E. DELGADO/E. BARRENECHE
La seguridad de los balnearios de Canelones disminuyó desde hace cinco días, tras suspender la Jefatura de Canelones su participación en el operativo Verano Azul. La situación se soluciona si la comuna canaria paga $ 1.000.000 que adeuda.
La orden fue emitida por el jefe de Policía de Canelones, Sergio Guarteche, tras comprobar que no había disponibilidad de dinero para abonar los servicios de vigilancia especial en el verano, que se cumplieron desde el dos de enero en los balnearios de la costa canaria.
Esta medida afecta directamente la seguridad de los balnearios de Canelones, ya que el recorte horario implica un merma importante de las horas de trabajo de los policías y, por ende, menos presencia policial y patrullaje en esas zonas del departamento.
Fuentes del Ministerio del Interior señalaron que si no se llega a un acuerdo con el Ministerio de Turismo y la Intendencia de Canelones, la Jefatura de Policía canaria se encargará del pago de las horas-ciudad realizadas por los agentes durante los ocho días que duró el servicio de seguridad dentro del programa Verano Azul.
Pero hasta que se asegure el pago de las horas que generó el cumplimiento del servicio, no se retomarán las tareas, añadieron las fuentes.
Debido a que esta situación afectaría las menguadas arcas de la Jefatura de Canelones, el intendente canario Marcos Carámbula, se contactó ayer con Guarteche, para buscar una solución.
Carámbula dijo que entre-gará hoy una partida de $ 1.000.000 (US$ 41.220) para pagar estas horas-ciudad que realizan los policías, dijeron a El País fuentes cercanas al jefe comunal. Guarteche, en tanto, se comprometió a retomar el servicio si se concreta el pago.
Las fuentes municipales admitieron que el problema existe y que se debió a un atraso administrativo de la intendencia en el pago de esos fondos, que no fueron entregados en tiempo y forma a la Jefatura canaria.
En el 2007, los policías desplegados en los balnearios realizaban un promedio de cuatro horas extras diarias en el marco de este programa de seguridad durante la temporada estival. Ello redundaba en una mayor presencia policial en las calles y un notorio incremento del patrullaje preventivo en diferentes puntos de la costa canaria y durante toda la jornada.
El servicio que dan los uniformados es muy similar al que brindan mediante el 222.
Pero, en lugar de pagar la hora un comerciante o una institución estatal, ésta es abonada tras un acuerdo entre la intendencia canaria y el Ministerio de Turismo para reforzar la seguridad en la franja costera durante el verano, según afirmaron fuentes del Ministerio del Interior.
turismo. El director general del Ministerio de Turismo y Deportes, Antonio Carámbula, indicó que esa cartera realiza aportes de dinero a las intendencias de Canelones, Maldonado y Rocha para reforzar la seguridad en esos departamentos durante el verano.
Este año, el aporte de esa secretaría de Estado a la comuna canaria rondó los US$ 140 mil y su principal destino previsto era la compra de nuevas casetas para los guardavidas y la recuperación de otras, informó el jerarca a El País.
Añadió que la intendencia cuenta con potestades para darle otro destino a ese dinero, si considera que colaborará en la seguridad de los balnearios de la costa canaria.
En tanto, fuentes cercanas al jefe de Policía de Canelones, Sergio Guarteche -quien no respondió ayer a las llamadas de este medio-, afirmaron que la intendencia de Canelones no tiene ninguna vinculación con el pago de la hora-ciudad del Verano Azul, ya que el dinero proviene del ministerio de Turismo y Deportes.
Esas fuentes policiales sostuvieron que la intendencia oficia de nexo entre la Jefatura y el Ministerio de Turismo y descartaron que hubiera cualquier situación anómala, a pesar que la propia comuna canaria confirmó la deuda y que la suspensión del servicio implica una merma del personal policial en los balnearios de Canelones.
Sesenta kilómetros de playa
El departamento de Canelones posee 60 kilómetros de costa, con varios balnearios muy concurridos como Atlántida y los que integran la franja más cercana a Montevideo (Shangrilá, Lagomar, Solymar y El Pinar).
La Policía calcula que unas 30 mil personas arriban los fines de semana a los balnearios ubicados antes del peaje de Neptunia. La mayoría de esos veraneantes se trasladan desde diversos barrios de Montevideo.
En ese sentido, la Jefatura y la Prefectura Nacional Naval extreman los patrullajes para prevenir los hurtos realizados por "rastrillos" provenientes de la capital.