Una experiencia aún mejor que lo real

| U2 y una película en 3D que se sumerge en los recitales de su última gira en Buenos Aires | Una hora y media que supera a cualquier DVD musical.

Compartir esta noticia
 20090131 Espectáculos 360x300
El País

SEBASTIÁN AUYANET

Bono se acerca a centímetros y mira a los ojos. Adam Clayton gira, y el puente de su bajo pasa a centímetros de la nariz. Una tormenta de música acompaña. Es la gira "Vértigo" de U2 en Montevideo, por una hora y media.

Los años pasan y U2 sigue corriendo tras cualquier avance tecnológico. Entre otras cosas, fueron los primeros en tener su primer iPod personalizado, gastan fortunas para realizar sus puestas en escena y ahora, tienen la primera película de conciertos en 3D. La razón es muy simple: En la jerga marketinera, U2 está posicionada como "la banda más moderna del mundo", aunque en realidad el concepto de modernidad haya cambiado bastante desde que empezó el siglo XXI, y en realidad sea más propia de grupos como R.E.M. o Radiohead.

Es una realidad que los grandes espectáculos de rock para miles de personas, de shows con escenarios multitudinarios y de estallidos de volumen y luz ya no son "lo último". Mucho menos lo es el concepto "circo del rock", en el cual se da al espectador una experiencia masiva frente a ciertos conceptos (la rebeldía y la resistencia en el caso de los Rolling Stones, la conciencia y la sensibilidad en el de U2) sobre los que se arma una especie de parque temático del género. Como en todo, en esta disciplina hay actos fallidos (el renovado Queen, por ejemplo) y otros muy bien logrados, como los mencionados Stones. U2 está un paso más allá. Son verdaderos maestros en la disciplina, desde la gesticulación, el histrionismo y la palabrería ideológica de Bono hasta los riffs bombásticos de The Edge.

La cuestión depende de cómo se plante el espectador frente al fenómeno. Además de que desde ya se recomienda entrar -y con ganas-, vale agregar que con esta película, U2 se asegura llevar su circo a casi todo el mundo, Uruguay incluido. Y eso ya es un acontecimiento.

Montaña rusa. Cuando las cámaras transportan al piso del escenario (el nivel de detalle es tal que se descubren hasta las marcas de las patinadas), Bono, el personaje que más aparece en la película, se acerca varias veces a un punto en el que parece imposible no poder tocarlo. De cerca parece aún más viejo. Clayton - el bajista- se ve todavía más apático de lo que parece y The Edge más trabajador. Y aunque en realidad U2 es una banda bastante estática, las cámaras aprovechan bien a Larry Mullen Jr. -el baterista- con una serie de tomas desde múltiples ángulos en las que se aprecia su técnica, algo que generalmente el carisma de Bono o las genialidades de The Edge impiden apreciar. De pronto, una toma general domina la pantalla y cuando se está a punto de pedirle al espectador de la fila de adelante que baje de una vez los brazos, uno cae en la cuenta de que la frontera entre la sala 3D de Punta Carretas y el estadio Monumental de Buenos Aires está en su límite más difuso. Lentes especiales mediante y rodeado por un sonido envolvente en Dolby 5.1, se ingresa a la cancha de River para experimentar un concierto de rock de una forma en que nunca antes se ha vivido.

La experiencia deja a cualquier DVD musical por el suelo, incluso a las grandiosas Zoo TV , Vértigo 05: Live in Chicago y a la popular Rattle & hum, la anterior película de U2 que llegó al cine, en 1988.

La historia de U23D comienza con el desarrollo de una tecnología conocida como 3ality, que fue manejada por la directora Catherine Owens, responsable de la identidad visual del grupo y que trabaja en sus giras desde los años de Zoo TV. "Queremos convertir al arte en una experiencia mayoritaria. No he tenido la oportunidad de decir las cosas de esta manera antes. Recrear la experiencia del concierto de alguna forma. En mi cabeza estaba la noción de arte inmersivo, que uno pueda estar dentro del arte", explica la directora.

Para el año 2006, cuando la gira Vértigo se disparó, eso fue posible gracias al equipo de producción, que ya tenía más de 18 cámaras Sony F950 CineAlta y 8 cámaras 3D. En ese momento era todo el arsenal de tecnología 3D existente en el mundo.

Hola, porteños. En varios pasajes de la película, Bono habla con el público en un torpe español e incluso se anima con un par de versos de Sólo le pido a Dios, al final de Beautiful day. Incluso al comienzo del concierto, entre las manos que parecen de espectadores de la sala, pero que en realidad están en la película, aparece una bandera uruguaya. Es que casi el total de las 100 horas de filmación fueron filmadas en las dos fechas que el grupo hizo en Argentina, el 1 y 2 de marzo de 2006.

Pese a que la cantidad de equipo técnico y humano obligaba a que el experimento se filmara en los EE.UU., la banda insistió en hacer las tomas en Sudamérica debido a que, según ellos, la energía del público en esta región es similar a la que ellos reciben cuando tocan en su Dublín natal (la misma decisión tomó The Police para su DVD de regreso, próximo a salir en la región). Por eso, las tomas adicionales están hechas en Chile y México, a excepción de algunos "close-ups" que fueron realizados por la banda en un estudio.

Quien haya tenido la suerte de estar en River durante alguna de esas dos noches reconocerá que la energía es casi la misma que se vive sobre el campo de juego, salvando los ritos previos -el viaje, las pocas ubicaciones que uno puede elegir dentro del estadio, el desgaste de energía que toma llegar al escenario- y encima, sin los típicos problemas de sonido de un show de estadio. Para cuando el recital parece ir terminando, imagen y sonido consiguen su combinación definitiva en la canción The Fly. En aquel concierto, una serie de palabras se proyectaba sobre las pantallas gigantes que definían el escenario. En la película, esas palabras invaden la visual, el escenario y hasta la sala en forma de lluvia.

A partir de aquí conviene no contar mucho más porque las palabras quedan cortas. En definitiva, el producto U23D tiene razón de ser incluso si se vio el concierto "real". Y además, conviene recordar cuánto valían las entradas para ver a U2 en Buenos Aires: casi 100 dólares para acceder al campo.

En definitiva, Vox, The Edge, Clayton y Mullen Jr. consiguen, gracias a un nuevo golpe de tecnología, seguir siendo los reyes del rock masivo con el espectáculo más ambicioso en cuanto a inversión del mundo. Y encima, haciéndolo accesible en casi cualquier parte del mundo. Que de ser modernos desde lo musical se encarguen otros.

Cuando el show (es decir, la proyección) termina, el ambiente -después de tamaña estimulación a los sentidos- es casi igual al de la salida de un concierto. Y eso tiene lógica.

Una hora y media junto a los dioses digitales del "planeta rock".

La historia de U23D comienza con el desarrollo de una tecnología conocida como 3ality, desarrollada por los productores Peter y Jon Shapiro durante seis años. "Habíamos trabajado conciertos de artistas como Sting y Carlos Santana en dos dimensiones, pero quisimos ir por el 3D y con un solo grupo", explican sobre el proyecto que se transformó en una compañía con ese nombre. La idea inicial: llevar la experiencia de ver un concierto de U2 a un nivel nunca antes conseguido. Entre efectos sobre las pantallas que interactúan con el grupo, acercamientos y diferentes ángulos visuales que rotan con velocidad, el espectador entra al ambiente del concierto para 85 minutos de una película de rock en vivo que sobreestimula vista y oído.

"Jack" también volvió en 3D

El viernes se estrenó en versión tridimensional El extraño mundo de Jack, el clásico de Henry Selick con producción de Tim Burton. La película es exactamente la misma que se estrenó quince años atrás, pero con el nuevo tratamiento digital que permite verla en tres dimensiones. El detalle no es menor si se tiene en cuenta que está hecha con hermosas figuras animadas y diseñadas por Tim Burton y su equipo.

La historia trata sobre Jack Skellington, un habitante del pueblo de Halloween, que descubre accidentalmente un portal a la tierra de Navidad. Al pasar hacia otra tierra descubre gran cantidad de maravillas que en su mundo eran inimaginables, así que decide contar sobre esto en su pueblo. Claro que hay malvados en esto, y Boogie Man, algo así como El Hombre de la Bolsa, decide sabotear las navidades.

El origen para esta película se encuentra en un poema que Burton escribió mientras trabajaba como humilde animador en Disney. Ya a comienzos de los ochenta, cuando intentaba convertirse en productor, ofrecía a los productores la adaptación de la idea. Demoró en concretarla, pero hizo un clásico de la animación.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar