario porque sentimos que este Tratado abrió el camino años más tarde a lo que serían aquellas famosas Notas Reversales (Lacalle-Menem) que facilitarían el camino, eran el instrumento idóneo, hacia la construcción del canal Martín García. Ellas nos darían dominios marítimos, reglas, normas jurídicas, estatutos de navegación, y sobre todo un canal a 32 pies de profundidad que estaba en los 19. Antes no teníamos nada. Así que con este Tratado de hecho el río Uruguay había quedado "desencantado" con esta vía marítima hacia el Río de la Plata. Fue el instrumento idóneo que a través de Notas Reversales permitió que se construyera el Canal Martín García.

PROYECCIONES DEL TRATADO.

Pero el Tratado debe mirarse y analizarse en el conjunto de la región y nosotros lo recordamos como un hecho histórico formidable. El Tratado del Río de la Plata fue precedido por el acuerdo con Brasil sobre el límite lateral marítimo; inmediatamente después del Tratado fueron creados el CAUCE y el PEC, los instrumentos de complementación económica y comercio con nuestros dos vecinos; fueron construidos los dos puentes sobre el río Uruguay; la represa de Salto Grande con Argentina, mientras que Brasil participó en la de Palmar. Se apuntaba así a la inserción regional de nuestro país, a la complementación energética vinculando los respectivos sistemas. Se apuntaba también a la complementación portuaria mediante los puentes que facilitan el acceso de las provincias argentinas del Norte a los puertos uruguayos. A su vez, el artículo 27 del Tratado contiene el concepto de cooperación portuaria para eficientizar sus servicios portuarios y ofrecer los mejores rendimientos y seguridad y aprovechar las facilidades que mutuamente se otorguen en sus respectivos puertos, esto según la visión europea de puertos próximos entre sí, aunque este aspecto lo visto siempre como una competencia de puertos para entregar servicios a la carga que es la que manda bajo el marco de la mejor logística. No era fácil llegar a la solución porque ambos países tenían visiones distintas y estaban separados o mejor dicho enfrentados en el Río de la Plata, Uruguay a favor de la linea media y la Argentina por el thalweg y esto tenía sus argumentos a favor y en contra. Además estaban todos los problemas históricos y aun afectivos, el tema de Martín García y el de la pesca que no era menos importantes en el Río de la Plata sino en el Frente Marítimo, ya que es una de las áreas ícticolas mayores del mundo, pero además estaba la vieja disputa de la navegación en el Río de la Plata, expuesta a controversias y bastantes problemas que tuvimos y tenemos aún. No vamos a referirnos a viejos episodios lamentables entre ambos países, porque no trata en nada positivo y en cambio no vemos otra salida con nuestros hermanos que conciliar y buscar soluciones bajo el marco de las negociaciones y por favor no agregar más problemas como construir canales por nuestra voluntad, porque eso es absolutamente imposible, no existe. Las guerras son actividades de campo que se ganan en los pasillos y la intimidad de las Cancillerias. No hay otra.

BALIERO. Al cumplirse este próximo 19 de noviembre los primeros 35 años del Tratado, EL PAIS y en particular nuestra página entendió apropiado, para tener una visión histórica de ese Tratado, sus efectos y su proyección en el tiempo, entrevistar al Dr. Washington Baliero, Profesor de Derecho Internacional Público en la Universidad de la República y en la Universidad Católica, y ex Presidente de la Comisión Administradora del Río de la Plata. A continuación ofrecemos un resumen de sus principales conceptos.

"Una mirada retrospectiva, - apunta el Dr. Baliero- permite una visión objetiva del suceso. Pero de todo esto lo más importante a rescatar de ese Tratado , es que fue una solución muy inteligente y ver cómo argentinos y uruguayos, uruguayos y argentinos fueron capaces de trabajar todos juntos en todo esto con éxito". Aquí el Dr. Baliero señala que dicho "Tratado había sido negociado con anterioridad al gobierno de Perón. Es decir el Tratado con Uruguay ya estaba preparado por el gobierno anterior. Es cierto que la voluntad política de Perón fue decisiva e importante pero el Tratado que se dice equivocadamente que fue obra de Perón, no fue tan así. No obstante reconocemos la grandeza que tuvo Perón de entender que este Tratado era justo, contemplaba los intereses de las partes y fue firmado el 19 de noviembre de 1973. Cuando veo las cosas de hoy, más convencido estoy que este Tratado fue un ejemplo no solo de hermandad, de comprensión rioplatense, sino que fue un Tratado muy inteligente. Creo que como toda obra humana, es perfectible, todos sabemos que hubo intereses y opiniones muy respetables tanto del lado argentino como del lado uruguayo, muy opuestos al Tratado. Sabemos de sectores políticos muy importantes en la vida nacional, figuras muy destacadas que estuvieron en contra y bueno en la óptica de ese momento podía ser cierto que no se vieran con buenos ojos algunas soluciones.

Pero el tiempo que no sólo es gentilhombre sino que es un caballero justiciero, ha demostrado que el Tratado fue una gran solución y una gran herramienta que no sólo consagró la hermandad rioplatense, sino que fue una demostración de cómo con inteligencia y negociación se pueden llegar a superar los problemas más complicados. El Tratado de Límites que es una obra de ingeniería jurídica, de ejemplar conciliación de intereses, es básicamente -insisto- un ejemplo de cómo resolver adecuadamente y con espíritu de hermandad problemas complejos. Es más - agrega el Dr. Baliero- es un Tratado de solución de problemas limítrofe-fluviales que ha sido tomado como ejemplo en diversos lugares del mundo, porque realmente es ejemplar la forma cómo resuelve los problemas. Eso es lo primero que rescataría, la inteligencia, que tuvieron los tratadistas y repito, el tiempo que ha pasado, ha avalado esas soluciones. El Tratado da un marco jurídico para solucionar controversias futuras o sea que es un verdadero estatuto para el uso del río. Como solucionar el tema vital de la navegación para la Argentina sin afectar el legítimo derecho del Uruguay para una división igualitaria del río, superando el Thalweg y la línea media. Y ello se logra mediante esta ingeniosa solución de las franjas de jurisdicción exclusiva y las aguas de uso común.

Porque si se pregunta cuál es la frontera en el río, cabe afirmar que no hay una sola frontera. Hay una verdadera distribución de jurisdicciones y el Tratado es muy cuidadoso en este punto. El Tratado parte de la base, a mi entender, que la franjas de 2 y 7 millas de jurisdicción exclusiva, es lo más parecido a la total soberanía estatal. Y los países tienen en ellas todas las potestades de país soberano pero con una excepción. Porque se consagra el derecho a la navegación en todo el río. Es decir, la Argentina puede navegar sin pedir permiso en nuestra franja de jurisdicción exclusiva y lo mismo nuestros barcos. Y en las aguas de uso común, es una zona de jurisdicciones compartidas. Y se llegó a la muy inteligente solución que los canales de navegación, y que el canal principal del Río de la Plata, quedara en aguas de uso común con iguales derechos de navegación".

Los actores de este Tratado fueron por Uruguay, Presidente Pacheco Areco y luego Bordaberry, Dr. Jose A. Mora Otero, Dr. Juan Carlos Blanco, Coronel Carlos Barros, Dr. Julio César Lupinacci, C/F Yamandú Flangini, Dr. Edison González Lapeyre y C/N Ebert Grasso (Director de la Escuela de Guerra Naval).

Que el tratado, que consta de 92 artículos, estaba preparado y venía de atrás, es un hecho claro, pues Perón asumió el 12 de octubre y el Tratado se firmó 38 días más tarde, el 19 de noviembre así que estudiar ese texto habría demandado muchísimos meses más.

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