El último adiós a Mario Benedetti

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El País

Desde temprano, decenas de personas comenzaron a llegar al Cementerio Central a la espera del cortejo fúnebre que partió en el entorno de las 10 horas desde el Palacio Legislativo.

Desde allí cientos de personas acompañaron a uno de los máximos exponentes de la cultura uruguaya y las muestras de afecto y reconocimiento de la gente emocionaron y de a poco fueron formando una caravana humana que llegó hasta el Cementerio. Algunas figuras políticas estaban desde temprano aguardando su llegada, como el embajador argentino Hernán Patiño Mayer y el senador socialista Reinaldo Gargano.

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Asimismo, escolares, personas que llegaron desde el interior, familiares, figuras del mundo deportivo, empresarial y sindical, amigos, conocidos y no conocidos del escritor lo acompañaron en forma emotiva.

Un cerrado aplauso, gente con flores en la mano y lágrimas en los ojos era el panorama que rodeaba a la necrópolis y que acompañaron a Benedetti hasta el panteón nacional del Cementerio Central. De esta forma, el prolífico creador recibió el adiós definitivo.

DISCURSO. La oratoria estuvo a cargo del director Nacional de Cultura, Hugo Achugar, el músico Daniel Viglietti y la ministra de Educación y Cultura, María Simón.

Los tres discursos dejaron la idea de que la despedida al Mario era sólo física porque su "obra y calidez humana" seguirán "sustentando una presencia que deberá medirse en un presente permanente".

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El primero en hacer uso de la palabra fue Achugar, quien expresó que hoy se enterraba a un "hombre bueno y al hombre de amplia sonrisa". "Hoy enterramos al oficinista, al humorista, al actor de cine que hablaba alemán, hoy enterramos parte de nuestra historia", aseveró.

La oratoria fue seguida por Viglietti, íntimo amigo del poeta, que realizó un discurso el cual estuvo marcado por su emoción personal. El músico uruguayo remarcó la modestia de Benedetti lo que lo convertía en un "hombre ejemplar".

"Déjenme decir que he perdido a un amigo esencial que mucho me enseñó sobre la vida, sobre el arte, sobre la pasión del cambio. Esta visión de multitud ahora, antes de la última puerta, este dolor colectivo, son una prueba Mario de que tu ejemplo y tu obra serán defendidos por todos con alegría", concluyó Viglietti.

La ministra Simón fue la encargada de cerrar los discursos. Reseñó parte de la obra de Benedetti y reconoció la particularidad de ser un ilustre escritor. Las palabras de Viglietti, Achugar y Simón dieron paso al más cerrado y cálido de los aplausos.

Luego de la despedida, sus restos fueron trasladados al Cementerio del Buceo donde descansará un símbolo de la cultura uruguaya.

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