El rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arocena, admitió en su blog (universidad.edu.uy/blog) que la ley general de Educación impide a esa institución cobrar por sus cursos, lo que incluye los posgrados.
"Durante largo tiempo se le reclamó a la Universidad de la República que cobrara matrícula a sus estudiantes de grado. Aunque quisiera -que no quiere-, la UR ya no puede hacerlo tras la aprobación de la nueva Ley General de Educación (LGE)", expresó.
Arocena realizó una lectura comparada de los artículos sobre la gratuidad de la LGE, la Ley Orgánica de la UR y de la reglamentación específica de los posgrados universitarios a los que agrega la Rendición de Cuentas del gobierno de Luis Alberto Lacalle (1990-1995) que habilitó el cobro de servicios universitarios.
De esta manera fijó su posición contraria al cobro de los posgrados.
"A mi ver, queda establecida la gratuidad de la enseñanza de modo similar para todos los niveles de la educación formal considerados por la LGE: inicial, primaria, media básica, media superior, terciaria, de posgrado", sostuvo.
En una primera mirada, casi todos los órdenes coinciden en que es necesario eliminar el cobro de los posgrados aunque hay matices.
Algunos egresados consultados por El País se preguntaron de qué manera se financiará la contratación de docentes extranjeros para el dictado de cursos y especializaciones. El tema es un complejo problema político para el rector ya que cumple con la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) que nunca aceptó cobros en la educación terciaria pública.
Pero a la vez se enfrenta con los sectores docentes que apoyaron al ex rector Rafael Guarga que implementó el cobro de los posgrados y que determinaron su rectorado, en la elección anterior.
Arocena no ordenó la eliminación de los cobros pero solicitó que se analice el punto con celeridad para tomar una determinación a la luz de la nueva ley de Educación.
A fines de este año habrá elecciones para elegir rector y ya se maneja que Arocena puede tener dificultades a la hora de acordar con los sectores más tradicionales de la UR.