Mujica en crudo

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En 1999, era diputado. Ese año, Miguel Ángel Campodónico tuvo la intuición de publicar un libro titulado escuetamente: "Mujica" de Editorial Nuevo Siglo. Diez años atrás, con 64 años, estaba maduro. El libro es un reportaje esclarecedor. Que nos define al hombre en estado de naturaleza, sin contaminación por las peripecias políticas que lo llevaron a decir una cosa como a decir la otra. El libro fue poco citado. Por ello y porque éste es el Mujica auténtico, vale la pena, reproducir lo sustancial.

1. En cuanto a su ubicación ideológica en la pág. 46 nos dice: "Yo por mi parte me fui haciendo marxista. Mi primer pensamiento de izquierda fue anarquista, esto es incuestionable. Después fui encontrando más racionalidad, una mayor explicación, a través de una interpretación histórica más marxista. Pero yo diría que se trataba de un marxista más heterodoxo, menos encuadrado dentro de las visiones del Partido Comunista de la época o el propio Partido Socialista. Un marxismo más libre pensador, menos escolástico. Y siempre muy cuestionador, especialmente de los soviéticos. Y también de los partidos comunistas".

El autor anota sin embargo, que Mujica se relacionó con jóvenes comunistas, y dicho Partido ya tejía alianzas con miras a la formación de un frente popular, y adonde primero apuntó fue a Erro, incluso antes que se formara la UP. Mujica no dudó en aliarse con el comunismo para cerrarle el paso a la candidatura de Astori, que ahora dice que va a gobernar con él.

2. Luego (pág. 63) se derrite en loas a la revolución cubana: "la visión que traje de mi viaje a Cuba en cambio, fue maravillosa, la revolución emergente estaba llena de poesía… "Y en esa admiración cultivó su vocación antidemocrática su temperamento violento, su odio a la libertad.

3. Entonces (pág. 64) "después de los viajes que hice en los sesenta, marqué una independencia personal que podría resumirse de este modo: una gran afinidad con la revolución cubana y una reticencia con la Unión Soviética". Lo que no le impidió, agregamos nosotros, aliarse con un Partido Comunista de raíz estalinista. En síntesis, un petardo. Pero sabe adónde va.

4. Reconoce (pág. 64) que "en alguna medida lo que sería el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, ya estaba operando en el año 1963". Así confiesa la gran mentira con que engañaron a muchos: En ese tiempo había un gobierno democrático, ni se vislumbraba la dictadura. Sólo querían el poder por las armas para instalar aquí una Cuba, pese a que el Che Guevara reconoció que Uruguay no necesitaba la "revolución".

5. Por su parte Campodónico (pág. 100) nos informa que Mujica, Huidobro y Marenales, mediaron en una negociación de la ETA con el gobierno de España. Estaban todos vinculados con las mafias terroristas.

6. Hombre de acción, intervino en la toma de Pando y "justamente porque nuestro grupo salió ileso pudimos estar en la calle operando otra vez. Para solucionar pérdidas económicas" -las humanas tanto da - a los pocos días asaltaron un banco y una financiera (página 110).

7. Cuenta ( pág. 111) que una vez un policía lo denunció y lo balearon. "Tiempo después la organización supo quién había llamado y fue ajusticiado en la calle". Era el cabo Villalba.

8. Nunca se llevó bien con Tabaré Vázquez. En las pags. 110 y 111 -entonces Vázquez ya era candidato a la Presidencia- dice que su fuerte es la comunicación con la gente, pero lo considera peligroso porque "es el primer tipo que veo en la izquierda que pelea en cancha grande, y que pelea para ser gobierno… Eso naturalmente le da poder y los hombres con mucho poder siempre son peligrosos, más que por sí mismo por la gente que los rodea". Y no lo convence un Frente Amplio "que se presentó a la sociedad con un programa popular de reformas dentro del capitalismo…"

Entonces ¿para qué quiere el poder absoluto y adónde piensa llevar al país ? Parecería que está todo dicho, pero falta.

9. Falta, porque en la pág. 172 confiesa que "yo no estoy arrepentido por lo que hice. He cometido una cantidad de macanas pero no me arrepiento de lo que fue mi vida". Sí, su vida a costa de la muerte de muchos. Este es Mujica. Y ahora nos preguntamos nosotros cómo es posible que tantos uruguayos lo quieran ver Presidente. Qué silencio, señores...

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