Se lo observó con acierto el senador Larrañaga. A más de tres años y medio de gestión, el gobierno se ha dado cuenta que la seguridad es un problema muy serio, quizá el más serio de todos los que enfrenta nuestra sociedad.
Pues con la muerte se acaban los demás, con las lesiones se agravan todos, en cuanto pueden determinar incapacidades laborales, y con los hurtos se puede perder todo lo que se ha podido conseguir en la vida.
Con su habitual teatralidad, la ministra del Interior, Daisy Tourné anunció un plan maestro para combatir al delito aunque tarde pió, pues hay víctimas que sufren ya de lo irreparable, que se pudo evitar antes.
También es cierto que como se ha dicho, nadie puede esperar magia de lo que haga el Estado o un gobernante, pero no puede ignorar que se ha perdido demasiado tiempo, juntando las dos gestiones, las de su antecesor y la suya.
Es plausible que la ministra recorra comisarías; demuestra sensibilidad, pero con eso no mejora la conducción. Y Larrañaga fue lapidario cuando le observó que hace pocos días, la Sra. Tourné reconoció que de cien denuncias, se resolvían quince casos. Y se ha consumido la mayor parte del período de gobierno. A confesión de parte del lamentable fracaso, relevo de prueba.
Aumentar el patrullaje de las calles, crear grupos especializados para combatir la droga, está bien. Dudamos de la eficacia de las rotaciones de los jerarcas policiales que hasta ahora han sido mucho más numerosas que eficaces.
Pero lo que sigue sorprendiendo es que la ministra siga acusando del estado de zozobra que vive la población entera, a los medios de prensa y a la oposición.
Es importante que el Poder Ejecutivo apunte este detalle, porque además las elecciones se aproximan, y con ese estado emocional, la actual ministra no le aporta garantías a nadie. Está al frente de un Ministerio que es clave para que las mismas se desarrollen con normalidad, a pesar de la existencia de un gobierno que maneja todos los resortes del poder sin contralor de nadie y que pretende perpetuarse.
Es para ir pensando si estamos en presencia de la persona adecuada para el cargo.