A pesar del encendido discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en contra del Fondo Monetario Internacional (FMI) en diferentes atriles, el Gobierno se comprometió, durante la reunión del G20 en Londres, a apoyar una supervisión "hoy y en el futuro" de la economía local por parte del organismo multilateral de crédito, según surge de una detallada lectura del acuerdo rubricado.
"Apoyaremos, ahora y en el futuro, la supervisión sincera, equilibrada e independiente por parte del FMI de nuestras economías y nuestros sistemas financieros, de las repercusiones de nuestras políticas para los demás y de los riesgos a los que se enfrenta la economía global", señala el punto número doce del documento firmado por Fernández de Kirchner y 19 mandatarios de países desarrollados y emergentes.
La adhesión a este compromiso llega en momentos en que la Argentina no logra financiación en los mercados voluntarios debido a la crisis y por la falta de confianza que generan algunas medidas del Gobierno ?el fallido acuerdo con los holdouts, el Club de París y la estatización de los fondos de las AFJP- y después de que el Fondo fuera recapitalizado con hasta 750.000 millones de dólares durante la cumbre en Londres.
Pese a que esta cláusula fue firmada por todos los países, la Argentina pudo oponerse. Por ejemplo, cuando el documento impulsó un "mercado laboral flexible" la Presidenta dijo que "hablar de flexibilidad remite a políticas que fracasaron. Hay que centrarse en recuperar el empleo". En rigor, fue Luiz Inacio Lula da Silva quien objetó esa frase. Fernández de Kirchner sólo apoyó la moción de su par durante la sesión de los presidentes. En el texto final se cambió la palabra "flexible" por "justo y sin discriminación de género".
Fuente: Francisco Jueguen desde la Redacción de lanacion.com