El 14 de julio, la capital francesa se vistió otro año más con pompa para celebrar los 220 años de la revolución francesa. Cerca de 100 mil personas estuvieron presentes en los Campos Elíseos para observar el tradicional desfile militar por el Día de la Bastilla -la fiesta nacional de Francia- que el presidente Nicolas Sarkozy aprovechó para alentar a las tropas del país junto a su esposa, Carla Bruni. Los soldados marcharon a lo largo de la avenida, mientras aviones militares sobrevolaban París y con humo de colores formaron la bandera francesa. En la noche, la Torre Eiffel se sumó a los festejos. Casi 3.500 policías fueron desplegados a fin de garantizar la seguridad de los festejos que conmemoran el 14 de julio de 1789, fecha de la toma de la prisión parisina de la Bastilla, suceso que dio inicio a la Revolución Francesa.
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