Medio siglo entre el amor y el odio

| Fidel y Raúl Castro dicen estar dispuestos a dialogar con Barack Obama. Este año trajo reformas pequeñas y superficiales y huracanes arrasadores

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LEONEL GARCÍA

Hay un país donde el analfabetismo casi no existe. Es el mismo donde el salario promedio no llega a 20 dólares. Hay un régimen que garantiza acceso gratuito a la salud, al tiempo que acorrala o reprime toda disidencia. Es Cuba.

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O más que Cuba, es el fruto de la Revolución Cubana, la que el jueves cumple 50 años. Faro de la dignidad latinoamericana y mundial para algunos; dictadura cruel, dinástica y retrógrada para otros.

El 1° de enero de 1959 ocurrió la entrada triunfal de los "barbudos" liderados por Fidel Castro, en Santiago, la segunda ciudad del país. Un día antes, el dictador Fulgencio Batista había abandonado la isla. Terminaba la cruzada iniciada el 25 de noviembre de 1956, cuando 80 revolucionarios zarparon de México hacia Cuba, a bordo del yate "Granma".

El reconocimiento mundial a la epopeya rebelde y el derrocamiento de un gobierno donde campeaba la corrupción fue unánime. Estados Unidos, de quien Batista había sido un títere, se sumó a ese entusiasmo. Una ya histórica entrevista del periodista del The New York Times Herbert Matthews a Fidel en 1957, convenció (involuntariamente) a la potencia de que éste era un "socialdemócrata" y no un "comunista".

Incluso una vez tomado el poder, y en plena gira triunfal de "presentación" por el continente, Castro dijo en Montevideo, en mayo de 1959, que "si los comunistas ya dominaran Cuba, me quedaría a vivir en Uruguay". Menos de dos años después, luego de la frustrada invasión de cubanos disidentes a la isla, apoyados por la CIA, a Bahía de Cochinos, diría: "Fui, soy y seré marxista-leninista hasta mi muerte".

En esa misma visita a Uruguay, Castro prometió un próximo llamado a elecciones en Cuba "después de los seis meses y antes de los 18". En el momento, dijo, "no hay partidos políticos que justifiquen una elección". Salvo el Partido Comunista de Cuba, tampoco los hay legalizados hoy, casi medio siglo después.

Pero las unanimidades duraron poco. Los primeros fusilamientos a los efectivos de seguridad de Batista provocaron las primeras alarmas. Las expropiaciones de empresas de EE.UU. primero y la adopción del modelo socialista después, en el mundo bipolar de principios de los 60, terminó o exacerbó los amores. Fidel Castro pasó a ser un héroe o un tirano sanguinario, pero siempre un personaje fundamental del siglo XX; lo mismo pasó con Ernesto "Che" Guevara, ya convertido en el icono revolucionario por excelencia y en un producto de consumo.

Hace medio siglo, el otrora docente Huber Matos estaba planificando, como comandante de una de las columnas rebeldes, el asalto a Santiago. "No teníamos miedo, estábamos convencidos que tomábamos la ciudad en 48 horas. Había en el ambiente una convicción de triunfo", recuerda a El País.

Estos recuerdos son relatados desde Miami, Estados Unidos. Matos pasó, en diez meses, de ser uno de los "barbudos" a un traidor a la causa revolucionaria. En desacuerdo con el rumbo marxista que estaba tomando la revolución, este hombre renunció a ella dos veces, en julio y en octubre de 1959. La primera le fue rechazada por el propio Fidel Castro; la última le valió 20 años de prisión. Cuando salió, partió al exilio. Las sensaciones furiosamente encontradas que aún hoy genera la Revolución Cubana pueden estar presentes en una persona. Matos no se arrepiente de haber participado de la cruzada que terminó con los Castro en el poder; sí de sus "funestas" consecuencias.

Para otros, la Revolución significó y significa un sueño idílico. "Tengo lo que tenía que tener. Mi casa, mi mujer, mi sueldo. Comida no me falta. (Antes del triunfo de los rebeldes) no pude tener nada de eso que tengo ahora", dice el ex combatiente Rubén Lao (73), residente de la mítica Sierra Maestra, laboratorio donde se tejió la epopeya de los barbudos. Otro ex guerrillero, Ernesto Plascencia (76), recuerda el "carnaval" que fue la llegada de Fidel Castro a La Habana el 8 de enero de 1959 y opina en sintonía: "Tuve que salir de la escuela a los 10 años para limpiar zapatos. Mi mamá tenía que lavar y planchar la ropa de los ricos". Ambos testimonios, recogidos por la agencia AP, no ahorran elogio alguno al proceso que cumple medio siglo.

presente. Más allá de los festejos oficiales, Cuba vive hoy tiempos de dudas e incertidumbre. Dudas por el rumbo que tomará la revolución, en su primer aniversario con Fidel Castro (82) oficialmente fuera del poder, limitado a ejercer su enorme influencia y su cargo de "columnista en jefe" en la prensa, totalmente oficialista. Incertidumbre por los cambios tras un año de tenues aperturas económicas, impulsadas por su hermano menor, Raúl Castro (77), presidente desde el 24 de febrero. Dudas por las quejas que -cada vez con más fuerza- comienza a hacer notar la población. En 2007 se pudo ver a jóvenes estudiantes cuestionando a las autoridades a través del portal YouTube. También a través de Internet, la "bloguera" Yoani Sánchez y su "Generación Y" es el mascarón de proa de una nueva generación disconforme. Y eso es notorio en un país donde siete de cada 10 habitantes no han conocido otra cosa que el castrismo.

Fuera de la vista pública desde julio de 2006, convaleciente de una enfermedad decretada como secreto de Estado, Fidel Castro renunció a una enésima "reelección" (sin opositores) el 19 de febrero de este año. Sigue siendo considerado el comandante en jefe. Su hermano Raúl, considerado como más pragmático (y muchísimo menos carismático que Fidel), comenzó a hablar de "cambios estructurales" y de eliminar "prohibiciones excesivas"; empezó a hablar de funcionarios "ineficaces" o, directamente, "corruptos". Además, ya no les está vedado a los cubanos comprar celulares, computadoras, electrodomésticos ni alojarse en las grandes cadenas hoteleras. Estos privilegios, hasta entonces, estaban limitados a los extranjeros y a los funcionarios del gobierno.

Claro que semejantes aperturas ocurren en un país adonde el salario medio mensual es de 400 pesos cubanos, el equivalente a 19 dólares. Una económica noche en un hotel cuesta US$ 40; un televisor, hasta US$ 760. Éstos se cotizan en Pesos Cubanos Convertibles (Cuc), la moneda paralela que rige desde 2004 y que equivale a 24 pesos cubanos. Las mejoras económicas no llegaron y los cambios políticos están aún más lejanos.

Si no fuera por las remesas provenientes de familiares en Estados Unidos (entre US$ 600 millones y US$ 800 millones por año) a las que accede el 60% de la población, el fin de las prohibiciones no sería más que letra muerta. De todas formas, los cubanos se han hecho especialistas en "resolver", verbo-expresión-comodín que significa buscar recursos adicionales para sobrevivir (ya sea comida, papel higiénico o desodorante), en el mercado negro. El gobierno hace la vista gorda ante esta situación. Los magros sueldos y una tarjeta de racionamiento insuficiente -apenas le asegura a cada poblador algo así como un tercio de sus necesidades básicas- no dejan otra escapatoria.

Raúl Castro también promovió hace un año -cuando solo era presidente en funciones- una suerte de "debate nacional" para identificar los problemas del país. La reacción fue una señal de alerta a la dirigencia. Participaron cinco millones de cubanos y se identificaron, según consignó BBC Mundo, 1,2 millones de críticas al funcionamiento del Estado. En el país que mejor resiste los embates de los huracanes de toda América Central, el efecto de semejante baño de realidad fue como un "tsunami".

Justamente, la naturaleza se ensañó este año con Cuba. Gustav, Ike y Paloma destruyeron medio millón de casas y causaron daños evaluados en más de 10.000 millones de dólares. El crecimiento económico previsto bajó del 8% al 4%. Las cosechas fueron dañadas. Las imágenes de los mercados desprovistos de frutas y verduras dieron la vuelta al mundo. Todo ello, más la crisis internacional, no generan los mejores presagios para el próximo año.

ESPERANZA. También hay esperanza, alimentada por el respaldo que Cuba recibió de los países de América Latina en la reciente cumbre brasileña de Costa de Sauipe, donde se oficializó su ingreso en el Grupo de Rio. Y también por la llegada a la Presidencia de Estados Unidos -el odiado enemigo a 150 kilómetros de distancia- de Barack Obama, un hombre con quien los Castro dijeron que "se puede hablar".

Obama, que asumirá el 20 de enero, ha mostrado disposición a dialogar con los líderes cubanos. También se ha manifestado favorable a eliminar las restricciones a los viajes de familiares hacia la isla y el envío de remesas, anunciadas por el actual presidente Bush en mayo de 2004. Sobre el fin del embargo comercial estadounidense a la isla, que data de febrero de 1962 durante la presidencia de John Kennedy, todavía falta un largo trecho.

El gobierno de Cuba y los afines al régimen castrista atribuyen al embargo los males de toda la economía cubana. Según La Habana, las pérdidas financieras por esta medida casi tan vieja como el triunfo de la Revolución se estiman en US$ 93.000 millones.

Para los anticastristas, el embargo no es más que el pretexto del régimen para justificar sus fracasos, poniendo énfasis en el dinero que entra por las remesas y los US$ 2.000 millones que le entran por concepto de turismo cada año.

El actual secretario de Comercio de EE.UU., Carlos Gutiérrez, sugirió recientemente a Obama que mantenga la actual política con Cuba mientras los Castro sigan en el poder. Más allá de su puesto en el gobierno de Bush, Gutiérrez es una "víctima" de la Revolución. Nacido en La Habana en 1953, la plantación frutal de su familia fue expropiada por los "barbudos" en 1960, lo que la obligó a tomar el camino del exilio. Es en la diáspora cubana en EE.UU., sobre todo la de Miami, donde están los más encarnizados opositores al régimen. Y sin embargo, ahí también se ha visto el cambio que parece haber traído el tiempo. Un 55% de los estadounidenses de origen cubano de Miami (unos 500 mil) expresó, en una encuesta de fines de noviembre, su apoyo a levantar el embargo.

En las calles de Cuba, la mayoría de los vehículos son los mismos que medio siglo atrás. No es lo único incambiado. Siguen la represión, el embargo, la condena y el apoyo acérrimo. Tras 50 años, todo lo relativo a la Revolución Cubana sigue sin conocer las escalas de grises.

De sierra maestra a miami

Matos: "Estos 50 años mataron al carácter del cubano"

L.G.

Huber Matos, 91 años, ex revolucionario, ex "traidor" y ex preso en Cuba. Desde 1979, integrante del exilio cubano en Miami y gran opositor al régimen castrista.

- ¿Qué significa el 1º de enero de 1959 para usted?

- En aquel momento significó el fin de una lucha exitosa que abría a Cuba la realización de una gran esperanza, un gobierno genuinamente democrático, una respuesta a la dictadura de Batista, una ratificación de fe y esperanza, ni remotamente volver a otra dictadura…

- ¿Y qué pasó?

- Incuestionablemente, Fidel Castro tenía una agenda oculta. Ese día, el primero, en Santiago, prometimos a Cuba volver a tener una democracia funcional. Pero siguió con un curso distinto. El Che (Guevara) y Raúl (Castro) tenían ideas claramente marxistas, pero no se los puede culpar sólo a ellos. Fidel es un ególatra que llegó con la idea de quedarse en el poder.

- ¿Se arrepiente?

- De la cruzada no. Sí me arrepiento del resultado que derivó, la tragedia que vive el pueblo de Cuba. Estos 50 años son una prueba terrible. Cuando concluya el castrismo habrá que hacer un esfuerzo increíble. La gente se acostumbró a vivir con miedo, la economía está destruida, la infraestructura también. La represión mató al carácter del cubano.

- ¿No reconoce logros en la salud y en la educación?

- Mire, con toda naturaleza se lo digo. Habrá más graduados, más universitarios, pero el daño realizado a la población cubana no se compensa con títulos ni con alharacas. Ya son tres generaciones que se han moldeado en la hipocresía, en el miedo. Se creó una doble moral.

- Entonces, ¿a qué atribuye la buena imagen que tiene la revolución cubana en algunos ámbitos?

- Hay dos cosas. Una, el discurso y la propaganda de los Castro ha sido exitosa. Son gente que sabe vender la mentira, los logros y el antiyanquismo. Son maestros en eso. Y otra, en América Latina existe desde siempre, y en Cuba también, un rechazo a todo lo estadounidense.

- Con todo lo ocurrido este año, la renuncia de Fidel, las reformas de Raúl, el triunfo de Obama en EE.UU., ¿qué cree que puede pasar en el futuro?

- Mire, los Castro tienen en la cabeza la idea de que son una dinastía. Esa es la primera opción. La segunda sería "metamorfosearse" a la manera de China. Si no fuera por el salvavidas de Hugo Chávez y la fanfarria del socialismo del siglo XXI, tal vez ya habría ocurrido un cambio. No sé qué va a pasar, pero creo que tiene que haber un cambio. Una alianza del pueblo y los militares, porque no queremos después de 50 años otra guerra civil, otro baño de sangre, otra invasión extranjera. No ha ocurrido un cambio porque el factor miedo tiene trabada a la gente. Las consecuencias de estos 50 años han sido funestas. Sólo haré votos para que venga un cambio y sin que haya otro baño de sangre. El pueblo cubano ya sufrió bastante.

Congreso trazará líneas económicas en medio de una crisis financiera mundial

Para 2009, el presidente de Cuba, Raúl Castro, fijó el V Congreso del Partido Comunista. Debía haberse celebrado en 2003. El último data de 1997. Esa instancia es fundamental para trazar los lineamientos políticos y económicos.

Cuatro huracanes han puesto en un brete a la economía cubana. A los daños por Gustav, Ike y Paloma (ver nota principal) se le suma el huracán en forma de recesión económica global. Ésta hizo bajar los precios de la tonelada de níquel, una de sus principales materias primas de exportación, de US$ 50.000 a US$ 15.000. También se toma por seguro que la crisis impactará el envío de remesas desde Estados Unidos, país en donde hizo epicentro la crisis.

Una segunda incógnita en la ecuación del financiamiento está en la industria turística. Hasta el momento, el flujo de visitantes a la isla se ha mantenido estable. La Habana dijo recientemente que se espera cerrar este año con 2,34 millones de visitantes y superar los US$ 2.200 millones que obtuvo el año pasado por este concepto.

Sin embargo, la tendencia puede cambiar en 2009. España, Italia y Canadá, grandes aportantes de turistas, enfrentan fuertes desaceleraciones y crecimiento del desempleo.

Los huracanes además deterioraron el serio déficit habitacional que sufren los cubanos y el acceso a los alimentos se complicó notoriamente. En el mercado negro, un huevo cuesta hoy un tercio del salario promedio de los cubanos.

¿Esto puede generar un descontento? Para Jaime Suchlicki del Centro de Estudios Cubanos de la Universidad de Miami, el gobierno "siente que el pueblo no se va a lanzar a la calle. El aparato de seguridad funciona. Así que no están preocupados, porque no hay gran peligro". AMÉRICA ECONOMÍA

Educación y salud son garantidas para todos

La oposición en el extranjero y la disidencia interna hablan de una población con miedo y un tejido social destruido. Pero es justamente en el ámbito social donde la Revolución ha conseguido sus mayores objetivos, constantemente propagandeados y exportados (como "Operación Milagro" o el programa de alfabetización "Yo sí puedo").

Cuba tiene una tasa de alfabetización casi perfecta del 99,8%. Hay nueve años de escolarización obligatoria. Todos los niveles de la enseñanza, incluyendo el universitario, son gratuitos. Y desde sus primeros años, los escolares o "pioneros" del Partido Comunista", son educados en las "bondades" de la Revolución.

La cobertura sanitaria también es total. Según detalló BBC Mundo, el sistema de salud consta de cuatro niveles: el médico de familia, el policlínico barrial, el hospital zonal y el centro especializado. Cuba tiene la tasa de mortalidad infantil más baja de América Latina: seis por cada mil nacimientos.

Pero en Cuba circula un chiste: "Terminé de estudiar y soy sano, ¿qué hago?" Además, el Instituto para Estudios Cubanos y Cubano-Americanos (Iccas, en inglés) de la Universidad de Miami, sostiene que antes de 1959 el país ya tenía altos niveles de alfabetización (76% en 1953, uno de los mejores de la región) y bajas tasas de mortalidad infantil (32 cada mil nacidos vivos en 1957, la menor en América Latina) para la época.

Lo que sí hizo la revolución fue extender esos servicios al total de la población. Hoy se calcula que el 85% de los cubanos tiene casa propia (el desalojo está prohibido) mientras que la electricidad abarca al 95% del país.

Derechos inexistentes y una economía destrozada

Si bien el último episodio de represión de gran magnitud se remonta a casi seis años atrás, la persecución y hostigamiento a la oposición, permanece en pie. Elizardo Sánchez, de la agrupación independiente Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, dijo que aún hay 219 presos políticos en las cárceles de la isla. Citado por la agencia AP, Sánchez señala como la mayor mancha del régimen que "después de 50 años, el gobierno no puede garantizar derechos civiles o políticos". Elementos como libertad de prensa o de expresión siguen siendo entelequias en un país cuyos líderes hasta hace no mucho negaban incluso la prostitución. En La Habana, las "jineteras" son algo tan indisimulable como el propio Malecón.

Los episodios violentamente reñidos con las más elementales libertades dan la razón a quienes tildan de dictadura al régimen. Los juicios sumarios al grito de "Paredón" del principio de la Revolución, dejaron paso a decenas de miles de presos políticos a mediados de los `60, a la "internación" de homosexuales en granjas de trabajo para "curarlos" en esos mismos años, hasta la "Primavera negra" de 2003, sin contar las ejecuciones y el exilio forzado de miles de personas. Aún persiste la presión, las detenciones breves y el hostigamiento a los opositores.

La ausencia de derechos individuales y de debate se complementan con la destrozada economía. Entrevistado por BBC Mundo, el economista, docente e investigador de la Universidad de La Habana, Omar Everleny Pérez, destacó como principal resultado del régimen que "a pesar del enfrentamiento con Estados Unidos, hemos sido capaces de llegar a los 50 años". Cruda y sincera confesión oficialista. En la otra vereda, en Miami, el doctor José Azel, del Centro de Estudios Cubanos, dijo a El País que Cuba hoy es "un país paupérrimo, después de 50 años de un experimento social totalmente fracasado. La economía y la fibra social del país han sido destruidas totalmente".

Cuando el economista Pérez habla del "enfrentamiento" con EE.UU., refiere al embargo impuesto en 1962, y reforzado durante la actual administración de George W. Bush. Se considera que, hasta su colapso en 1991, la URSS fue el principal sostén de la isla, con ayudas de US$ 5.000 millones por año. La desaparición de la URSS arrastró tras sí a Cuba y provocó el llamado "período especial", una pequeña apertura económica. La Venezuela de Hugo Chávez tomó en el último lustro la posta de ser el sostén del régimen castrista; en este último año, Caracas le dio petróleo por un valor de US$ 3.200 millones.

Para Azel, los cambios registrados en el último año, las restricciones levantadas por Raúl Castro, no son más que cambios "cosméticos". "El sistema económico, de orden y mando, de planeamiento central, no se puede reformar de un saque", señaló a El País. Exiliado en EE.UU. desde 1961, el docente no espera "nada importante" sobre estas reformas.

La isla en números y datos

Es la isla más grande del Caribe, con 115.295 kilómetros cuadrados (aproximadamente el 63% de Uruguay) y 11,2 millones de habitantes. La mitad de la población es mestiza, el 35% blanca y el 15% negra. Los indígenas nativos fueron exterminados. La esperanza de vida es de 77 años y la mortalidad infantil, de seis muertes por cada mil nacimientos. Es la más baja de América Latina.

Hay un presidente del Consejo de Estado y un presidente del Consejo de Ministros. Fidel Castro ocupaba los dos cargos hasta que renunció en febrero de 2008 por razones de salud. Lo reemplazó su hermano Raúl Castro. El Partido Comunista es la única agrupación política con personería legal.

La isla todavía se repone de la crisis que comenzó en 1990 con la desaparición de la Unión Soviética. Pero desde hace una década, Cuba registra un crecimiento sostenido. Sus gobernantes atribuyen sus problemas económicos al embargo estadounidense; otros dicen que es resultado de una planificación central deficiente. El gobierno ensayó modestas reformas económicas a mediados de la década del 90, pero a partir del 2004 volvió a poner énfasis en la centralización y eliminó la circulación del dólar, que había sido usado con frecuencia en la década previa. Lo reemplazó con una moneda convertible local (el Cuc). Entre sus fuentes de ingresos figuran los médicos que exporta a Venezuela, turismo, azúcar, níquel, tabaco, cítricos, café y productos farmacéuticos.

Cada 10 mil habitantes hay 66 camas de hospital y 53 médicos. En Uruguay, esa proporción es de 37 camas y 40,5 médicos cada 10.000 pobladores.

Hay 134 celulares y 210 usuarios de internet cada 10.000 habitantes. En Uruguay, esa proporción es de 7.042 celulares y 2.238 usuarios. (Fuente: AP, INE y CIA World Fact)

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