Temen otro desastre en Darfur sin acción de ONG

Sudán. Dura decisión del presidente tras fallo de la CPI

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GINEBRA AGENCIAS

La expulsión de 13 ONG ordenada el jueves por el presidente de Sudán, Omar al-Bashir, amenaza con dejar sin comida ni atención médica a un millón y medio de personas en Darfur. Así lo estimó ayer Naciones Unidas.

"Con la salida de las ONG, y si el gobierno no reconsidera su posición, 1,1 millón de personas quedarán sin comida, 1,5 sin atención médica, y más de un millón sin agua potable", explicó la portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, Elizabeth Byrs.

Al-Bashir expulsó a las 13 organizaciones acusándolas de "neocolonialistas" un día después que la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya emitiera una orden de arresto contra él por crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Las ONG expulsadas -estadounidenses, británicas, francesas y noruegas, entre otras- "representan más de la mitad" de los programas de ONU para los damnificados por las situación humanitaria en el empobrecido país al Sur de Egipto, según señaló bajo anonimato un responsable. "Esto tendrá un impacto inmediato en el envío de ayuda humanitaria", agregó.

Además, la decisión de al-Bashir dejará sin empleo a miles de sudaneses que trabajan para las ONG expulsadas. De los 16.500 trabajadores humanitarios que operan en Darfur el 95% son nacionales.

Acción Contra el Hambre (ACF), una de las ONG que deberá marcharse, estimó ayer en París que los niños atendidos por desnutrición aguda "están amenazados de muerte".

"Sin ayuda y sin alimentos habrá grandes problemas", sostuvo el portavoz de ACF desde el campamento de Ardamat, que alberga a unas 27.000 personas en Darfur. "Hay medicamentos para un mes, después de eso será una catástrofe".

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió al presidente sudanés, hasta ahora sin éxito, que reconsidere su decisión ya que se corre el riesgo de "causar daños irreparables en las actividades humanitarias" de Darfur, donde la guerra civil, que comenzó en 2003, causó 300.000 muertos según cifras de la ONU y apenas 10.000 para el gobierno de Jartum. "Expulsamos a diez ONG porque violaron las leyes del país y no respetaron sus mandatos", explicó al-Bashir en el consejo de ministros para justificar la medida.

Repercusión. A semejanza de la ONU, Washington y la Comisión Europea exhortaron a que Jartum reconsidere su situación. "EE.UU., condena las expulsiones de organizaciones internacionales humanitarias de Sudán por parte del gobierno", declaró ayer el portavoz del Departamento de Estado, Gordon Duguid. Además, agregó que la salida forzosa de estos grupos "amenaza inmediata y seriamente las vidas y el bienestar" de millones de desplazados.

También el portavoz de la Comisión Europea para asuntos de ayuda humanitaria, John Clancy, opinó sobre el asunto y alertó al presidente al-Bashir que "cientos de miles de vidas están en juego" si no suspende las expulsiones.

Otras organizaciones podrían correr la misma suerte, previno el jefe de la Comisión sudanesa de Asuntos Humanitario, Hassabo Mohammed Abdu Rahman, al tiempo que acusó a las ONG ya expulsadas por "colaborar" con la CPI.

Al-Bashir recordó ayer que no se entregará a la CPI y que su gobierno seguirá "con sus planes y programas" como si no hubiera sucedido nada. "Continuaremos con nuestras incitativas por la paz", sostuvo.

Protestas

Miles de personas se aglomeraron ayer en el centro de la capital sudanesa de Jartum en apoyo al presidente Omar al-Bashir, ante el pedido de arresto de la Corte Penal Internacional de La Haya, que se emitió el miércoles. Los defensores del mandatario sudanés, que ascendió al cargo en 1989 de la mano de un golpe de Estado, protestaron frente a la sede de la Unión Europea. Allí advirtieron que no permitirían que circulen los vehículos de Naciones Unidas. Otra manifestación, de unas 500 mujeres, se desarrolló frente a una sede de la ONU. ANSA

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