MATÍAS CASTRO

Creo que no estamos tan mal, después de todo. Nuestros apremios económicos o límites materiales propios de simples mortales, humildes desconocidos que siguen su rutina diaria sin destacar nunca por encima de la media, no son tan mala cosa. Explico en detalle. Para concluir que algo está mal, generalmente se necesita tener como punto de referencia algo que está bien.

Luisana Lopilato no está bien. Al menos según entiendo yo las cosas. Decidió que va a grabar un disco. Evidentemente su carrera como actriz de televisión y modelo no son lo suficientemente redituables, y necesita una fuente extra de ingresos. No sólo va a grabar su disco, sino que también está dispuesta a componer sus canciones. Los derechos de autor son la clave del negocio, ya lo dijo Robby Rosa, autor de Livin´ la vida loca.

Luisiana piensa grabar su disco junto a su hermana Daniela. Ya vimos a Luisana cantando y bailando en Chiquititas, Rebelde way y en Atracción x 4. Pero no fue suficiente, así que vuelve por más. "Estamos escribiendo canciones con mi hermana, Daniela. Nos gustaría sacar un disco pronto", comentó en una entrevista.

Viendo cómo funcionan las cosas, es indudable que en cuestión de pocos meses nos encontraremos con su disco a la venta y nos cruzaremos con sus canciones en la radio. Si Luciana Salazar lo hizo y también una buena cantidad de vedettes, Luisana puede hacerlo.

Al menos uno, viviendo la vida de una persona común y corriente, no se ve obligado a hacer tal cosa. Hay una gran diferencia también: Luisana Lopilato tiene 21 años y la seguridad de que, aunque cante como un perro ronco, su disco saldrá a la venta, ella cobrará y tendrá adolescentes diciendo que es lo máximo que escucharon. Eso se llama pluriempleo estimulado por el ego ilimitado. No hay límites.