Dubai - Ignorando la crisis económica mundial, Dubai inauguró el jueves por la noche un nuevo hotel de lujo, edificado en una isla artificial, con una fiesta extravagante de 20 millones de dólares.
La fiesta acabó avanzada la noche, con unos gigantescos fuegos artificiales que iluminaron la costa del emirato.
Más de 2.000 personalidades fueron invitadas por la sociedad Kerzner International, del magnate sudafricano Sol Kerzner, y su socio local, la promotora inmobiliaria Najeel, controlada por el emirato, para la inauguración oficial de "Atlantis, The Palm", un hotel de cinco estrellas que abrió sus puertas en septiembre.
Entre los invitados figuraban actores como Robert De Niro, cantantes como Janet Jackson, empresarios como Richard Branson y glorias deportivas como Boris Becker y Michael Jordan.
Los fuegos artificiales estuvieron precedidos de un concierto de la cantante australiana Kylie Minogue.
El hotel se eleva en "Palm Jumeirah", la primera de las tres islas artificiales en forma de palmera que está construyendo Najeel.
"Aquí donde nos encontramos, hace cinco años había sólo agua", declaró en su discurso el sultán Ahmad ben Sulayem, presidente de Najeel.
El hotel es un establecimiento de gran lujo que ha costado 1.500 millones de dólares. Cuenta con 1.539 habitaciones y está formado por dos torres de color rosáceo unidas por un puente que acoge una suite, que por noche cuesta 35.000 dólares.
Además, el hotel tiene el mayor parque acuático de Oriente Medio y un gigantesco acuario de 11 millones de litros de agua y 65.000 peces, entre ellos un cetáceo.
Aunque Dubai no ha escapado a los efectos de la crisis, Kerzner y el presidente de Najeel dejaron de lado las preocupaciones el jueves por la noche, justo el tiempo para una de esas fiestas en Dubai -un emirato conservador- en las que corre el alcohol y en la que los lugareños, vestidos con ropas tradicionales, se mezclan con muchachas de indumentaria más ligera.
Kerzner dijo a la AFP que la factura de 20 millones de dólares por la fiesta "incluía todo" y que la cifra estaba en consonancia con la importancia del proyecto.
De 73 años, Kerzner hizo su fortuna en los años setenta y ochenta construyendo en Sudáfrica hoteles y casinos, entre ellos la famosa Sun City, en el territorio de las reservas negras a las que el régimen del apartheid concedió una falsa autonomía.
La fiesta se llevó a cabo pese a que Dubai, cuya prosperidad se asienta en el petróleo, el turismo y el sector inmobiliario, comienza a sentir los efectos de una crisis de la que se creía protegido.
Así, el gobierno anunció la creación de una comisión para evaluar el impacto de la crisis y proponer ayudas a ciertos sectores, como el bancario y el inmobiliario.
La misma Najeel tuvo que anunciar hace unos días que iba a aminorar su ritmo de desarrollo, pese a que la construcción de las tres islas en forma de palmera está lejos de estar acabada.
Por su parte, Kerzner International acaba de despedir a 800 trabajadores de su primer Atlantis, situado en las Bahamas.
AFP