La receta de Brasil para ser una potencia

Estrategia. Sin enemigos en la región, el país pudo centrar sus esfuerzos en extender sus vínculos comerciales y consolidar su economía

Compartir esta noticia
 20090425 600x421

NUEVA YORK NEWSWEEK

Convertirse en una democracia sólida, aplicar el libre mercado, apegarse a las leyes y no tener enemigos en la región. Esos son algunos de los aspectos que ayudaron a posicionar a Brasil como una potencia a nivel internacional, con el impulso de su ambicioso presidente, Lula da Silva, que pasó de obrero metalúrgico a uno de los hombres más populares.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva está en un período de éxito. En semanas recientes, compartió el estrado con el primer ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown, y el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, así como suscitó efusivos elogios del presidente de Estados Unidos, Barack Obama en la cumbre del G20 realizada en Londres. Hasta se tomó fotos con la Reina Isabel II de Inglaterra. El ex trabajador metalúrgico, quien pasó décadas haciendo manifestaciones contra "el capitalismo salvaje", ahora es el centro de atención de banqueros y directorios de corporaciones. "¿No les parece chic que ahora le estemos prestando dinero al Fondo Monetario?", dijo en tono jocoso en una conferencia de prensa.

Hasta hace poco tiempo, escenas de esas características eran improbables. Cuando Brasil tenía una democracia débil, pobreza desgarradora y una economía a los tumbos, los líderes del país probablemente estarían haciendo fila para un plan de rescate en lugar de estar compartiendo el escenario internacional con las figuras más poderosas.

Después de décadas de pasos en falso, Brasil se ha convertido en una democracia sólida, con libre mercado, una inusual isla de estabilidad en una región pautada por la agitación, gobernado con apego a la ley, en lugar de los caprichos de los autócratas. Ahora, Brasil se está afirmando como nunca, pero de una manera que es marcadamente diferente de los otros grandes jugadores globales. Durante la última década, Brasil ha surgido como una potencia regional única.

Dependiendo de la cobertura de seguridad que da Estados Unidos, y en un hemisferio donde no hay enemigos a la vista, Brasil ha tenido libertad para hacer pesar la ventaja que significa el vasto tamaño de su economía en Sudamérica, para hacerse amigo, elegir o imponer a sus vecinos, mientras encuentra la manera de contener a Venezuela, su más problemático rival regional. Lula preside una astuta superpotencia que es diferente de los otros gigantes emergentes.

defensa sin tanques. Los chinos mantienen bajo vigilancia el Estrecho de Taiwan, y Moscú nunca renunció a la esfera de influencia soviética en el Cáucaso. Las obligaciones de seguridad de India se extienden desde la frontera con Pakistán hasta el Golfo Pérsico, en tanto la sombra de Estados Unidos cubre de polo a polo. Sin embargo, Brasil ha afianzado sus ambiciones internacionales sin hacer ostentación de fuerza militar. Cuando las pasiones explotan entre vecinos -como en el caso en que Ecuador y Perú estuvieron al borde de la guerra en la década de los `90, y después que Colombia bombardeó campamentos guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en la selva ecuatoriana, el año pasado- diplomáticos y abogados son enviados a las zonas calientes en lugar de flotas de guerra o tanques. Cuando los soldados encargados de mantener la paz tuvieron enfrentamientos con patotas callejeras en Haití, los brasileños no llamaron a un refuerzo de tropas, sino convocaron a los futbolistas Ronaldinho, Robinho y Ronaldo, quienes jugaron un partido amistoso con la selección local en la zona de guerra. Ahora, las batallas que abordan los jóvenes son con zapatos de fútbol y no usando Kalashnikovs.

Los brasileños también se han convertido en una voz más firme de los mercados emergentes en los asuntos internacionales. Reunieron a los principales países en vías de desarrollo para desafiar los subsidios agrícolas del mundo rico, formando un grupo al que ahora se conoce como el G5. Aguijoneados por Brasilia, los embajadores de Brasil, China, India y Rusia se reúnen todos los meses en Washington, con la finalidad de coordinar la estrategia política común de las cuatro naciones, a las que se conoce como BRIC, con frecuencia para contrarrestar las posiciones de Estados Unidos. Impulsando su agenda "sur-sur", el gobierno de Lula ha abierto 35 embajadas desde que asumió el poder en 2003, la mayoría en África y el Caribe. Brasil también encabeza la ampliamente elogiada misión de mantenimiento de la paz en Haití, uno de los casos más difíciles del hemisferio.

En gran medida, puede hacer todo eso, debido a que no tiene enemigos creíbles entre los países con los que deba confrontar y, por consiguiente, está liberado de muchas de las responsabilidades del poder, como es el patrullaje de las vías marítimas. Además, Estados Unidos siempre ha sido, en última instancia, el pacificador de la región. Por tanto, mientras otras naciones emergentes situadas en zonas conflictivas globales deben destinar preciosa riqueza a su defensa, los gastos militares de Brasil se han mantenido estancados en alrededor del 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que representa la cuarta parte del gasto de defensa de China y 60% del de India y Rusia. "Brasil no tiene la ambición de ser una potencia militar", señala Amaury de Souza, un politólogo brasileño. "Lo que tenemos es fuerza económica, una historia de defensa de nuestros intereses y una cultura compleja y vigorosa".

ACCIÓN. Durante años, los brasileños quisieron tener un papel más importante en los asuntos mundiales, pero el mundo se lo negó. Pese a sus esfuerzos bélicos -Brasil fue el único país latinoamericano que envió soldados a Europa durante la II Guerra Mundial- no tuvo un lugar en la mesa de negociaciones de la posguerra. La estatura internacional de Brasil, finalmente, conquistó un sitial a mediados de los años `90, cuando el gobierno reformista de Fernando Henrique Cardoso frenó la inflación, abrió al país al comercio y normalizó las deterioradas relaciones con la comunidad financiera mundial.

Cardoso apostó a los nuevos genuinos representantes de la joven democracia para tener un papel más afirmativo en el exterior. Argumentó para tener un lugar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, lanzó la zona de libre comercio del Mercosur en Sudamérica y reunió a las naciones en vías de desarrollo más grandes bajo la bandera del libre comercio.

Pero, no hubo ningún gobierno tan decidido como el de Lula para extender las huellas internacionales de Brasil. Si bien comenzó su carrera política en la izquierda, Lula sorprendió a los inversores locales y extranjeros al mantener las políticas de mercado aplicadas por Cardoso en el país, para frustración de los militantes y aliados del Partido de los Trabajadores. Para la izquierda, ofreció una política exterior inflada. "Lula le puso esteroides a la política exterior de Cardoso", indica Donna Hrinak, ex embajadora de Estados Unidos en varios países latinoamericanos.

Lula duplicó el número de departamentos del Ministerio de Relaciones Exteriores, se embarcó en un itinerario internacional sin pausa, visitando 45 países y pasando, sólo en 2007, casi uno de cada cinco meses de su mandato en el exterior. Los diarios brasileños le llaman "Aero Lula". El propósito explícito de esa intensa diplomacia ha sido robustecer las relaciones con otros países en vías de desarrollo.

La creciente presencia de Lula también ha ayudado a obligar a las naciones más ricas a reducir las barreras comerciales. En dos grandes casos, en 2004, la Organización Mundial de Comercio (OMC) falló a favor de Brasil, al ordenar a Estados Unidos que desistiera de los subsidios a los productores de algodón, en tanto le dijo a Europa que pusiera fin a su protección de la industria de la remolacha. Para mantener el indeclinable apoyo al libre comercio, Brasil también asumió una posición común con Estados Unidos en las recientes negociaciones de la ronda comercial de Doha, en relación con las propias barreras proteccionistas del mundo en vías de desarrollo. En un reciente informe que advirtió del creciente proteccionismo de las naciones en vías de desarrollo, el Banco Mundial elogió a los brasileños por resistir las presiones para cerrar sus propias fronteras.

Al menos, parte de esos esfuerzos surgen de la estrategia no declarada de Brasil de frenar la influencia de Estados Unidos en la región y alejar toda expectativa de que juega un papel de apoderado de Washington mientras intenta controlar a Venezuela.

Esta puede ser una política riesgosa. Pero, las apuestas van a los brasileños. Al no tener un manual que le indique cómo convertirse en potencia global, el Brasil de Lula parece estar escribiendo su propio manual.

La crisis en la industria

El Instituto de Pesquisas Económicas Aplicadas (IPEA) dio a conocer un informe en el que alertó sobre una caída de 4,5% en la producción industrial a lo largo de 2009. Según el instituto estatal, tal caída se dará si persiste la baja en el nivel de exportaciones industriales brasileñas registrada en el primer trimestre del año, de 26% comparado con el mismo período del año anterior. El informe detalló que los sectores más afectados por la caída en las exportaciones en el primer trimestre de 2009 fueron automóviles (51%), madera (48%) y petróleo y combustibles (41%). Lula ha dicho que el país pretende apostar al mercado interno para evitar cifras negativas en la economía, al tiempo que ha insistido en mantener las inversiones públicas en infraestructura y anunció un plan para construir un millón de viviendas populares en dos años. La economía brasileña cerró 2008 con una expansión de 5,1%, aunque en el último trimestre del año tuvo una contracción de 3,6% y se espera que el primer trimestre de 2009 también arroje cifras negativas.

Las cifras

35 Es la cantidad de embajadas que abrió Brasil desde que Lula da Silva asumió la presidencia en el año 2003.

45 Son los países que visitó el mandatario, al que llaman "Aero Lula". En 2007, pasó uno de cada 5 meses en el exterior.

"Cualquier cosa" para poder evitar la recesión

Brasilia | El presidente Lula da Silva dijo que su gobierno hará "cualquier cosa" para impedir que la economía del país se estanque como en las décadas de 1980 y 1990. Lula, hablando en el Foro Económico Mundial para América Latina que se realizó en Río de Janeiro, también urgió a las mayores economías del mundo a responder en forma coordinada a la crisis financiera global.

El presidente dijo asimismo que los gobiernos no deben descartar la nacionalización de los bancos que estén con problemas. "La estatización de bancos no debe descartarse por meros preconceptos ideológicos", afirmó Lula, quien volvió a advertir contra la adopción de medidas proteccionistas. "El proteccionismo es como una droga, que ofrece alivio inmediato pero luego pone a su víctima en una depresión prolongada", dijo. También indicó que concluir la estancada Ronda Doha de negociaciones globales de comercio sería una medida esencial para señalar que el mundo no está cayendo en el proteccionismo como respuesta a la crisis global.

Reiteró sus críticas a los países desarrollados, afirmando que dictaban reglas al resto del mundo y no vieron el surgimiento de la crisis en sus propias economías. Indicó que no era posible "que una parte del mundo tan sabia y que daba opiniones sobre otras economías del mundo" estuviera ajena a lo que ocurría con los problemas financieros en el origen de la crisis. américa economía

Sudamérica liderará recuperación

Los países sudamericanos, que no han sufrido un impacto crítico en sus sistemas bancarios, serán los primeros en recuperarse en América Latina, dijo el jueves el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn. El FMI ha previsto una contracción de la economía latinoamericana y caribeña de 1,5% para diciembre, una severa caída desde el crecimiento del 4,2% en 2008. Pero dijo que en 2010 se recuperará al 1,6%. Brasil y Argentina cerrarán 2009 en recesión: el primero de 1,3% y el segundo de 1,5%, y Chile estará estancado con 0,1%, según el FMI. Pero, para el año siguiente, el Fondo proyecta un crecimiento para Brasil de 2,2%; Argentina 0,7% y Chile 3,0%. Perú, en cambio, será el líder del crecimiento en el Hemisferio Occidental en 2009 con 3,5%. El FMI calcula para 2009 la peor recesión desde la II Guerra Mundial.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar