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AGENCIAS

En una jornada bursátil fuertemente volátil, la bolsa de Nueva York y las plazas europeas cerraron con un marginal avance. Los parqués latinoamericanos tuvieron avances.

La jornada en Wall Street comenzó positiva gracias al envión que significó el salvataje del Citigroup, y el posterior anuncio de la Reserva Federal estadounidense, que volcará US$ 800.000 millones en la economía para sanear el sistema financiero, que alentó subas en los mercados.

No obstante, ayer se conoció además que el dato del Producto Bruto Interno (PBI) estadounidense se contrajo un 0,5% en el último trimestre, más de lo esperado por los analistas, lo que mermó las expectativas de los inversores e invirtió la tendencia en las plazas mundiales, que operaron en general sin tendencias definidas. (Ver nota aparte)

Incluso, minutos después del comienzo de las operaciones en Wall Street, el secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, había afirmado: "La intervención funcionó tal como planeábamos". Y sostuvo que "el anuncio hecho por la Fed subraya el apoyo al mercado inmobiliario".

Mercados. Al cerrar la rueda, el Dow Jones de industriales ganó 0,43%, mientras que el tecnológico Nasdaq cayó 0,5%. El índice más amplio S&P ganó 0,66%.

"El mercado primero reaccionó positivamente a las medidas anunciadas por las autoridades, pero luego, los temores volvieron sobre el estado de la economía y la multiplicación de los planes gubernamentales", comentó Marc Pado, analista de Cantor Fitzgerald.

Las noticias que llegaron desde los EE.UU. impactaron sobre las principales bolsas europeas, que pasaron a operar con alzas pronunciadas, aunque después revirtieron la tendencia. El índice FTSE 100 de las principales acciones británicas cerró con un avance de 0,44%, el alemán DAX ganó 0,13%, y el francés CAC-40 subió 1,18 por ciento.

En Latinoamérica, la mayor plaza de la región, la Bolsa de San Pablo subió 1,83%, Buenos Aires ganó 0,49%, Bogotá aumentó 0,78%, mientras que la de Santiago bajó 0,29%.

el paquete. La Reserva Federal estadounidense (Fed) anunció ayer su plan de inyectar hasta US$ 800.000 millones en el sistema financiero para comprar hipotecas y valores respaldados por activos.

Estas medidas constituyen "una tentativa de relanzar los mercados de crédito después de la explosión atómica ocurrida en septiembre", comentó Andrew Busch, analista jefe de BMO Capital Markets.

"Claramente, la economía continúa sufriendo la ausencia de créditos y de tasas de interés bajas", dijo.

La Fed va a asumir hasta US$ 100.000 millones de deuda de los organismos de refinanciamiento hipotecario Fannie Mae y Freddie Mac (y también de otros paraestatales no tan importantes). La compra de títulos en el marco de este programa debe comenzar la semana próxima.

El banco central estadounidense va a adquirir asimismo en el mercado secundario hasta US$ 500.000 millones en títulos emitidos por esos organismos y vinculados a créditos hipotecarios. Las primeras compras deben tener lugar hacia comienzos del año próximo.

"Estas medidas se adoptan para reducir el costo y aumentar la disponibilidad de crédito para la compra de viviendas", explicó la Fed.

Las medidas complementan programas similares ya puestos en práctica por el Tesoro en septiembre, cuando Fannie Mae y Freddie Mac fueron puestas bajo tutela estatal.

La acción conjugada de la Fed y del Tesoro "tiene por meta hacer bajar las tasas" a las cuales se financian estas empresas y, consecuentemente, las tasas de los créditos inmobiliarios en general, declaró el secretario del Tesoro, Henry Paulson.

"Nada es más importante que asegurar un financiamiento accesible al crédito inmobiliario", añadió Paulson, quien recordó que la crisis actual se originó en el hundimiento del crédito hipotecario.

Los precios de los inmuebles registraron una nueva baja récord en septiembre, cayendo 17,4% en un año, según el índice S&P/Case-Shiller que mide los precios en los veinte mayores conglomerados urbanos de Estados Unidos.

La Fed va a prestar hasta US$ 200.000 millones para permitir a inversionistas institucionales la compra de títulos vinculados a activos tales como créditos para automotores, financiamiento de tarjetas de crédito, créditos para estudiantes y créditos otorgados a las pequeñas y medianas empresas.

El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos retrocedió 0,5% en el tercer trimestre (a ritmo anual) con respecto al anterior, según la nueva estimación publicada ayer por el Departamento de Comercio, que inicialmente preveía una baja de 0,3%. La nueva cifra se corresponde con el promedio de los pronósticos de los analistas. La revisión se explica por la reducción más pronunciada de lo esperado del consumo, motor tradicional del crecimiento en Estados Unidos, por un peor desempeño del comercio exterior a causa de la caída de las exportaciones, y por gastos del Estado Federal menores que lo anunciado inicialmente. "La mayor parte de los componentes principales del PIB contribuyeron al retroceso del crecimiento en el tercer trimestre", indicó el Departamento de Comercio en un comunicado.

La OCDE apoyó la idea de que los gobiernos lancen planes de estímulo para atenuar los efectos de la crisis financiera, pero también destacó el impacto de la deuda y subrayó que los planes de recortes de impuestos y aumento del gasto deben ser revertidos cuando vuelva el crecimiento.

La perspectiva fiscal a largo plazo en EE.UU. parece "muy desfavorable" y el país estaría "entre los países de la OCDE más endeudados" en la próxima década, sostuvo.

Según la prensa estadounidense, Obama impulsará un paquete de estímulo económico por hasta 700.000 millones de dólares cuando asuma su cargo el 20 de enero. El presidente electo ha anunciado un plan para crear 2,5 millones de empleos a través del aumento del gasto en infraestructura a nivel nacional.

"La crisis económica que enfrentamos ya no es sólo una crisis estadounidense, es una crisis mundial, y necesitaremos ponernos en contacto con países de todo el mundo para diseñar una respuesta mundial", dijo Obama.

Obama designó al presidente de la Fed de Nueva York, Timothy Geithner, como su nuevo secretario del Tesoro, y al ex secretario del Tesoro Larry Summers como su principal asesor económico.