Buenos Aires | Más de 15 años después del cruento atentado contra la mutual judía argentina de la AMIA, que dejó un saldo de 85 muertos y 300 heridos, el ex presidente de ese entonces, Carlos Saúl Menem, fue procesado ayer, junto a su hermano Munir -sin prisión preventiva-, "por instigar a los delitos de encubrimiento, falsedad ideológica, violación de medios de prueba y abuso de autoridad".
Junto con ellos, fueron encausados el destituido juez de la causa, José Galeano y el ex jefe de la policía porteña, Jorge "Fino" Palacios, que debió renunciar a su cargo por estar sospechado de encubrimiento en la causa. El ex jefe del Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE), Hugo Anzorreguy, corrió la misma suerte.
El juez federal Ariel Lijo consideró que tanto Carlos Menem como su hermano tuvieron una determinante incidencia en el caso desde agos-to de 1994, un mes después de la masacre. El magistra- do ordenó trabar embargos por 300.000 pesos argentinos (US$ 77.830) a los acusados.
El ataque contra la AMIA fue atribuido por la justicia argentina a ex gobernantes iraníes, cuya captura internacional está solicitada, mientras que a nivel local investiga a sus encubridores.
Menem, involucrado en varias causas por corrupción durante su gobierno, es senador por La Rioja, su provincia natal, por lo que goza de fueros que lo protegen de un eventual arresto. El fiscal Alberto Nisman pidió en mayo a Lijo los encausamientos de Menem y sus ex funcionarios, a quienes acusó de "encubrimiento agravado" de la llamada "conexión local", que habría aportado la logística para organizar el ataque. Según Nisman, Menem y sus ex funcionarios coordinaron acciones para ocultar la supuesta participación del empresario sirio-argentino Alberto Ka- noore Edul. La Nación/GDA y AFP